Aunque es una etapa preciosa e irrepetible, los primeros meses de un recién nacido no son fáciles. Ni para ellos, que están acostumbrándose a este nuevo mundo, ni para sus padres ni para sus madres. Pero es una experiencia que se ha repetido a lo largo de la historia de la humanidad con ciertos cambios culturales, cuya historia la pueden contar mamás, abuelas y bisabuelas. Y cuyos consejos al respecto abundan.
Pero cuando hablamos de un parto de gemelos, mellizos, trillizos o más, la historia es distinta. Según información entregada por el INE en 2013, los niños nacidos de partos múltiples representan al 2% de nacimientos en el país, lo que si bien es un aumento respecto al año 2000, sigue siendo una cifra menor en relación a la totalidad de casos.
La sabiduría del entorno a la mujer puérpera no siempre es suficiente en estos casos, por lo que se deben empezar a desarrollar nuevas estrategias y rutinas. “La literatura que hay al respecto dice que es más común tener depresión después de un parto de embarazo múltiple, y según mi experiencia estas mamás están más expuestas por distintas variables”, dice la psicóloga del centro Ser Mujer, Alejandra Silva, quien ha prestado apoyo emocional a distintas mujeres en esta situación.
“Por lo general son embarazos complejos, porque la posibilidad de que se produzca un acortamiento del útero es alta, y hay riesgos de embarazo prematuro y complicaciones que no son graves, pero sí molestas, como molestias en la cadera y columna. Esto sumado a todos los malestares clásicos del embarazo pero elevado al cuadrado, ya que el nivel de hormonas se dispara y el asco, la acidez y el reflujo son súper comunes”, explica la especialista.
La psicóloga Catalina Luco tiene cuatro hijas. La mayor, Sofía, tenía dos años y medio cuando a Catalina le confirmaron que su último proceso de fertilización asistida había funcionado y que estaba esperando trillizas. Si bien al vivir la infertilidad este fue un proceso que junto a su marido vivieron desde la alegría, al ser algo tan desconocido también estuvo lleno de temores y ansiedad.
“Fue un poco traumático, porque al tiro te dicen que es un embarazo de alto riesgo, que puede que uno de los embriones no siga adelante. Incluso te dicen que en algunos países se puede eliminar a uno de ellos”, cuenta sobre las emociones agridulces que rondaron las primeras semanas de embarazo. “Me preguntaba, además, qué iba a pasar con la Sofi, que tenía su vida organizada con nosotros, y cómo iba a poder entregarle a estas tres guaguas lo mismo que le había entregado a ella”.
A la semana 20 le dieron licencia porque las trillizas necesitaban crecer y ella, físicamente, no daba más. “Fue un bonito tiempo de aprendizaje sobre parar y entregarme al resto. Ni siquiera podía manejar porque mi guata no entraba entre el manubrio y la silla, y tuve que dejar todo en manos de mis papás, de mis primas que me ayudaban mucho y mis amigas que me apoyaban desde lo emocional. Fue parte del proceso de entender que necesitaba una tribu y fue una buena preparación para lo que venía después”.
Sobre esta necesidad de aceptar la ayuda que se ofrece, profundiza la psicóloga Alejandra Silva. “En el posparto la falta de sueño y el cansancio son parte del día a día, por tanto es importante tener ayuda en la logística de la vida cotidiana. En general, la sensación de soledad, de sentir que la vida se reduce a cambiar pañales, sacar gases y dar leche. Todo se vuelve muy operativo, pero con poco espacio para el regaloneo con cada uno de los niños y para qué decir con la pareja o la vida social”.
“Tienen que sostener en su mente a más de un bebé, lo que implica aprender a leer y reconocer las necesidades de dos o más guaguas a la vez”, explica Silva y añade: “es aventurarse a conocer el mundo de un nuevo hijo, pero multiplicado por el número de guaguas que tocó tener. Además está la sensación constante de tener que dejar de lado a los otros hijos para atender las necesidades de uno”.
Por lo mismo ahonda en la importancia de organizarse y prepararse durante el embarazo. “Hay varias cosas que pueden facilitar la organización y preparación para el nacimiento de los hijos que, a la larga, puede aliviar un montón de estresores que si no se prevén pueden generar mucha ansiedad y estrés. Yo les digo a mis pacientes que este es un mega desafío y que en la medida que nos preparemos, podremos sobrellevarlo de la mejor manera”.
La organización fue fundamental para María Luisa Amenábar, madre de cinco niños en dos partos. Tiene trillizas de 17 años y mellizos de 11. Desde el momento en que nacieron sus hijas mayores todo se convirtió en una gran planilla, donde nada podía quedar fuera de lugar: “Fueron tan chicas al nacer que tenía que ir en silla de ruedas a sacarme leche a una pieza especial en Neonatología y luego cuando me dieron de alta tenía que volver a la clínica a sacarme leche y poder verlas, ya que seguían hospitalizadas porque pesaban menos de dos kilos”.
“Por suerte eran las primeras y no sabía a lo que iba”, reconoce. “Si hubiera tenido una antes pienso que hubiese llorado todo el embarazo. Yo soy bien estructurada y había contactado a una persona que había cuidado trillizos antes para que me ayudara y tenía una pizarra blanca donde anotaba si habían tomado leche, cuánto había tomado cada una y si se habían tomado los remedios y a qué hora”.
Mirando hacia atrás, María Luisa lo ve como un tiempo inconsciente. “La organización era potente y todo giraba en torno a ellas, yo estaba absolutamente dejada de lado. Llegaba el día viernes y con mi marido nos quedábamos solos, no nos podíamos ni siquiera bañar hasta que llegara alguien a vernos y apenas entraban los mandábamos a lavarse las manos y a tomar una guagua”.
Por lo mismo, para ella lo más importante que hay que tener en cuenta cuando se tiene un embarazo múltiple es que toda la ayuda se acepta, nunca se dice no, gracias. “Todo brazo es bienvenido, porque significa dos minutos de menos estrés para ti”. Lo mismo opina Catalina, quien además descubrió en el camino que, si se organizaba, podía entregarle el mismo amor y cuidado a sus cuatro hijas, sin la necesidad de desplazar a nadie. Pero todo, siempre, con toda la ayuda que se pueda recibir.
El próximo 14 de noviembre se llevará a cabo la Tercera Jornada Internacional de Crianza de Múltiples, donde expondrá la escritora y psicóloga infantil Coks Feenstra. En la iniciativa organizada por el Centro Ser Mujer participarán también la experta en sueño infantil María Paz Barrozpe y la consultora de lactancia múltiple Gema Cárcamo. Para inscribirse, escribir a jornadamultiples@gmail.com y revisar www.centrosermujer.cl/jornada. El precio del seminario es de $45.000 para quienes se inscriban durante la primera quincena de septiembre.