Las mujeres somos cíclicas. Cada mes vivimos diferentes fases en nuestro ciclo menstrual que está orquestado por diferentes hormonas según la fase: progesterona, estrógenos, testosterona, y también hormona leutilizante y folículo estimulante, las cuales necesitan de nutrientes para ejercer su rol. Con eso en cuenta, no escuchar o restringir el hambre que sentimos en los diferentes momentos del ciclo puede ser un acto totalmente desconectado de lo que realmente nuestro cuerpo necesita.

Las fluctuaciones hormonales impactan en nuestro nivel de ingesta, en la elección de ciertos alimentos y en el gasto energético, de ahí la importancia que tienen validar estos cambios y no solo eso, sino tener conciencia de que impactan en nuestras emociones y sensaciones corporales. Tener eso en mente es el primer paso a una salud integral.

En la fase lútea, período antes de la menstruación, es cuando más apetito tenemos, y es que ahí el metabolismo se acelera y nuestras necesidades de calorías aumentan. Así, honrar el hambre y acercarse al cuerpo y su ciclo es una manera de liberarnos de reglas, culpas, compensaciones y restricciones. Y también entender y atender a nuestras necesidades confiar en nosotras y en la comida, porque honrar nuestra hambre es también una manera de hacer las paces con la comida y resignificar el hambre como un signo de que estamos vivas y que hay vida fluyendo internamente.

Honrar el hambre no es dar rienda a suelta al piloto automático y comer todo aquello que históricamente nos hemos restringido. No es traspasar los límites de autocuidado y hacerlo como un acto de rebeldía hacia todas esas reglas restrictivas. Atender esta hambre es darnos nutrición y cobijo a través de los alimentos, porque como mencioné antes, estas hormonas necesitan de nutrientes.

No es raro pensar que en estos momentos siempre queremos chocolates o cosas dulces. Y una manera de soltar esa “dependencia” (si es que así se siente) es preguntarte por qué siempre dan ganas de lo mismo, si hay algo emocional que evoca ese alimento, qué es lo que nos hace sentir cuando lo comemos o qué recuerdos eso nos trae? Porque sí, efectivamente el cuerpo necesita de carbohidratos, pero no solo de chocolate, también necesita de papas, camote, arroz, plátano, miel, chocolate caliente etc. Necesita comer un rico plato de comida que contenga carbohidratos y proteínas y a su vez variados minerales y vitaminas. Y sí, también puede ser que luego un rico trozo de chocolate.

Hay otras cosas que también nuestro cuerpo necesita. Cosas como mantener sus glicemias estables a través de los tres macronutrientes (carbohidratos, proteínas, y grasas), y no solo alimentos con azúcar. ¿Y para el hambre entre comidas? Puedes aumentar las cantidades o también incluir colaciones.

Dejar de creer que solo hay una manera de alimentarnos y ser flexibles es la clave para disfrutar de nuestros procesos. Y lo es también el no pensar que si tengo más apetito es porque algo anda mal o porque estamos ansiosas. Porque no, eso es solo tu ciclo menstrual. Mientras más validemos eso, más en paz con nuestro cuerpo y comida estaremos.

En vez de verlo como un periodo donde me quiero comer el mundo en exceso y luego entrar en la culpa, comencemos a vivirlo desde la celebración de honrar que existen un flujo de vida interno que necesita ser nutrido.

Camila es Nutricionista – Health Coach. Instagram: @camilaquevedot