“Me sentía poco deseada”.
“Me preguntaba si volvería alguna vez a ser atractiva”
“Pensaba que ya no era suficiente para mi pareja”.
“Estaba seca, me dolía”.
“Mi foco estaba en sobrevivir”.
Todas ellas, son frases que se repiten una y otra vez entre las personas que se han sometido a tratamientos de cáncer de cualquier tipo. Pero hay una que se repite de forma constante:
“Nunca nadie me advirtió”.
Patricia Araya hoy tiene 48 años. En 2008 le descubrieron cáncer al colon. Un año después, metástasis pulmonar. Cuando le contaron acerca del tratamiento de quimioterapia, le advirtieron que sentiría náuseas, vómitos y que se le podía caer el pelo. Lo que nunca le dijeron es que además tendría problemas en su sexualidad.
Primero, no sentía ganas de tener sexo porque toda su energía estaba puesta en sobrevivir. Se sentía mal, estaba débil. “Solo dormía y vomitaba”, recuerda. Sus hijos en ese entonces tenían tres y un año y medio, por lo que no había ánimo para pensar en relaciones sexuales. “Solo quería sobrevivir”, enfatiza. Luego, comenzó a perder el pelo y los medicamentos le provocaron acné y debilidad en su piel, por lo que se le rasgaba y siempre estaba con cicatrices y sangramientos. “Me hacía sentir fea y poco apetecida”, señala. Y dice que no se le pasaba por la cabeza buscar a su pareja porque pensaba que él podía sentir un poco de asco por su aspecto.
Poco a poco se empezó a dar cuenta que los efectos no eran solo esos, también tenía sequedad vaginal y dolor. “No sentía placer”, dice Patricia. Y aunque hoy está separada del hombre que la acompañó en ese momento, dice que fueron muy compañeros durante la enfermedad. Y aunque señala que en el camino del cáncer se pasa por momentos muy malos, donde no quería que ni siquiera la miraran, dice también haber pasado por otros donde se quiere seguir manteniendo una vida normal y que las personas se olviden de la enfermedad. Por lo mismo, ella cuenta su testimonio, para que otras personas no tengan que vivirlo de esa manera. “Así como hay medicamentos para el cáncer, también los hay para hacer las cosas más fáciles en lo sexual”, señala.
A mi marido ya no le pasaba lo mismo conmigo
María Luisa Márquez fue diagnosticada con cáncer de mama en julio de 2021 y en noviembre de 2022. Al igual que Patricia, señala que nunca nadie le dijo que al tener cáncer se vería afectada su sexualidad.
“Con el cáncer la pareja se une o se distancia”, asegura María Luisa. Y es por eso que cree que es muy necesario que los doctores expliquen qué pasa en este sentido, para de esta forma preparar a los y las pacientes, y “que uno sepa que no habrá sexo en mucho tiempo, o por lo menos en lo que dure el tratamiento”.
María Luisa lleva 14 años casada y antes pololeó ocho años con su actual marido. Cuando le descubrieron el cáncer, como pareja se volcaron a armar un plan, a ver cómo lo hacían con sus hijos, cómo pagarían, entre otros. “El sexo pasó a octavo plano”, asegura.
Luego viene el tema de la resequedad y el dolor, que en la práctica dificulta continuar con la vida sexual. Pero no solo eso, la quimioterapia también genera una serie de aspectos físicos que afectan a las personas, como la hinchazón. Y eso, sin contemplar la autoimagen. “Cuando me quedé pelada, me afectó demasiado la seguridad, autoestima, imagen, todo. Lo que más me dolió en la vida fue que a mi marido no le pasara nada conmigo cuando yo estaba pelada”. Y es que como cuenta, se veía diferente y se sentía otra persona, por lo que veía que su marido ya no sentía la misma atracción hacia ella. “Fue heavy. Al final todo se conversa y a nosotros nos unió mucho en lo emocional, porque en lo que se trata de contacto físico, en ese periodo él pasó más a cuidarme que a ser el partner de siempre”, dice.
Las dudas al estar en pareja o soltera
Roxana Pincheira, a quien le gusta que la llamen Ro, tiene 33 años y a los 31 le descubrieron cáncer de mama. En la primera etapa estuvo en pareja y hoy está soltera. Reconoce que la sexualidad se ha visto alterada en muchos aspectos, tanto emocionales como físicos, y en este camino nunca ningún médico le ha tocado el tema.
“Si estás en pareja, sientes miedo a perder a la persona que amas por los cambios que trae esta enfermedad en tu estado de ánimo, en lo cotidiano y también en lo físico. Si estás soltera, también te sientes insegura de si realmente seguirás siendo atractiva o de si podrás cumplir con ciertas expectativas que se esperan en las relaciones”, cuenta.
Ro hizo quimioterapia y enfrentó la caída de su pelo, cansancio extremo, dolor, náuseas, y diarrea. Se miraba al espejo y no se reconocía, pero poco a poco se ha ido adaptando a su nueva apariencia física, y también a otros efectos secundarios. Señala que como no se habla de la sexualidad, cuando empiezas a tenerla te vas dando cuenta de la sequedad vaginal, el dolor, la dificultad para la penetración, entre otros. “Y todo eso da paso a que uno se sienta peor de lo que ya se siente por los cambios físicos. Y en mi caso se suma el hecho que, a los 30 años, cuando se supone que eres una persona activa sexualmente, ya no lo eres y pasas a no sentirte suficiente. Cada día comienza a bajar aún más tu autoestima”, reconoce.
En su caso, en todos los médicos que ha visitado, solo uno le tocó el tema de la sexualidad y lo hizo desde la arista reproductiva: para ver la posibilidad de extraer óvulos antes del tratamiento.
