Paula 1206. Sábado 13 de agosto de 2016.
"La mejor hamburguesa se mide por su sabor y por su tamaño: una buena burger es esa que te cabe en la mano, que la puedes maniobrar para disfrutarla sin cubiertos y en cualquier parte, en la plaza, caminando por la calle, en el auto", dice Diego Desmadryl (35), uno de los cinco dueños de Streat, la hamburguesería que desde hace 3 semanas colapsa el pequeño pasaje que une las calles Isidora de Goyenechea y Don Carlos, a pasos del Tiramisú.
Este restorán, que tiene alma y espíritu de foodtruck, porque aunque tiene una gran terraza con mesones para que se instalen 80 personas, es un lugar de comida al paso; ofrece cinco burgers de formato handy (caben en la mano y también en la boca), cuyo bolsillo de papel mantequilla permite comerlas en cualquier parte y cuestan entre $ 4.000 y $ 6.900, dependiendo si se piden simple o doble.
Todos sus ingredientes, salvo la lechuga, el tomate y la cebolla, son traídos desde Estados Unidos. "Después de tres años de recorridos por las mejores hamburgueserías de Estados Unidos como Shake Shack, Burger Joint y Black Tap elegimos con pinzas los mejores insumos gringos para lograr la mejor hamburguesa y mantener el estándar de calidad", dice Desmadryl.
Así, en lugar de usar pan brioche (el más común para esta preparación), ellos importan el pan potato roll, más suave y al que se adhieren mejor la carne y el queso; las hamburguesas son de carne 100% Black Angus producidas en Arkansas; usan queso americano, no chedar; el tocino ahumado y el ají cherry pepper llegan desde Brooklyn; e importan también, las clásicas papas fritas gringas tipo crinkle cut (corte con ondas), bien sazonadas y crujientes.
Una de las gracias de las hamburguesas de Streat es su tamaño que permite comerlas con la mano y con cómodos mordiscos. Nada de cubiertos ni desarmes.
El sabor, textura y la sabrosa costra de las hamburguesas llaman la atención, así como también la salsa "Streat" que preparan con lactonesa, kétchup, mostaza y especias. Para acompañarlas, además de bebidas, se puede pedir una limonada hecha en casa que endulzan con tagatosa, un shop de cerveza Estrella Damm, espumante Freixenet o vinos de la viña De Martino.
Los postres (desde $1.800) son tan gringos como todo lo demás, hechos con brownies y galletones de chocolate Hershey's, macadamias o Reese's, los que fusionan con helados de El toldo azul -la heladería de Mathieu Michel, que está cruzando la calle-.
P.D.: Ya están demasiado populares y a la hora de almuerzo hay que hacer una larga fila. Conviene llegar temprano (13 hrs) o tarde (post 15 hrs).
Qué probar:
RED BURGER: lleva queso americano, tocino, ají cherry pepper que con su picante medio ácido y dulzor le da un toque único, además de la infaltable salsa "Streat". ($ 5.400 la simple, $6.900 la doble).
BLUE BURGER: con cebolla grillada, rúcula, berros y un queso azul St Agur que se funde hasta parecer una salsa. ($5.400 la simple, $6.900 la doble).
STREAT BROWNIE: brownie con helado de vainilla de la heladería El toldo azul, y encima almendras tostadas y salsa de manjar ($2.800).