El año pasado el diario El País de España publicó un reportaje llamado “Libros de autoayuda: el uso tramposo de la ciencia para defender el sentido común”, donde se resalta que el fenómeno de la “psico ayuda” triunfa en un entorno de malestar emocional en ebullición en el que las personas buscan explicaciones y soluciones científicas a sus dolores. Y justamente la explosiva carrera como autora de la psicóloga Pamela Núñez (52) partió en 2020 con ‘Tu cabeza te engaña’, justo entre el estallido social chileno y la pandemia. ¿Quién no necesitó un poquito de explicaciones y referencias en ese momento? Desde allí y hasta ahora, las publicaciones de la especialista siempre están en la primera fila de escaparates, a veces en la sección de autoayuda, a veces en la de psicología y a veces en las cajas de un supermercado.

Alguien podría decir que en ‘Cómo arruinar tu vida amoroso…¡o no!”, que algunos catalogan como manual del amor, se repite esta fórmula, pero para la autora no. “En el mundo de la positividad tóxica hay demasiada gente diciendo lo que el resto quiere escuchar. Me catalogan dentro de este lote porque uso un lenguaje coloquial, pero eso no significa que no tenga una formación seria”, dice la especialista, que se define como “una traductora porque pongo las cosas en simple”.

Todos los libros que has publicado son Best Seller, ¿cuál crees que es el factor de tu éxito?

“Precisamente yo creo que es porque hablo el mismo idioma de las personas. Al principio, el que yo usara este lenguaje más coloquial se criticó, especialmente desde una élite intelectual que vive en una cúpula y que no baja a la gente. Yo, a pesar de tener una formación seria, soy de la people. Tengo una historia de vida que expongo y que me hace encontrarme en lugares con mis lectores: trabajé desde los doce años, mi papá era ludópata y alcohólico, nací en una familia disfuncional, mi primer trabajo fue en el Sename, donde tuve que crecer profesional y personalmente a palos. Entonces a partir de esas experiencias, yo puedo hablarle directamente a las personas y encontrarnos en un lugar de vivencias”.

Tus publicaciones anteriores eran sobre ansiedad, este es sobre amor. ¿Por qué decides escribir sobre relaciones?

“Hace poco se publicó un estudio que confirma que las relaciones saludables son fundamentales para la felicidad de las personas. En mi trabajo con pacientes busco transmitirles la importancia de cultivar vínculos positivos, ya que no pueden reducir su ansiedad ni alcanzar un mayor bienestar si mantienen relaciones negativas. Algunas personas en la clínica preguntan cómo sobrellevar una pareja problemática, pero es crucial comprender que no se puede simplemente sobrellevar algo así, ya que puede tener consecuencias negativas para la salud y el bienestar.

Recientemente participé en un programa de televisión donde le pregunté al conductor qué es lo que realmente hace feliz a una persona, y él respondió ‘la pareja’. Sin embargo, la respuesta correcta son las relaciones nutritivas en general. Es un error común pensar que tener una pareja es la clave de la felicidad si eso significa sacrificar la salud, la tranquilidad y la billetera. Este es el error que veo a menudo en las personas hoy en día. Se vuelven adictas a cualquier cosa que les ofrezca un alivio momentáneo: la comida, las compras, las citas, las pastillas. Imagínate que hoy quieren medicar a las personas que viven un duelo, en lugar de permitirles procesar sus emociones, pero es que todo tiene que ser rápido”.

¿Cómo crees que el cambio en la dinámica de las relaciones en la sociedad actual afecta la forma en que las personas buscan y mantienen el amor?

“El mundo ha cambiado un montón. Las relaciones ya no son como antes, porque ahora vivimos en una generación que está totalmente enganchada a la dopamina. Todo ese rollo del circuito biológico de la recompensa hace que las relaciones largas sean difíciles de llevar. Hoy en día, la gente se engancha desde esa incertidumbre constante: “¿Me va a llamar o no? ¿Me va a pescar o no?” Y cuando por fin pasa algo, ¡uf!, se siente bien, pero no te engañes, eso no va a ser una relación que te deje tranquilo, que te deje dormir en paz, eso va a ser solo una anécdota más. Siempre digo que no es que seas muy exigente, sino que el ganado está súper escaso (se ríe). Y hay poca gente que esté dispuesta a aguantar la parte aburrida de una relación estable. Yo me enojo con toda esa autoayuda que te dice que vas a tener el amor que te mereces. Porque no es así, más bien, si no trabajas en tu mente, si no te educas bien, vas a sabotearte tú mismo. Si tomo malas decisiones y no me valoro lo suficiente, voy a elegir mal. Pero si hago ese trabajo interno, si me doy cuenta de lo espectacular que soy, el resultado va a ser diferente”.

Hace poco veía en Tik Tok muchos comentarios de usuarios que hablaban del impacto que tiene en sus vidas reales esto de poder cambiar la velocidad de reproducción en las aplicaciones.

“El daño que puede causar a los niños es bastante serio. Si este tipo de comportamiento de buscar la recompensa rápida comienza cuando son pequeños y sus cerebros aún no están completamente formados, existe el riesgo de que esas personas nunca lleguen a ser realmente felices. Vivir buscando solo la próxima recompensa nunca los dejará satisfechos. Y eso lo podemos ver en el día a día con adultos: compras algo y ya estás pensando en lo siguiente que quieres. Ves un reel en las redes sociales y ya estás deseando más. Tienes sexo con alguien y ya estás buscando a otra persona. Esta mentalidad contribuye a la depresión en la que nos encontramos. Para alcanzar la felicidad, es necesario aprender a posponer la gratificación inmediata por una recompensa mayor a largo plazo. En el caso de los niños, no todas las conductas problemáticas están relacionadas con la falta de algo; muchas de ellas son patológicas y se repiten sin motivo aparente. Los circuitos biológicos de nuestro cerebro tienen una plasticidad que ha sido demostrada, pero tiene sus límites. Por ejemplo, si me expongo al sol sin protección una vez, no pasa gran cosa, pero si lo hago todos los días, terminará dañando mi piel. Es extremadamente difícil reparar este tipo de daño una vez que ha ocurrido de manera prolongada”.

¿Cómo resumirías el propósito de tu nuevo libro?

“El propósito del libro no es ayudarte a encontrar pareja o mantener una relación, sino más bien evitar que te pierdas en el camino hacia ese objetivo. Encontrar pareja o estar en una relación es como una apuesta; por ejemplo, si decides estudiar medicina porque consideras que es valioso, eso está genial, pero eso no garantiza que ganarás mucho dinero o que no puedas enfrentarte a un accidente. Es crucial realizar un trabajo personal porque las personas sanas eligen estar con otras personas sanas, y parte de esto implica aprender a estar cómodo estando solo y disfrutarlo. Si buscas una buena relación de pareja no puedes engancharte con alguien nuevo cada cinco minutos, como si fuera una aplicación de delivery. El espacio vincular es algo sagrado y la clave está en preguntarte qué es lo que realmente quieres, porque varias respuestas son válidas. ¿Quieres buscar constantemente la emoción del circuito de la dopamina? ¿O el drama desde la hiperreactividad de la amígdala cerebral? Si estás dispuesto a conocerte a ti mismo y trabajar en tener una relación sana, entonces vale la pena el esfuerzo. Así como la soledad mata, las malas relaciones también”.