Ro reconoce que en un principio todo esto le afectó mucho. El cambio físico implicó caída de pelo, hinchazón, el hecho de andar amarilla, irritaciones y cicatrices. Sin embargo, dice que cada día lo ha ido manejando mejor. “Con el paso del tiempo te vas dando cuenta que aún estás, que sigues viva y disfrutando. Y eso es lo único que importa”, señala.
Ro reconoce que el cáncer le ha enseñado mucho y que esos aprendizajes se han visto reflejados en su sexualidad, que hoy va más allá de solo las relaciones sexuales. “El simple hecho de estar con la persona que quieres, acompañarla, una simple caricia, son actos de amor a veces mucho más grandes que el mismo coito”, comenta, y agrega que aún sin penetración puedes demostrar amor y mostrar deseo por la persona que tienes al lado. Dice que no es un proceso fácil, pero de a poco vas aprendiendo a querer de otras maneras y a darte cuenta de que, en realidad, no has cambiado, porque tu esencia sigue siendo la misma.
Mayor sobrevivencia aumenta la necesidad de poner foco en calidad de vida
Con el correr de los años, y dada la mejor calidad de los tratamientos de cáncer y también la mejoría en la detección precoz de la enfermedad, la sobrevivencia de los pacientes con esta enfermedad ha aumentado de forma significativa. Lo anterior, ha hecho que se vuelva cada vez más relevante preocuparse de temas de calidad de vida y rehabilitación. Uno de ellos, es la sexualidad.
Según información compartida por la doctora Karen Junemann, ginecóloga mastóloga de la Clínica Alemana y diplomada en sexología clínica, el 74% de los sobrevivientes de cáncer cree que su médico tratante debería preguntarles regularmente por temas sexuales, pero 64% de ellos dice que su médico jamás lo ha hecho.
El doctor Badir Chahuán, jefe de Cirugía Oncológica y reconstructiva de mama de la Fundación Arturo López Pérez (FALP), reconoce que desde la oncología abordan el tema sexual de forma muy superficial. Explica que las consultas son cortas y en general se enfocan más en lo oncológico, en los medicamentos, las cirugías, entre otros. “Muchas veces no tenemos el tiempo y los pacientes no nos preguntan”, dice. Y explica que muchas veces cuando ponen el tema sobre la mesa, lo hacen desde temas reproductivos.
Enfatiza eso sí que es muy importante visualizar la problemática para que por un lado los médicos se den el tiempo de tratarlo, pero también para que los pacientes consulten. “Hay soluciones, hay cosas que podemos hacer para resolver o aminorar estos problemas”, señala.
La doctora Junemann explica que el tema de la sexualidad no implica solamente la relación sexual propiamente tal, sino aspectos multifactoriales como la intimidad, deseo, excitación, orgasmo, satisfacción, reproducción, imagen corporal, cariño, comunicación, respeto, entre otros. También están los temas físicos y psicológicos que afectan el funcionamiento sexual. Explica que existen múltiples herramientas y tratamientos para manejar estos temas, pero que, al ser un asunto de muchas aristas, requiere un manejo multidisciplinario. Por ello, sugiere a los y las pacientes preguntar para que los puedan derivar de manera oportuna.
Hablar el problema para ofrecer soluciones
Estudios estiman que entre el 40% y 100% de los pacientes con cáncer sufrirán alteraciones en su sexualidad. Esto, a diferencia de lo que se cree, con independencia de la localización tumoral.
Así lo indica Daniela Paz Rojas, psicooncóloga y directora ejecutiva de la Corporación Yo Mujer, quien señala que la vida sexual de los y las pacientes de cáncer se ve afectada en múltiples dimensiones e interfieren aspectos fisiológicos, emocionales, relacionales, socioculturales.
La sociedad actual es coito-centrista, explica, y además, en el tema del cáncer influyen también los significados y creencias que están asociados a esta enfermedad, además de los asociados a la sexualidad. Esto hace que muchas veces se le considere un tema de importancia secundaria o más burdo frente a la meta de la supervivencia, lo que genera un desafío grande.
Sumado a todo esto y a los efectos secundarios de los tratamientos, que también afectan la vida sexual -como la capacidad orgásmica, la posibilidad de erección, la lubricación, el deseo, entre otros-, están también los temas psicoafectivos o relacionales que tienen que ver con cuánto me acepto y me gusto yo misma en la nueva situación, explica.
“Va configurando una dinámica que queda encapsulada por el silencio, ya que uno de los mandatos sociales es hacer que la vida sea lo más parecida posible a lo que era antes del cáncer”, dice. Todo esto, y la imposibilidad de hablarlo generalmente al interior de la pareja, va generando más problemáticas. Lo mismo ocurre en las personas que no están en pareja, que caen en una serie de fantasías respecto de qué va a pasar cuando la tengan, o si existirá la posibilidad de tener una pareja.
El tema sexual muchas veces se considera parte de la esfera privada de los pacientes, por lo que no se indaga más allá. Con todo, la psicooncóloga indica que es un tema que siempre aparece con el correr del tiempo, incluso en pacientes mayores. Asimismo, señala que, cuando se aborda, tampoco se indaga en la condición sexual de los pacientes, y esas particularidades también son muy importantes de tener en cuenta para que las personas puedan sentir que existen respuestas a sus preocupaciones.
“Es un mundo del que no estamos hablando, y por lo tanto, si no lo hablamos, no lo contenemos. Si no lo contenemos, no respondemos las preguntas, y si no respondemos las preguntas, no podemos intervenir en esas dificultades”, enfatiza Daniela.