Paula 1206. Sábado 13 de agosto de 2016.

El teléfono no le ha parado de sonar. La semana en que José Piñera volvió a Chile a hablar sobre las AFP su hermano Pablo optó por lo que ha hecho casi siempre: guardar silencio. Por eso, trató de mantener apagado su teléfono y no contestar a las decenas de periodistas que querían saber su opinión.

Ya está acostumbrado. Aunque él hizo su propio camino en la Democracia Cristiana y ocupó cargos en los gobiernos de la Concertación –director ejecutivo de TVN, presidente del Bancoestado, subsecretario de Obras Públicas y hoy director ejecutivo de Cieplan y director del MBA de la Universidad Alberto Hurtado–, no debe haber sido fácil crecer al alero de Sebastián y de José. No lo desmiente ni confirma; no quiere hablar de José.

¿Qué te parece el regreso de tu hermano José a defender el  sistema previsional que creó?

El problema hoy son las bajas pensiones y siempre son bienvenidos los aportes de personas  para enfrentar este tema tan complejo…

Tu tío Bernardino dice que la sangre tira más que yunta de bueyes. ¿Por cuál de tus hermanos votarías si se llegara a producir el escenario de una competencia entre ambos?

Mi tío Bernardino es muy sabio, cumple ahora 101 años y  está con total  lucidez. Sigo sus consejos, por eso votaría por mí.

¿Soñaste alguna vez con ser Presidente como tus dos hermanos, Sebastián y José?

Creo que este país ha tenido bastantes Piñera para que otro más se meta en la política. A mí me gusta el sector público, nunca he pensado en tener un cargo de elección popular, creo que hay que tener cuero muy duro para estar en política activa. El gen de querer ser Presidente no llegó a todos en la familia, por suerte.

Cuando Pablo era pequeño vivía en una casa estilo barco inspirada en los diseños de Le Corbusier. Esa había sido la elección de su padre, José Piñera Carvallo, para la familia. Era fines de los años 50 y dentro de ese pequeño buque encallado en calle Hendaya, había una habitación que era un submundo más allá de las claraboyas, donde los cuatro hermanos Piñera solían jugar pichangas y arrasaban con cuadros, ventanas o muebles; si bien el espacio era amplio, las dos literas estorbaban el desempeño en la cancha intramuros. En esos años infantiles soñaba con ser futbolista profesional, "como Tito Fouillioux". La convivencia en esa habitación "no era fácil con una madre que era muy feminista y que tenía a las dos mujeres en piezas separadas y a los cuatro hombres en esa pieza con dos camarotes". Y agrega, "éramos bastante competitivos entre nosotros, en el deporte y en los estudios".

¿Qué te provoca el distanciamiento de tus hermanos José y Sebastián?

No es tanto. Estuvimos en el matrimonio de mi sobrino Cristián Piñera, hijo de mi hermano José, y ahí estábamos todos. Con Pepe, más que distanciamiento, hay un estilo distinto, él es una persona muy seria, muy académica, muy estudiosa, no tiene un sentido del humor muy desarrollado, entonces con él se dificulta un poco las relaciones porque tenemos formas de ver la vida y un humor distintos. A nosotros nos gusta mucho el leseo, echarnos tallas, decirnos pesadeces, es parte de nuestro estilo de vincularnos y José es muy serio.

"Nunca he lamentado no tener hijos. Fue una opción que tomé consciente y no me arrepiento. No tengo ninguna intención de trascender a través de mis hijos, no es un tema que me preocupe".

¿Cuál es la crítica que más te ha afectado sobre tu hermano Sebastián?

A Sebastián le han dado bastante duro y él tiene esa capacidad de resiliencia, que yo no tengo. Bueno, José y Sebastián, ambos han sido atacados muy fuerte, pero para Sebastián, cuando fue Presidente, las críticas eran injustas en muchos casos, bueno, claro, desde la óptica que es mi hermano.

¿Harías campaña por tu hermano Sebastián esta vez?

Cuando sea candidato lo veremos. Cuando Sebastián fue candidato a Presidente, yo era subsecretario de Obras Públicas del ex Presidente Lagos y nunca hubo conflicto.

¿Cómo es la relación con el ex Presidente Lagos?

Lo veo de repente, tengo buena relación con él. Yo siendo subsecretario de Obras Públicas, siendo el Presidente de la República y Sebastián candidato a la presidencia, nunca planteó el tema de "tu hermano es candidato presidencial y tú estás en el gobierno", nunca. Cuándo trabajé con él, fue muy deferente conmigo, para mí era muy incómodo cuando era subsecretario con bastante exposición porque hay hartas obras que se inauguran y mi hermano era candidato por la alianza opositora, pero nunca en el gobierno de él sentí un grado de incomodidad de cumplir mi rol. Siempre le he agradecido al Presidente Lagos su delicadeza.

¿Quiénes serán los candidatos de la izquierda y la derecha?

Yo creo que va a ser Lagos y Piñera.

