LA PREGUNTA
Llevo diez años con mi pareja y hace poco comencé a sentir dolor al tener relaciones sexuales con él. Pensé que se me pasaría, sin embargo, mi molestia fue creciendo y estoy muy preocupada. ¿Qué me puede estar provocando esto?
María, 45 años.
LA RESPUESTA
Lo más importante es que las mujeres pierdan la vergüenza de consultar cuando les ocurre algo así, porque, si se siente dolor, se debe recurrir a un especialista que identifique cuál es el origen de la molestia.
“Las causas pueden ser muchas. Si el dolor es al principio de la relación sexual, puede ser que la mujer no esté suficientemente excitada y, por lo tanto, no tenga la lubricación necesaria; y también puede ocurrir que tenga alguna infección vaginal, como candiadisis, que genera mucho dolor. Dentro del universo de posibilidades están también las causas más complejas, como el vaginismo, contracción de los músculos de la pared vaginal que hace que la mujer tenga mucho dolor en la relación sexual; las anomalías congénitas, como por ejemplo cuando las mujeres tienen un tabique vaginal o tienen defectos en la perforación imeneal; y también la endometrosis, que es la aparición de tejido en los ovarios, las trompas de falopio o los intestinos.
Finalmente, otro factor importante es el psicológico, que se puede relacionar con algún trauma, antecedente de violación o depresión, entre otros”, explica la doctora Karina Sequeira, ginecóloga de Clínica Dávila.
Al respecto, Odette Freundlich, kinesióloga del Programa de Sexualidad de Clínica Las Condes, agrega que “es importante evaluar dónde está localizado el dolor, la frecuencia, intensidad, el tipo de dolencia, cuándo empezó, qué lo provoca y qué lo disminuye, si ocurre solo en el coito o también en el sexo oral. Hay que considerar también cómo está la relación de pareja, si hay un tiempo para el juego sexual, si se logra sentir placer u orgasmo; y además, si las mujeres son capaces de autoproducirse placer y si la pareja sabe cómo estimularlas”.
La irritación de la mucosa vaginal no solo puede ocasionarse por una infección, sino también por relaciones sexuales violentas que ocasionan roce o pequeñas laceraciones. Así lo explica el doctor Jaime Olguín, Jefe de Ginecología de Vidaintegra, quien sostiene además que: “Hay un tipo de dolor ocasionado durante la relación sexual que se debe a la posición que pueda tener el útero, especialmente cuando tiene una ubicación hacia atrás (retroversión uterina), lo cual se corrige buscando la posición correcta en donde la penetración no produzca dolor.
Educarse en la sexualidad
Las causas de los dolores en la relaciones sexuales pueden ser muchas y para cada una de ellas existe un tratamiento. Así, si el origen es una endometriosis, habrá que recurrir a una cirugía, y si es una infección vaginal, a un tratamiento con óvulos. Todo dependerá de la causa comprobada.
Un tratamiento que para Odette Freundlich debe ser multidiciplinario. “Tiene que existir un ginecólogo experto en dolor sexual, una kinesióloga especializada en sexualidad y una psicóloga-sexóloga. Esto, porque muchas veces los tratamientos incluyen medicamentos, psicoeducación, aprendizaje sobre anatomía genital, educación de la respuesta sexual, terapia manual sobre los puntos de dolor, relajación de la musculatura, desensibilización de la zona de dolor y terapia psicológica para manejar la ansiedad”.
Sobre cómo se vive el proceso de recuperación de una mujer que siente dolor en la penetración, Karen Figueroa, Presidenta del Instituto Americano de Sexología INASEX, señala que “cuando llega una pareja a la consulta y ella manifiesta dispareunia (dolor en el pentración), lo primero que se hace es cortar las relaciones sexuales. Luego se les ayuda a ambos a desarrollar habilidades sexuales como la estimulación de la piel, masajes eróticos, estimulación genital externa sin penetración e incorporación de juguetería erótica. Todo esto, unido a una psicoterapia, les ayuda a entender que la expresión de la sexualidad va más allá de lo coital”.
Conocerse, saber cuáles son los puntos más erógenos y qué nos excita, son algunas de las recomendaciones que también entrega Karina Sequeira. “Lo más importante es que la paciente se conozca y permita que su pareja también lo haga para que puedan tener una relación placentera. La idea es invitar al otro a explorar juntos”.