Tanto tiempo que no sabíamos de ti, ¿por dónde andabas, querida?
Perdida por las Europas. Fui a pasear con mi madre, partí en Sicilia para conocer mis orígenes italianos y recorrer varias capitales. En eso me informaron que gané una beca Fondart de perfeccionamiento vocal con una compañía francesa y me fui a vivir tres meses a París. Voy a hacer una retribución muy bonita con niños discapacitados, que es el tema que me obsesiona en términos artísticos. Voy a montar algo entretenido con estos niños y enseñarles un poco las técnicas vocales que aprendí en París.
Eres seca para el canto, en el último tiempo en teatro has cantado harto.
He tenido la suerte y ahora me reclutaron para El señor de La Mancha, así que estoy muy feliz.
¿Y desde cuándo que te vino este rayón por trabajar con niños discapacitados?
Hace dos años lo llevé a cabo con la obra Gusanos, que he montado reiteradas veces. Fue el destino, como las cosas mágicas que llegan. Yo siempre tenía la inquietud, siempre quise dirigir teatro y trabajar con niños y apareció este proyecto y me hizo tanto sentido trabajar con discapacitados, no me preguntes por qué, y ahí estuve como pez en el agua, me encanta. Fluyo, lo paso bien, me nutro. Ahora en Berlín visité la compañía de un amigo que trabaja con actores discapacitados autónomos que han logrado la independencia a través de este trabajo profesional. Entonces siento que hay mucho por hacer.
Tienes una imagen sexy, con papeles súper como fuertes, que a veces no coincide con esta mujer que ha encontrado en los niños discapacitados parte de su realización. ¿O será que Paty López cambió?
No, yo creo que la gente cree que uno es los personajes de las teleseries. Más que cambiar, creo que encontré este nicho que está súper abandonado y artísticamente es increíble. Ellos son súper teatrales y tienen un apetito actoral tremendo, son súper musicales, tienen un rollo con el ritmo increíble, con la memoria. En este país es un misterio, como te digo, en países más desarrollados ellos pueden tener sus propios teatros y sus compañías. La sensación de que hay mucho por hacer en un tema específico a mí me estimula montones.
¿Has tenido que estudiar y entender lo que es el autismo?
No he estudiado nada, ha sido todo súper intuitivo y por ahora ha funcionado genial. Pero igual me acerco desde el rigor del teatro, como si fueran actores o estudiantes de teatro. Hay un rollo con la disciplina, con la memoria, básicamente en la disciplina, en los ensayos, en la repetición.
¿Y cómo estaban los franchutes, estaban guapos o no?
Enteros guapos pues. Me tocó París de invierno. Entonces todos con estos chaquetones con el ala levantada, con estos fular, estas miradas, son muy mirones ellos. En los cafecitos, con los cigarritos, leyendo el diario. Hay una cosa misteriosa. No escatiman en miradas, pero en verdad no conocí a nadie.
¿No conociste a nadie?
No, no me tocó. De quien soy muy amiga, muy amiga, íntima y personal y que lo adoro es de Jorge Edwards, nuestro embajador.
Pero está un poquito viejo para ti.
Nada, no me importa.
Ahh, te gusta un poco.
Sí, un poco.
Es que él es entretenido.
Y fuimos a comer ostras donde él iba con Pablo Neruda, entonces todo eso es fascinante.
Pucha, qué chori.
Me cautivó un poco. Lo extraño mucho. Es que cuando uno está lejos todas las personas con las que enganchas se vuelven más intensas porque estás súper vulnerable y sola. Además que es la primera vez que vivía fuera y me sentía como Carmela… un poco.
¿Cuál fue la cosa más huasa que hiciste, la metida de pata más Chilena?
La cosa más huasa es que arrendé un departamento por internet, como lo hace todo el mundo, pero me pidieron que pagara la mitad por internet. Entonces Carmela fue, hizo el depósito por Western Union y obviamente que la arrendataria desapareció y el departamento también. Eso fue un Carmelaso pulento, porque imagínate una semana antes de llegar a París, quedarme sin departamento en una ciudad donde está todo lleno. Olvídate, las vueltas que me tuve que dar.
¿Y cómo te anduvo el francés?
Ya estaba hablando al tercer mes. La oreja y la necesidad.
Oye, acabo de ver el trailer de Baby shower y Paty López, te pasaste, te pasaste. ¿Eres como salía en el trailer, la encarnación del mal y la crueldad, Paty?
Uf, para mí es el personaje más arriesgado que he hecho en toda mi carrera. Un desafío tremendo, mucha entrega, mucha intensidad, mucha preparación, mucha concentración, y creo que sí, se cumple el objetivo. En términos sicológicos es un personaje intrincado, con muchas capas, enfermo, herido, perverso, de una aparente calma que luego se torna en una animalía tremenda. Nunca antes había abordado un personaje así. Tan anormal, tan atípico, tan radical y tan intenso.
Querida Patricia López, ¿estado civil actual?
Sola. O sea, he tenido amores, por supuesto, pero así el amor como para casarse y fundar una familia todavía el universo no me lo ha presentado.
Sí, pero ¿eres muy mañosa?
No, no sé, tengo sentido común no más.
Yo acá tengo una entrevista en que enumeran tus parejas y han sido de todo tipo.
En buscar no hay engaño.
En la variedad está el gusto.
En las ganas no me quedo. Si yo lo intento, te juro.
Es decir: vocalista, músico, boxeador, candidato presidencial, ingeniero. De todos esos, ¿cuál debería ser la profesión de tu pareja?
Yo creo que tiene que ser una persona que piense. No sé si es un filósofo, un sicólogo, un escritor, un crítico de arte, no cacho, pero una persona que se piense, que se autopiense, que reflexione, que me invite a dialogar de cosas con humor, que le dé vuelta a cosas banales.
Cacho que los actores no te gustan mucho.
No me seducen nada y a la vez tener que verlo dándose besos con todo el mundo, creo que no podría soportarlo nomás.
Eres bien fresca, porque tú te das besos con hartos.
No, ¿cuándo fue la última vez que me viste dándole un beso a alguien? No beso.
¿Y los desnudos?
Tampoco.
Mentira, Paty. No te puedo creer.
Te juro. A no ser que David Lynch me invite a filmar un desnudo con él. Pero los besos por cláusula no los doy. Me cargan. Encuentro que es tan íntima la boca que uff, no sé. Estoy cada vez menos polémica, más vieja. ¿Me habré puesto latera?