LA PREGUNTA

"Mi hija menor ronca. No siempre ni tampoco tan fuerte, pero sí emite un sonido al respirar en la noche. Tiene 4 años y hasta ahora nunca me había preocupado, pero hace poco me dijeron que el ronquido en niñas y niños podría ser una causal de algunas enfermedades a largo plazo. Mi duda es si es siempre así o hay casos en que los ronquidos son normales.

Fernanda Olivares, 34 años.

LA RESPUESTA

Se estima que un 10% de las niñas y niños sufre de roncopatía, es decir, que ronca regularmente al dormir. A pesar de eso, los ronquidos no son normales en infantes y por tanto siempre es motivo de consulta. Así lo explica Ana María Herrera, pediatra broncopulmonar de Clínica Santa María. “El ronquido en niñas y niños es un antecedente que el pediatra siempre debería indagar en la historia clínica, sobre todo a partir de los 2 años, edad en que puede aumentar su incidencia. Esto, porque podría indicar que hay una obstrucción al paso normal del aire al respirar”.

Yassna Kiessling, pediatra de Clínica Los Andes y del grupo @pediatraatucasa coincide y sugiere que en infantes que ronquen, siempre es necesario descartar que estos ronquidos no sean un problema que está “pasando desapercibido”. Por eso “es importante en los controles mensuales o anuales con el pediatra, hacer una historia clínica completa del sueño, y uno de esos elementos es el ronquido, porque muchas veces las madres y padres creen que es algo normal y no lo dicen de manera espontánea”, agrega.

De hecho, se cree que entre el 1 y el 3% de las niñas y niños que roncan, tienen apnea obstructiva del sueño, lo que puede ser un problema serio. “Por lo anterior frente a la presencia de ronquido frecuente –3 o más noches por semana–, lo que se recomienda es hacer un estudio de sueño para descartar la presencia de algún trastorno respiratorio del sueño (TRS). Estos son episodios repetidos de obstrucción completa o parcial de la vía aérea durante el sueño y tienen un espectro de severidad variable que va desde el simple ronquido o ronquido primario, hasta el síndrome de apnea del sueño que representa la forma más severa”, agrega Herrera.

El problema es que la apnea obstructiva del sueño puede causar consecuencias neurocognitivas que son la causa de malos rendimientos escolares, dificultades para concentrarse, seguir instrucciones y manejar las emociones. “El mal rendimiento a veces también está ligado a problemas de hiperactividad, pueden ser agresivos, impulsivos y pueden tener ansiedad o depresión”, dice la doctora Herrera y Kiessling y agrega que “las consecuencias neurocognitivas son causadas por la hipoxia –ausencia de oxígeno– mantenida que produce problemas neurodegenerativos a nivel cerebral. Y si se mantiene en el tiempo, puede causar enfermedades cardiovasculares como hipertensión pulmonar, aterogénesis, hipertensión arterial y cardiopatía”.

Hasta ahora se han determinado tres grandes causas de los TRS: la más frecuente es la hipertrofia de amígdalas y adenoides, la segunda causa es la obesidad, cada vez más frecuente en niñas y niños, y la tercera son enfermedades de base como parálisis cerebral, enfermedades neuromusculares y síndromes craneofaciales.

¿Cuándo sospechar apnea obstructiva del sueño?

La doctora Herrera explica que algunos síntomas a los que hay que prestar atención son el ronquido frecuente, es decir tres noches a la semana, además de la respiración laboriosa al dormir, episodios observados de apnea, postura anormal al dormir (semisentado o con el cuello hiperextendido), sudoración excesiva, que la niña o niño se haga pipi, dolor de cabeza al despertar, somnolencia diurna, déficit atencional, hiperactividad o problemas de aprendizaje.

“Para descartar la presencia de apnea obstructiva se debe realizar un estudio de sueño que puede ser una polisomnografía o una poligrafía. Este último tiene la gran ventaja que puede ser realizado en el domicilio, ya que se utiliza un equipo portátil que registra durante toda la noche los movimientos respiratorios tanto del tórax como del abdomen, los niveles de oxígeno, el flujo de aire a través de la nariz y la presencia de ronquido”, explica Herrera.

Y respecto del tratamiento, la Yassna Kiessling explica que depende de la causa del ronquido. “Si las niñas o niños roncan porque tienen una hipertrofia de las adenoides o de las amígdalas, basta que se operen. También hay casos de niñas y niños que nunca han roncado y de un día para otro comienzan a hacerlo, ahí quizás puede estar asociado a un resfriado o a una rinitis estacional, por tanto la solución depende de la patología que se encuentre. Pero lo importante es que siempre se pregunte y se estudie”, concluye.