LA PREGUNTA

“En el verano volvimos a trabajar unas horas presencialmente a la oficina. Volver a ver a las compañeras y compañeros, después de un año de teletrabajo, fue parecido a la sensación que tenía de niña, cuando volvía al colegio después de cada verano y no sabía con qué me iba a encontrar. Me sentí nerviosa y todo parecía una novedad. Incluso los compañeros con los que había trabajado antes. Uno de ellos, que no es un amigo tan cercano, pero sí tenemos una relación de mucha buena onda, estaba distinto. Parece que fue de las pocas personas a las que la cuarentena les hizo muy bien. Me encantó como se veía.

Justo el viernes de la primera semana, decidimos salir un grupo a tomar una cerveza a una terraza. Una cosa llevó a la otra y terminamos todos en el departamento de este compañero. De a poco se empezaron a ir y, sin planearlo, quedamos solos. Lo que iba a ser una simple salida, terminó en un encuentro sexual. Afortunadamente fue el viernes, porque no era capaz de mirarlo al día siguiente. Igual el lunes tuve que hacerlo. No sabía cómo enfrentar esa situación: ¿Cómo tenía que comportarme a partir de ahora con él? ¿Era necesario hablar y dejar en claro las cosas? Pero, ¿qué cosas tenían que dejar en claro? Mientras todos esos pensamientos rondaban en mi cabeza, se me ocurrió preguntarle cómo lo había pasado, pero fue todo extraño. Y así ha sido hasta ahora.

Reconozco que disfruté el sexo con él. No es una persona con la que quiera mantener una relación, aunque feliz tendría sexo nuevamente. Me pregunto: ¿será posible que logremos mantener nuestra amistad teniendo encuentros de sexo casuales?”.

Karla (29)

LA RESPUESTA

Los ‘amigos con ventaja’, ‘follamigos’ o ‘amigovios’, son algunas de las denominaciones que existen para definir la compleja relación que existe entre la amistad y el sexo. Son aquellas personas con las que no tenemos nada serio, pero con quienes quedamos más veces de las “normales” para tener relaciones sexuales. Tampoco se trata de sexo esporádico, porque en estos casos hay un vínculo de amistad en el que los límites suelen ser difusos y donde suele estar latente el temor de que surja la confusión y también el amor.

Según una encuesta realizada por Pew Research Center el 75% de los jóvenes piensan que son la generación que más sexo esporádico tiene en comparación con generaciones anteriores. Sin embargo, para el 51% de los encuestados, es imposible mantener una amistad a medio plazo con alguien con quien tienes una relación sexual. Cifras que dejan en evidencia que el problema no es el sexo casual, sino que éste combinado con la amistad.

“Creo que sí es posible tener sexo casual con alguien con quien tienes un vínculo de amistad, pero para no perjudicar la amistad hay que tener varias cosas en cuenta”, explica Florencia Grebe, psicóloga, máster en terapia sexual y de pareja y creadora de @sobresexo.cl. Agrega que en primer lugar es esencial tener muy claro qué es lo que quiere cada uno y cuáles son los límites que se tienen que establecer y, por supuesto, ambas partes tienen que estar de acuerdo y sentirse cómodos con la decisión que sea que se tome. “Para esto es fundamental poder tener una conversación honesta al respecto, no tiene nada de malo el sexo casual y tampoco es malo querer hacerlo con alguien que consideras tu amigo, lo que si es terreno peligroso es cuando hacemos algo sin importarnos lo que quiera la otra persona. En pocas palabras, no podemos asumir que el otro u otra en esta historia quiere lo mismo que yo: ser amigos que a veces tienen sexo”.

Tiene que ver con la responsabilidad afectiva. Florencia explica que ser responsable afectivamente implica hacerse cargo, por un lado, de lo que quiero en el vínculo sexoafectivo en que estoy y además procurar que la otra persona esté en conocimiento de lo que me pasa y necesito. “En este caso es esencial el ser responsables si queremos mantener la amistad, porque cuando nos involucramos sexualmente con un amigo o amiga debemos dejar claro lo antes posible qué es lo que queremos y preguntarle al otro qué quiere para así no hacernos daño y proteger nuestra relación de amistad”.

“Si después de tener una buena conversación y ambos estamos de acuerdo en que queremos ser amigos que a veces tienen encuentros sexuales, solo queda establecer límites claros para que nadie se pase rollos de más. El mantener una conversación fluida e ir chequeando cada cierto tiempo que seguimos en la misma página, nos va a permitir seguir con el mismo acuerdo y saber que las cosas van bien”, aclara la experta y agrega que aun así, nada nos asegura que no nos confundamos. “No somos adivinos y por tanto es difícil decir tan tajantemente que nunca nos vamos a enamorar de él o ella, pero si desde un primer momento sabemos qué esperar de este acuerdo de amigos que tienen sexo, y tenemos claro que es solo eso, podemos sentirnos más tranquilos o al menos, estar más atentos cuando nos empecemos a sentir distinto”.

Finalmente –concluye Florencia– el tener sexo casual con un amigo o amiga puede ser genial principalmente porque ya nos conocemos; sentirnos en confianza con el otro u otra nos hace ser más libres en términos sexuales y además nos permite poder tener una conversación honesta, sin miedo y sin prejuicios. Tres puntos que son claves para mantener una amistad.