Es martes en la mañana, justo a la hora del taco. La gente circula rápido por la Avenida Irarrázabal en la comuna de Ñuñoa y los bocinazos son los protagonistas del sonido de la ciudad. Sin embargo, en medio del caos, un oasis: la sala de ensayo Ebano, donde desde afuera se escucha La Vie En Rose, de Edith Piaf.

Tal como en el El flautista de Hamelín, seguí la música hasta su origen y entonces, la escena completa resultó ser más alucinante: un grupo de mujeres, en promedio de 60 años, ensayan ballet. Todas con una sonrisa constante, labios pintados de rojo y una falda de gasa que las hace parecer flotando.

Ballet Senior Entrevista Revista Paula Santiago, octubre 2023

La profesora es Argyro Mouchliadou, una bailarina de origen griego que comenzó con este proyecto en agosto de este año. “Viví en Inglaterra dos años con mi familia y en ese tiempo estaba recién saliendo la certificación del método Silver Swans”, cuenta. Se trata de un proyecto de danza de ballet para personas mayores de 55 años, creado por la Royal Academy of Dance del Reino Unido. Son –como dice en la web en donde se imparte la certificación– “clases introductorias de ballet que buscan una forma divertida y de bajo impacto para mantener activas a las personas mayores. Se incorporan hermosas composiciones de música clásica con segmentos de movimientos de ballet alcanzables para inspirar y desafiar a su bailarina interior”.

Argyro –su nombre es difícil de pronunciar para sus alumnas, así que le llaman Argi– toda la vida tuvo un acercamiento especial con las personas mayores; de niña le gustaba conversar con sus abuelos, visitarlos en su casa, escuchar sus historias, hojear sus libros. Entonces, cuando conoció de este proyecto, mientras vivía en Inglaterra, se apuntó a una clase. “Me preguntaban qué estaba haciendo ahí si tenía tan sólo treinta y tantos. Pero yo quería saber más. Fui a las clases con personas mayores, pasé varias semanas con ellas y con la profesora hablando, y ahí me di cuenta de que era eso lo que quería hacer en mi vida”.

Pero conseguir la certificación no era tan sencillo, sobre todo porque ese año se vino a vivir a Chile y acá nadie la imparte. “Este año recién se abrió un cupo online en una academia de Chicago y entonces pude hacer el curso y certificarme. En julio terminé y en agosto nos lanzamos con Senior’s Ballet (@seniorsballet2023 en Instagram). “Tengo dos grupos y ensayamos acá y en una sede en Providencia. En Chile creo que somos dos las profesoras que estamos certificadas, en Brasil tres más. Eso es todo lo que hay en Latinoamérica”, dice. Y agrega: “La diferencia al tener esta certificación es que te enseñan cómo tratar exactamente a una persona mayor”.

Salud física, pero también emocional

Pero en las clases de Argi ocurre algo más. Y es que, unos 15 minutos antes de terminar, la psicóloga Carol Muñoz Giusti toma el mando, pone una pizarra al medio de la sala y las bailarinas descansan para conversar.

Ballet Senior Entrevista Revista Paula Santiago, octubre 2023

Ese día la tarea fue hacer un acróstico con la palabra ‘senior’. “Tienen que decirme primero palabras que empiecen con la letra ‘s’ y que se asocien con este espacio, con estas clases”, les pide.

“Yo diría ‘sonrisa’, porque cuando vengo ¡estoy tan contenta!, sonrío todo el rato”.

— “Yo diría ‘sueño realizado’, porque siempre quise estudiar ballet, pero por distintas razones no lo había podido hacer”.

— “Y yo diría ‘sin exigencia’ porque cuando hablamos de personas de más de 50 años, obviamente están pasando por una etapa en que el cuerpo está cambiando, quizás están en la menopausia, entonces no puedes exigir de la misma manera que a una chica que está partiendo. Acá la idea es sentir la música, sentirse bien, sentirse acompañadas, hacer amistades”.

—”También diría empatía, elegancia, emoción… ¡nos va a faltar pizarra!

“Todas las clases me sorprendo de lo que ocurre en esta conversación colectiva. Es un espacio maravilloso en el que Argi y yo también aprendemos, porque las personas mayores son sabias, tienen historias de resiliencia”, dice Carol.

La idea de sumar este espacio de psicología no es parte de la certificación inglesa, es un añadido que se les ocurrió a ellas un día que venían de vuelta de las clases Lady Ballet, donde Carol es alumna de Argi. “Le venía comentando el impacto que ha tenido para mí el comenzar a practicar ballet siendo una mujer adulta. Al comienzo no me atrevía a dar el paso, de hecho el primer día quería devolverme a mi casa. Sentía mucha vergüenza, no me sentía cómoda con mi cuerpo y tenía muchos prejuicios respecto de lo que era capaz de hacer”, reconoce.

Ballet Senior Entrevista Revista Paula Santiago, octubre 2023

Por eso, y a propósito de su experiencia personal es que pensó que sería una buena idea sumar esta conversación al baile. “Con las mujeres mayores hablamos de empoderamiento, de la reconciliación con aspectos del pasado. Porque las personas mayores, sobre todo las mujeres, suelen estar invisibilizadas en la sociedad. En Inglaterra, que es donde comenzó esta certificación, se han hecho estudios que demuestran que una actividad como ésta mejora la salud metal de las personas mayores, el sentido de pertenencia, la inclusión social”, agrega.