"NO PIERDO LAS ESPERANZAS"

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Pablo Piñera viene llegando de un paseo en bicicleta por la Dordogne, Francia, donde recorrió 80 km diarios, un viaje tipo comer, rezar, amar. "Éramos cinco parejas de amigos, pedaleamos y comimos harto, bailamos y rezamos poco, ¡no da el físico ya pues! Lo único malo es que me eché dos kilos", dice, y se cruza la chaqueta del traje azul que lleva sin corbata. Polo –como le han dicho siempre a Juan Pablo Bernardino Piñera Echenique–, está más delgado a causa de una apendicitis; lo operaron de urgencia hace seis meses y bajó siete kilos. Ahora que está más flaco, el parecido con su hermano Sebastián es impresionante.

Él aclara que ama el deporte pero no la facha. Llega al gimnasio Balthus a las siete de la mañana a clases de spinning y suele cruzar el gimnasio con sus calzas de ciclismo, polera y zapatos de vestir porque muchas veces olvida llevar sus zapatillas.

Ese aire distraído, humor rápido y medio brusco de los Piñera, y el hecho concreto que ya llegó a los 64 y nunca se casó, forjaron el mito del eterno soltero. Mito alimentado por historias que hoy él mismo reconoce como ciertas. Como aquella vez en que intentó formar una familia y llegó a la casa que compartía con su pareja de esa época luego del trabajo y se sentó a leer La Segunda. Como ella le reclamó que cómo podía ser tan egoísta, al día siguiente volvió con dos diarios, uno para cada uno. Debut y despedida.

Desde aquel entonces ha corrido mucha agua y hay atisbos de que algo en él está cambiando. No en vano se quiere mantener flaco y lleva puesta una bufanda ondera. Hoy su corazón tiene dueña, pero su departamento todavía no.

¿Sigues disfrutando de tu soledad?

Llevo tanto tiempo viviendo solo, gran parte de mi vida, que disfruto bastante cuando llego a mi casa después del trabajo, me instalo y no hay nadie; pongo música o leo, saber que uno tiene un espacio. No tengo ni timbre en mi casa, vivo en el mismo departamento hace 30 años, muchos tocan el timbre por error, entonces lo suspendí. Si alguien me quiere ir a ver, me llama por teléfono. En mi casa siento que me aíslo bastante en los días de semana y hago poca vida social porque trato de hacer deportes en las mañanas y no me da el físico para trasnochar. Llego a mi casa y me siento como en un refugio y estoy tranquilo, solo, tengo mi buen escritorio para leer, buen equipo de música.

¿Es un poco triste llegar y que no haya nadie?

No, porque uno se acostumbra a estar así, básicamente es de lunes a jueves. Sábado y domingo hago más vida social y comparto más con mi partner, mi pareja, mi polola mejor dicho. Me entretiene también trabajar para el Estado de Chile, es súper atractivo. Lo que me gusta mucho es salir los fines de semana fuera de Santiago, aislarme un poquitito y ahí leo, hago bastante bicicleta y tenis, mientras más hago más me atrae. Me gusta la comida, no sofisticada como de este ¿cómo se llama? el menú del Bororo.

¿El Boragó?

¡Ese! No, no me gusta. Me encanta la carne mechada, me gusta la comida, pero normal, la sofisticada no la entiendo,  y juntarme con los amigos de siempre, con los cuales nos contamos los mismos cuentos, los mismos chistes, no hay muchas novedades pero me encanta.

¿Qué es lo bueno de ser soltero a estas alturas?

Lo bueno es que uno vive solo, molesta poco, uno maneja muy bien sus tiempos. Hago lo que quiero, como lo que quiero y eso es una ventaja. La desventaja es que uno a veces se siente un poco solo.

¿Qué buscas hoy en día en una relación?

Uno al final busca, sobre todo hoy día, de tener una relación de gustos comunes, comprenderse bien, pasarlo bien juntos, tener un sentido del humor parecido, tener interés en la conversa de las personas, eso es lo que más privilegia. Cuando era joven era más cosa de piel.

¿Alguna vez pensaste en ser cura, como tu tío Bernardino Piñera?

No, nunca lo pensé. Para nada. Siempre he sido cercano a la Iglesia pero nunca he tenido vocación de sacerdote. Inclusive mi tío Bernardino entró al sacerdocio a los 35 años, después de haberse recibido de médico y haber sacado un postgrado en Cleveland.

¿Y no sabes las razones por las cuales él ingresó al sacerdocio?

Le hemos preguntado muchas veces pero nunca ha dicho.

"Me arrepiento de no haber sido más valiente. Sobre todo en la época del régimen militar, estuve bien metido en el mundo de la Vicaría, pero al final uno mira las cosas para atrás y ve el horror que ocurrió y me gustaría haber sido un poquito más valiente sabiendo que uno corría un poco de riesgo".

¿Por qué nunca te casaste?

Esa pregunta me la han hecho muchas veces y solo lo he conversado con mi siquiatra y aún no tengo claro porqué, pero aún no pierdo las esperanzas.

¿Todavía está dentro de tus planes?

Por supuesto.

Más de alguna vez te debes haber enamorado.

