Nuestras lectoras preguntan: ¿Qué hago si me siento presionada por mi entorno cuando empiezo una relación?

Presión

Hay quienes empiezan una nueva relación con gran soltura y otras personas, en cambio, son más cautelosas a la hora de abrir el corazón. En esa línea, compartir esta noticia con nuestro círculo puede resultar abrumador, sobre todo cuando te sientes vulnerable o te resulta complejo establecer límites. ¿Qué contar? ¿Cuánto contar? ¿Cómo manejar las expectativas de las amistades para que no afecte tu forma de vivir la relación?




LA PREGUNTA:

“Estoy saliendo con alguien y estoy muy contenta, quiero ir de a poco y a mi ritmo, pero me pasa que mi entorno me genera mucha ansiedad, porque todo el tiempo me están preguntando: ‘¿te llamó?’ ‘¿te habló?’ Están demasiado pendientes. No sé cómo manejar eso, porque no quiero andar escondida, pero tampoco quiero sentir presión o andar dando explicaciones de algo que es mío, que quiero descubrir yo sin que nadie se meta”.

Patricia, 36 años.

LA RESPUESTA:

Qué puedo exteriorizar y qué me incomoda compartir son buenas preguntas para comenzar a aclararse. Cuando estás conociendo a alguien, e incluso cuando estás en una relación, hay aspectos que solo pertenecen a quienes lo viven y resulta necesario reconocer hasta dónde te sientes cómoda abriendo este espacio con los demás. “Lo más importante es saber hasta dónde a uno le genera tensión o incomodidad lo que los demás puedan opinar de esa experiencia, pues muchas veces pasa más bien por la expectativa que yo tengo respecto de lo que otros opinen de mí, es decir, tiene más que ver con lo que yo pienso que las otras personas van a opinar, versus lo que realmente les importa. En este tipo de situaciones queda en evidencia cómo estoy a la espera y eso genera tensión y ansiedad respecto a mi nuevo estado sentimental en mi entorno”, dice la psicóloga transpersonal Claudia Pinto Rebello (ww.claudiapintorebello.com).

El límite lo marcará la preocupación que sientas respecto al entorno y comprender que al contar nuestras cosas generamos una apertura que ‘invita’ a los demás a emitir opiniones. “Si mantengo cierta reserva en relación a los detalles de esta nueva relación, no dejo espacios abiertos para que los demás se sientan con la libertad de saber y/o hablar del tema. Asimismo, observa cuánta ansiedad te produce imaginar estas opiniones, esto tiene que ver más con tus propias expectativas y juicios, que con las otras personas. Aquí entra en juego la seguridad en ti misma, para poder compartir la alegría que estás viviendo, sin esperar que los comentarios que recibas estén alineados con tu sentir. Lo más importante aquí es cómo te estás sintiendo en este momento con tu nueva relación”, recomienda Claudia.

Autoconfianza

¿Quién está viviendo la relación? El autoconocimiento es esencial para aprender a sentirnos, escucharnos, cobijarnos y auto-aprobarnos cuando lo necesitemos. “Cuando los afectos están equilibrados y tienes relaciones independientes con las personas importantes en tu vida, vas a querer compartir tus alegrías, pero quienes dependen mucho de sus padres, por ejemplo, o sus amigos, pueden insegurizarse al recibir opiniones que difieren de la suya. Por más buena relación que se tenga con los amigos y/o la familia, tener claros los límites emocionales va a evitar la ansiedad y las suposiciones. Al final la ansiedad se produce cuando sientes que no tienes control sobre una situación, en este caso, ‘qué van a pensar los otros de la persona que estoy conociendo’. Aquí es cuando surgen los escenarios hipotéticos y sufres anticipadamente; este es el momento para recuperar el foco: volver al presente, centrarte en tu tranquilidad y poner atención a tus necesidades por sobre las impuestas por los demás”, aconseja la psicóloga.

Siempre puedes recular

Si hablaste demasiado y contaste más detalles de los que quisieras, calma. Siempre se puede retroceder y volver a establecer un límite. “Basta con expresar que no tienes nada nuevo que contar o tan solo ser honesta y decir que te lo quieres guardar para ti, estás en tu derecho de hacerlo y no tiene nada de malo. Las personas que te quieren podrán respetar tus ritmos y estilo, y tú ganarás confianza aprendiendo a contar hasta donde te sientas cómoda y segura”, dice Pinto.

Un cable a tierra rápido

Cuando la ansiedad aumenta y la cabeza se inquieta, hay ejercicios meditativos que contribuyen a redirigir la atención al presente. “Inhala lentamente, en 10 tiempos. Mantén la respiración durante 10 segundos y bota el aire, también en 10 tiempos. Quédate sin aire durante 10 segundos, hasta volver a inhalar. Puedes repetirlo durante tres minutos”, concluye la especialista.

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