En este espacio terapéutico Carol ha podido ver que a las mujeres les cuesta permitirse vivir este nuevo rol. “Las mujeres solemos encasillarnos en roles, y aquí ellas vuelven a encontrarse consigo mismas como mujeres y ya no sólo como madres, abuelas o cuidadoras. Pueden descubrir que sus potencialidades no terminan con la vejez o que hay cosas que nunca descubrieron, que nadie nunca les enseñó a ver de sí mismas”. Y a eso se le suma que en esta etapa de la vida empiezan a surgir problemas de salud mental: la depresión, la soledad, la falta de actividad. “Pero acá hay motivación, porque ellas podrían estar en la casa viendo el matinal, pero no, se motivan, se visten. Algunas viven lejos, se maquillan y salen”, complementa Argi.

Ellas, las protagonistas

Después de la clase de ballet, la sala de ensayo está reservada para otro grupo que practica música urbana. Por eso hay que salir rápido, no alcanzamos a hablar en profundidad, pero cada una de ellas quiere dejar igual un mensaje cortito, un resumen de su experiencia. Una que incluso no pudo estar ese día, lo manda por whatsapp.

“En enero me operaron de la espalda y después de eso me sentí vieja, inválida. Ahí empecé a buscar algo y llegué al ballet y me ha hecho excelente. Siento que esto me ha hecho rejuvenecer. Yo soy mala para los días nublados, por eso en el ejercicio dije ‘sol’, porque en los días nublados me dan ganas de quedarme en la cama, pero el único día que me levanto feliz es cuando vengo acá”, Nelly, 66 años.

“Yo dije ‘sin exigencia y sin competencia’, porque eso te hace disfrutarlo más. Independientemente de que la profesora nos corrige, y está bien. Pero esto me hace muy feliz”, Cecilia, 62 años.

Ballet Senior Entrevista Revista Paula Santiago, octubre 2023

“Soy recuperada de un cáncer de colon. En la pandemia lo pasé muy mal porque estuve ocho meses sin salir ni al pasillo del departamento porque era una persona de alto riesgo. Eso me llevó a subir 20 kilos. Primero busqué esto para hacer actividad física, pero descubrí otra cosa más importante: el desarrollo personal, la motivación, la energía. Por eso es que venir acá me hace feliz. Me ha ayudado a recomponerme físicamente, pero mucho más emocionalmente, porque a uno la empiezan a invisibilizar a esta edad. En la familia una es la abuela, la que ayuda, la que cuida; en la calle también, uno ya no llama tanto la atención, la ven como la viejita, te dan el asiento, pero nadie nos ve como una persona con ideas, pensamientos, deseos, capacidad. Acá en cambio, yo sentí que tenía un lugar, me sentí valorada, reconocida. Aquí reaparecí”, Ximena, 60 años.

“Yo escribí ‘sueño realizado’. Tengo una hermana menor que bailaba y siempre la vi y tuve ganas de hacerlo, pero por distintas razones no pude. Ahora estando pensionada, mi papá se enfermó grave y a mi mamá la tengo con Alzheimer. Estoy al cuidado de ellos y comencé a estresarme. Varias personas me sugirieron hacer algo fuera de la casa y así llegué a esto que me tiene feliz, porque además del baile me encontré con unas compañeras preciosas”, Patricia, 65 años.

“Salí de una enfermedad grave y esto me ha hecho muy bien, me llena de felicidad, me olvido de lo que tengo. Mi cerebro no quedó muy bien en algunas partes, entonces cuando la profe dice a la derecha a veces voy a la izquierda, pero a pesar de eso me siento protegida, siento cariño. Es un sueño hecho realidad”, Carmen Gloria, 66 años.

Ballet Senior Entrevista Revista Paula Santiago, octubre 2023

“Yo hice ballet a los 15. Ahora que me jubilé comencé a buscar para retomar, pero no encontraba. Así llegué a esto. Como broche de oro, a esta altura de la vida es lo mejor que he encontrado. Y más encima con un regalo porque es el baile y también la psicóloga; ese complemento es lo mejor que hay porque además de trabajar el físico, la profe tiene la capacidad emocional y una donación de ella voluntaria de acompañar a cualquiera de nosotras que nos encontremos en apuro emocional”, Nancy, 65 años.

“Cuando llegue a Senior Ballet supe que era mi lugar; los espejos, mi memoria de adolescente se vino y me quedé con la magia de las profesoras que enlazan lo clásico, el movimiento y las emociones. Cuidarme para seguir en espacio con los otros maravillosos cisnes que juegan, danzan y vibran al unísono”, Sonia, 80 años.

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Mientras nos despedimos suena Felicità, la famosa canción de Al Bano & Romina Power. “La musica la elijo con cuidado cada vez, no es que ponga un playlist, voy de a una canción, viendo qué dice, qué emoción hay ese día. Hay lugares en donde los profesores llegan, ponen un playlist, hacen la clase y se van. Para nosotras no es así, es algo mucho más profundo. Nosotras creemos que realmente esto les ayuda a las mujeres mayores que asisten”, dice Argi.

“Por eso esta canción es perfecta, porque nos vamos todas felices”, le responde una de las alumnas.

“Se cumple el objetivo, entonces. Porque lo que nosotras deseamos profundamente, es que ellas sean felices”, concluye la psicóloga.

Carol y Agry, las profesoras de Senior Ballet