Convertir el plástico en madera. Lo que suena como un truco de magia es el motor de la Fundación Cumplido Circular, creada en 2019. La organización trabaja con municipalidades de todo el país para reciclar plástico y así convertirlo en madera plástica con una máquina de extrusión para así convertir el material en nuevas formas como bancos, muebles, e incluso viviendas que son devueltas a la misma comunidad que aportó el reciclaje. Todo bajo un principio de circularidad en donde cada pieza de la comunidad es clave para cumplir con los objetivos.

Paula Galleguillos (36) es directora comercial de esta organización que retira cuatro toneladas diarias de plástico. Antes vinculada al mundo de los seguros y las finanzas, con el nacimiento de su hija –hace cuatro años– se cuestionó su vocación. “Cuando nació pensé: ¿cómo le voy a dejar este mundo así? El proyecto me llegó del cielo, lo pedí”, cuenta la ingeniera comercial.

¿Cómo funciona Cumplido Circular?

Lo que hacemos a grandes rasgos es que recolectamos el plástico de las ciudades. De este mismo plástico generamos esta madera y la regalamos a las comunas. Es súper potente, porque la gente ve que con su esfuerzo de reciclaje se mejora su entorno, sobre todo en lugares con escasos recursos. Se pueden hacer un millón de cosas con esta madera, entonces es mucha ayuda a las comunidades donde estamos insertos.

¿Cuáles son los desafíos de trabajar con reciclaje?

La logística es lo que determina si puedes seguir adelante. Tenemos camiones dando vueltas todo el día, de lunes a sábado. Y puede ser desafiante si estás en comunas diversas, como lo estamos nosotros. Desde Temuco, Petorca, Papudo, Las Condes, La Reina, Cabo de Hornos. Estamos tratando de abrir en Antofagasta, Cabildo, La Ligua. También al sur, porque nos dimos cuenta que el reciclaje es muy céntrico. Fuera de Santiago no hay muchas empresas de reciclaje, menos fundaciones. Nuestra meta es abarcar todo Chile.

¿Y a nivel personal?

Como trabajamos en el mundo de las municipalidades, es un mundo muy de hombres. Hay pocas mujeres. Generalmente la mujer siempre tiene que estar demostrando, constantemente. Sobre todo el mundo más público sigue estando lleno de hombres y recién se está modernizando. Es un desafío diario. Tienes que estar en la vanguardia, tienes que estar mostrando los números, demostrando que sabes.

¿Cómo es el reciclaje actualmente en el país?

Hay mucho marketing de por medio y hay poca gente que hace cosas reales. Creo que es un constante greenwashing. Son pocas las entidades, tanto empresas como productores, que hacen algo real y que impacte al medioambiente.

¿Se utiliza como un lavado de imagen?

Es mucho lavado de imagen. El reciclaje tiene que ir acompañado de educación porque si no va directo al fracaso. Nosotros hacemos eso, hacemos educación a la ciudadanía, a los colegios. Nuestro programa además de regalar mobiliario conlleva un montón de aristas súper importantes que tienen que ver directamente con el vecino de esa comuna. Si no tienes educación en cuanto a reciclaje, primero vas a reciclar poco y segundo, vas a reciclar mal.

¿Crees que de ahí viene el éxito, de ver algo tangible?

Hay muchísima desconfianza. Y no solo por mitos, sino porque hemos visto que empresas de basura han querido mutar sus servicios, en donde el camión de basura empieza a hacer reciclaje, pero lo junta todo y lo lleva al vertedero. Con la madera podemos demostrarle a la gente que esto es real. La gente cree en el proyecto y se motiva a seguir reciclando. Imagínate, le haces una plaza en la esquina de su casa con madera reciclada.

¿Cómo fue la recepción y participación de los vecinos?

En un principio nos pasó que las municipalidades son malas para comunicar las buenas prácticas. Al minuto de reciclar la gente no pescaba o reciclaba mal. Pero cuando vas al colegio, a la junta de vecinos, te juntas con la gente y la capacitas, entienden que cuanto más reciclan, más beneficios van a tener. En las comunas donde estamos, retiramos una malla y al otro día ya casi está llena. Partimos del vecino y terminamos con el vecino, devolviéndole la mano. También en cada comuna hacemos generación de empleo.