Muchas veces, sí.

¿Y sentiste las ganas de haber sido padre?

Mira esa es una pregunta que siempre me he hecho, pero qué difícil saber lo que uno se perdió, cuando uno nunca lo tuvo, pues. Tengo mis sobrinos, pero es muy difícil cuantificar, pero sí creo que es un proyecto muy atractivo.

¿Y qué sentimiento tuviste cuando viste crecer a tus sobrinos o nacer a los hijos de tus sobrinos?

Siempre uno tiene una sensación de sentimientos encontrados, pero nunca he lamentado no tener hijos. Porque al final fue una opción que tomé consciente y no me arrepiento de eso. No tengo ninguna intención de trascender a través de mis hijos, no es un tema que me preocupe. Yo creo que uno hace las cosas en la vida, bien o mal, y veremos que ocurre después, esperemos que haya otra vida. Nunca he tenido la sensación de que no dejo ningún legado. Eso se deja con los afectos, con los cariños y eso creo que he tenido bastante en mi vida.

¿Eres complicado?

Según yo, no; según el resto, sí. Bueno, uno a esta edad ha tenido algunas convivencias en la vida, pero gran parte la he vivido solo, entonces la verdad es que compartir no es un tema fácil, uno se pone bastante rígido, poco flexible. He sido insoportable y con los años todos los defectos se acentúan. Siempre me plantean que yo hago vida como si anduviera solo y en parte les encuentro razón que es así. Nunca he estado conviviendo mucho tiempo con alguien.

¿Te han acusado de egoísta?

Muchas veces. Sí. Pero no soy ni ermitaño ni egoísta, me gusta la vida social, pero sí me gusta tener un espacio donde uno vuelve con tranquilidad.

¿De qué te arrepientes?

Me arrepiento de no haber sido más valiente. Sobre todo en la época del régimen militar, estuve bien metido en el mundo de la Vicaría, pero al final uno mira las cosas para atrás y ve el horror que ocurrió y me gustaría haber sido un poquito más valiente sabiendo que uno corría un poco de riesgo. Habérmela jugado más por los derechos humanos, haber tenido un rol más en contra de eso. Lo hice a través del mundo de la Iglesia entre el 73 y los 80 pero debí habérmela jugado más, mirado en la perspectiva de hoy en día veo las cosas con mayor proyecciones, con la distancia que da el tiempo.

¿Alguna culpa de haberle hecho daño a alguien?

Mucha, uno hace mucho daño y en el caso mío que echo tallas irónicas y que para mí son divertidas pero el afectado se puede sentir ofendido, casi siempre me equivoco ahí. He intentado y no he tenido mucho éxito.

LAS MUJERES Y EL DIVÁN

¿Siempre andas con buen humor? ¿Nunca tuviste depresión?

Bajoneado sí, depresión no. Hace un tiempo fui a un siquiatra, quería entender por qué era como yo era y en eso ayuda mucho el doctor.

¿Qué respuesta halló?

Más que respuestas uno entiende por qué uno es como es, en base a su historia, experiencia y pasado.

Y ahora que te conoces, ¿cómo es Pablo Piñera?

Eso lo sabe el siquiatra y yo. Oye ¡nadie hace público su sicoanálisis! Al final uno trata de ser buena persona y no siempre resulta, no siempre es fácil.

¿Qué mujeres te han marcado?

Me marcó mi madre, obvio, porque como me fui de la casa a temprana edad, vivía solo y no me había casado, ella pensaba que había que sobreprotegerme, me llamaba por si había comido o había dormido bien, entonces al final era un poquitito catete, porque estaban todos casados y Miguel vivía fuera de Chile. Era un intento de sobreprotección porque tampoco le aguantaba mucho. Me marcó de ella tal vez, cuando nos fuimos a vivir fuera de Chile la segunda vez, a Bélgica. Éramos solo cuatro hermanos y hubo mayor cercanía. Yo tenía 12 años, en un país distinto, un idioma que no era el español. De repente nos convidaba individualmente a comer, era como nervioso y atractivo, me acuerdo que había que tocar temas importantes, ahí hubo unas buenas conversas con mi madre, me ponía un poquito nervioso, yo decía ¿qué habrá pasado?, ¿qué le habrán contado?

¿A ella le dolía que no te hubieras casado?

Ella siempre quiso que  me hubiera casado, lo cual es normal y me decía ¡Polito! –imita con una voz aguda– estaba muy preocupada y yo le decía: "Mamá yo me voy a casar cuando tú te mueras, al día siguiente mamá me voy a casar", para que no siguiera insistiendo ni molestando, pero no fue muy efectivo.

¿Buscaste en otras mujeres la similitud con tu madre?

No, no.

¿Solo te marcó tu madre?

No pues, todas las relaciones que uno ha tenido marcan y de forma distinta. Siempre he tenido relaciones largas, que han marcado y espero haber dejado alguna huella.

¿Qué importancia tiene tu pareja, Loreto Pereira, en tu vida?

Es muy importante, pero eso es parte de mi esfera más personal.