Paula 1177. Sábado 4 de julio de 2014.

Estudió Meteorología porque un amigo de su papá la convenció de que era una buena forma de ayudar a la gente. Además, la única universidad que la impartía era la de Valparaíso y ella vivía en Villa Alemana, lo que tomó como una señal. Cuando terminó la carrera, en 2004, le avisaron de un casting para el tiempo en Teletrece AM. Y partió a Santiago a probar suerte. Trabajó dos años, primero tras bambalinas y luego al aire. Pero el proyecto se acabó. Entonces tuvo a sus dos hijos y creó, junto a un socio, una empresa de pronósticos meteorológicos que le permitía trabajar desde su casa. Ocho años después, cuando ya se había olvidado de la televisión, la llamaron para un casting del matinal Bienvenidos. Fue un martes a probar y el jueves estaba contratada. "Amo mi trabajo. Llego a las 6:30 am todos los días y la mañana se me pasa volando porque lo disfruto. Me he ido ganando un espacio, de decir el tiempo he pasado a comentar actualidad y hasta farándula como una más del panel".

¿Cómo te sientes cuando le achuntas a tu pronóstico?

Demasiado feliz, es indescriptible. Yo me tiro a la piscina y me la juego siempre con datos como la hora puntual en la que va a empezar a llover y el momento de peak. Y estoy todo el día pendiente de si se cumple o no. Tengo una red de amigos en distintas ciudades que me avisan, al igual que la gente en twitter: "aquí en Conce ya está lloviendo". Para mí es reconfortante.

¿Y qué te pasa cuando fallas?

Me urjo. Al principio lo pasaba muy mal. Sentía que tenía que demostrar mis aptitudes para estar ahí y pensaba que después no iba a tener la credibilidad necesaria. Pero ya aprendí que es parte de. Lo bueno es que todos los días hay una nueva posibilidad.

"Odio cómo se escucha mi voz en la tele y pararme al lado de la Tonka, que es Miss Chile, no es fácil. Pero lejos lo más complejo ha sido el tema de la ropa: verme bien de lunes a viernes. No siempre lo logro".

Harta presión…

Mucha. Pero la meteorología es eso: un pronóstico, una ciencia inexacta. ¿Por qué los economistas se pueden equivocar y nadie les dice nada? Los tipos dicen: vamos a crecer tal porcentaje en 2015. Y después resulta que no crecemos, y no pasa nada. Por suerte no nos pasa lo que a Brasil. Allá hay una lluvia fuerte y mueren cientos de personas. Aquí en Chile pasó lo del norte, pero fue un hecho aislado.

¿Qué lecciones dejó esa catástrofe meteorológica?

Todos aprendimos con esto. La lección más importante es que más vale ser alarmista. No basta con decir: "van a caer 10 milímetros en una hora", que sí se pronosticó, de hecho yo estuve en las noticias comentándolo con Ramón Ulloa. Hay que ser más enfático: "van a caer 10 milímetros en una hora, en un lugar que no llueve nunca".

¿Ves el tiempo de otros canales?

No me pierdo los de la noche. Aunque uno estudia variables objetivas, este trabajo es en gran parte interpretación, entonces es bueno escuchar otras opiniones. He chateado con Iván Torres (TVN) o Gianfranco Marcone (Mega), aunque muchas veces no coincidimos en opinión y cada uno dice lo que cree en su canal nomás.

¿Qué opinas de las creencias populares en torno al clima?

Algunas son ciertas. Por ejemplo: "norte claro, sur oscuro, aguacero seguro". Si miras al norte y lo ves claro, y en el sur se ve una nube negra, es porque se viene una lluvia. En el campo los viejos dicen: "me duele la rodilla, va a llover". Eso pasa porque antes de que llueva baja la presión atmosférica y la gente con problema a los huesos lo siente.

¿Eres precavida? ¿Andas siempre con paraguas en el auto?

Nunca ando con paraguas porque se me pierden. Es el colmo de una meteoróloga, lo sé y varias veces me ha pillado la lluvia desprovista.

¿Te preguntan mucho por el tiempo?

Mis conocidos me preguntan cosas como "el fin de semana voy a bautizar a la guagua, ¿lo hago en el patio o dentro de la casa?". Trato de ayudar, pero a veces es demasiado: cuando me preguntan para saber si lavar el auto, no los pesco.

Estudiaste una carrera científica, ¿cómo te has adaptado a la tele?

Odio cómo se escucha mi voz, siento que me veo gorda, que el pelo se me ve feo. La productora me llama la atención si no me tiño: "ponte las pilas, anda a la peluquería". Pararme al lado de Martín, que es guapísimo, y de la Tonka, que es Miss Chile, no es fácil. Pero lejos lo más complejo es el tema de la ropa: verme bien de lunes a viernes. No siempre lo logro y la gente se fija. Es el aspecto difícil de mi pega.