Quienes tienen hijos entre 2 y 5 años pueden dar fe de esto: no es raro encontrar la galería del celular llena de fotos de sus caras, tomadas por ellos mismos. Las selfies, que tanto le gustan a los usuarios de algunas redes sociales, también es uno de los estilos fotográficos favoritos de los niños pequeños. A algunos, además, les encanta revisar sus fotos después que las sacan.
La etiqueta #ToddlerSelfie tiene más de 33 mil publicaciones en Instagram, mientras que otras variaciones de la misma suman miles de publicaciones más. En 2013, el sitio web Buzzfeed publicó un artículo llamado 22 bebés que descubrieron las selfies, donde mostraron auto fotos tomadas por bebés y niños muy pequeños. Le pregunté a mi hija de casi 4 años por qué lo hace y me respondió: “Porque es muy libre”. ¿Será que siente que tiene más control sobre esas imágenes que sobre aquellas que le hago yo?
Según un estudio publicado en 2013 por Common Sense Media, 38% de los niños menores de 2 años han tenido acceso a un dispositivo móvil, por lo que no es raro que pasada esa edad el uso de celulares para ver videos o para jugar evolucione al uso de la cámara fotográfica.
Por otro lado, Christine McLean, académica del departamento de estudios de la juventud de la universidad Nova Scotia, asegura que desde que tienen un año y hasta que cumplen tres, los niños desarrollan un sentido de identidad individual, tras haber descubierto que son seres humanos separados de sus mamás y papás, lo que en muchos casos resulta emocionante para ellos, pues los abre a un mundo de posibilidades. Es por eso, además, que empiezan a buscar instancias para conocerse y reconocerse, lo que los lleva a pasar varios minutos admirando su reflejo o mirándose en la cámara del celular.
“Es una forma de mirarse a sí mismos, de conocerse, de reconocerse importante y significativo, y también como imitación de lo que hacen los adultos”, explica el Jefe de la Unidad de Psiquiatría Infantil de la Clínica Alemana, Alfonso Correa. Según el especialista, se trata de una conducta que se puede relacionar tanto con el autoconocimiento corporal como con un potencial narcisismo: “Es natural que se quieran conocer y efectivamente tiene relación con un egocentrismo que en los niños es más acentuado y sano que en los adultos”.
“Si esta conducta se mantiene y se prioriza antes que comenzar a ver al otro, se propiciará un narcisismo que no promueve un desarrollo sano”, agrega Correa y suma que, para los niños, se trata de un fenómeno similar a mirarse al espejo. “Pero en este acto el niño no medirá correctamente las consecuencias de una imagen que no necesariamente deseará compartir con otros. Debe educarse en el uso que se les de a las imágenes captadas”.
Aunque se trata de una conducta relativamente normal, muy asociada a los tiempos que corren, en los que los adultos usan sus celulares para sacar fotos de ellos mismos y de los demás, el psiquiatra recomienda que no se promueva como parte del desarrollo infantil. “No es ni patológico ni problemático en sí mismo, pero no lo promocionaría pues se estaría estimulando el egocentrismo y el uso de pantallas de las que ya estamos sobre inundados”, dice. Recomienda en cambio educar en las formas adecuadas de comunicarse. “La principal forma de conocerse es a través de la relación con los otros y no con uno mismo”.