Príncipe de neón

Paula 1114. Sábado 2 de febrero de 2013

Alex Anwandter Donoso. Santiaguino, 29 años. Vive solo en un departamento, donde lo rodean los sintetizadores. Allí le gusta cocinar recetas vegetarianas, escribir canciones y componer música. Se acuesta tarde. No fuma. Cuando quiere caminar escoge hacerlo por el barrio Brasil.

Gran parte de su infancia la dedicó a tocar violín y a escuchar música clásica. También oía a Michael Jackson y era de esos que hacían grabaciones artesanales con la radio doble caset. Más tarde descubrió internet. En programas como Galaxy y Soulseek bajaba música y se despertó en él su lado melómano.

"En los 90, la misma radio tocaba tanto Guns N' Roses como Laura Pausini, entonces yo no me cuestionaba mi gusto por determinada música. Eso cambió radicalmente con internet, donde descubrí música contemporánea rarísima y grupos que jamás iba a escuchar en la radio, como los Magnetic Fields".

Estudió en el Santiago College. Pero no se sintió parte del ambiente escolar. Anwandter era diferente. En vez de carretear o participar de actividades grupales, prefería -en solitario- desglosar música y componer nuevas melodías. En segundo medio capeaba clases y, cuando egresó, entró a estudiar Sicología. Duró poco tiempo.

"Siempre fui bien introspectivo, medio antisocial. En mis intentos por seguir la convención social intenté estudiar una carrera. Pero no soy una persona apta para sentarse junto a otras treinta para que alguien les diga a todos lo mismo. Toda la vida lo mío fue la música".

Su afán por hacer música se concretó en 2005 cuando fundó con compañeros de la Escuela Moderna de Música la banda de pop-rock Teleradio Donoso. Aclamados por la crítica, los tres discos Teleradio Donoso, Gran Santiago y Bailar y llorar se convirtieron en hits de la escena indie. En todos ellos Alex componía, producía y dirigía los videos. En 2009 abandonó el grupo para lanzarse como solista.

Teleradio Donoso fue una empresa que no ganó ni un solo peso. Pero la banda fue parte de la puesta en marcha de la máquina de la música chilena de la que hoy se habla. La falta de recursos me impulsó creativamente: si yo comenzé a producir, a mezclar los discos y a dirigir videos, fue porque no había nadie más que lo hiciera por mí. Esto trajo muchos beneficios: no tener que responderle a una industria que te impone una línea editorial. Hice lo que más me entretuvo, no tenía que responderle a nadie más que a mí mismo".

En 2010 lanzó su disco Odisea y, al año siguiente, Rebeldes, una bomba de pop y electrónica que lo tuvo de gira por Chile y Estados Unidos. Clave fue su presentación en julio de 2012 en Nueva York en el Latin Alternative Music Conference. Tras oírlo, la revista Time lo enlistó entre los diez artistas del mundo con más proyección en ese país. Desde entonces, los medios chilenos le dicen 'príncipe del pop'.

"Que me llamen así me hace preguntarme: '¿Quién es el rey, entonces?'. Si me introduje en el pop chileno es por eso que en alemán se llama zeitgeist, espíritu de los tiempos: una teoría según la cual cada manifestación sociocultural ocurre porque se dan las condiciones, no porque haya un súper genio impulsándola. Es el zeitgeist versus los grandes hombres. Si no era yo, obvio que iba a ser otro".

De su último disco, la canción Como puedes vivir contigo mismo se ha transformado en un estandarte de la lucha contra la discriminación. En el Lollapalooza de 2012, Alex dedicó un par de temas para hacer voz frente al caso de Daniel Zamudio, quien era su fan.

"La discriminación me preocupa. Es lo mismo que cuando había baños para negros y otros para blancos en Estados Unidos. No puedo entender que exista gente que no tenga tolerancia. Esa es la crítica que le hago a mi generación: hay muchas cosas pasando en Chile y nuestro arte no lo ha reflejado tanto. Tenemos que superar el conservadurismo, la baja autoestima".

Ahora, Alex está por presentar el disco Alex&Gepe y en marzo irá al Festival Vive Latino, en México, el evento musical más grande de Latinoamérica. Su agenda está copada en los próximos seis meses con presentaciones por Estados Unidos y Chile, en las que pretende hacer bailar a millones, con sus shows explosivos de calculado histrionismo.

"Producir sensaciones en la gente. Ese es mi objetivo. Que los bits retumben en el piso, que hagan bailar. Siempre me pregunto: ¿por qué un acorde emociona más que otro?, ¿por qué en esta parte, donde nadie está cantando, justo te da pena o te emociona? Esa es la parte maravillosa de la música".

bailar a millones, con sus shows explosivos de calculado histrionismo.