Pasión autogestora
Florencia Loewenthal, argentina de 40 años, acaba de montar la galería que lleva su nombre.
Entre los nuevos espacios de arte que están surgiendo en Santiago, se destaca la galería Florencia Loewenthal, montada por esta argentina de 40 años que hace 12 llegó a Chile. Aquí gestionó proyectos plásticos, montó su casa en el barrio Santa Isabel y, el año pasado, arrendó un local en la esquina de Ana Luisa Prats con José Manuel Infante, donde instaló una galería. Gracias a su seriedad y buen trato, se ha ganado el respeto del medio y la confianza de los artistas, con quienes se ha comprometido a concho. Su galería promueve arte contemporáneo de buen nivel, obras experimentales pero coleccionables. En general, se dirige a coleccionistas jóvenes que empiezan a interesarse en comprar arte. Entre los artistas que representa están Margarita Dittborn, Ignacio Gumucio, Carlos Navarrete, Mario Navarro y Natalia Babarovic.
¿Qué caracteriza tu gestión?
Mi idea es trabajar con un grupo limitado de artistas para representarlos y promoverlos, acompañarlos en el desarrollo de sus proyectos y comercializar y distribuir su trabajo. Me gustan las relaciones de respeto y reciprocidad con los artistas y, hasta el momento, he tenido muy buenas experiencias.
Están surgiendo muchas movidas culturales en el barrio donde te instalaste. Estás cerca de las galerías Die Ecke y Moto.
Adoro mi barrio. Cuando barro la vereda, siempre pasa un amigo artista o el kiosquero. Me encanta esa sensación de pertenencia. El barrio está teniendo un crecimiento muy interesante, porque es bastante auténtico. La gente que se instala aquí, en general, está relacionada con la cultura, hay muchos actores, músicos, artistas y anticuarios.
¿En qué ferias internacionales has participado con tu galería?
He ido al ArteBa en Buenos Aires y a la feria SP-Arte en São Paulo, y en octubre voy a Bogotá. São Paulo fue inspirador: vi cómo juegan las grandes ligas del galerismo, los precios y estrategias que manejan. Brasil está viviendo un momento buenísimo, y tiene un mercado nada despreciable. Vendí instalaciones de Carlos Navarrete y Mario Navarro, y todas las fotos de Margarita Dittborn. Estoy optimista y entusiasta.
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