Propósitos de Año Nuevo que sí puedes cumplir (y que de hecho te hará bien hacerlo)
Un nuevo año es como una hoja en blanco que vamos rellenando con el paso de los meses. Para algunas personas resulta beneficioso hacer un índice al comienzo y delimitar, en la medida de lo posible, cómo serán estos 365 días, qué metas se esperan cumplir y qué proyectos se quiere realizar. El problema es que en esta construcción de un “mapa 2021” muchos terminan puntualizando y priorizando objetivos irrealizables que solo producen frustraciones y sentimiento de fracaso.
Propósitos como “tener más dinero”, “conseguir pareja”, o “bajar de peso”, no solo son quimeras, sino que en la mayoría de los casos los dejamos de lado a medio camino, tras darnos cuenta que no los planteamos por los motivos equivocados o porque no son lo que realmente necesitamos para estar bien.
Sobre la comida: “Trátate como a un amigo”
La nutricionista Pamela Campi urge a dejar de proponerse bajas de peso o de talla cada Año Nuevo. Según su punto de vista, también deberías olvidarte de propósitos como “este año voy a comer menos pan”, porque lo más probable es que, en primer lugar, no los cumplas y, en segundo, vas a sufrir.
“Cuando alguien se pone como meta bajar de talla significa que se va a someter a una dieta”, explica la especialista en Nutrición y agrega: “Y se ha visto en estudios que no existe ninguna dieta que sirva para mantener una baja de peso en el largo plazo”. De hecho, cuenta que mientras que en su gran mayoría las personas que se someten a dietas restrictivas recuperan su peso, en un tercio de los casos incluso terminan con más kilos que antes.
Es por esto que recomienda propósitos más realistas, saludables para el cuerpo y la mente y, por sobre todo, autocompasivos. “Con esto me refiero a tratarte como tratarías a un amigo o ser querido que tiene un conflicto con la comida o con su cuerpo, tratando de silenciar a ese acosador interno o juez criticón que nos castiga, que nos dice que cómo es posible que no tengamos fuerza de voluntad y que no deberíamos comer tal o cual cosa”.
“Un propósito podría ser evitar las dietas y cualquier restricción calórica que solo nos desconectan del cuerpo, aíslan socialmente y nos hacen vivir con culpa”, recomienda y añade: “Cambiar la dieta por mejorar la relación con la comida y dejar de hablar de alimentos buenos y malos, como si tuvieran un valor moral”.
También propone una meta dulce: “Ser capaz de comer un postre que de verdad quieres comer y dejar de elegir tus alimentos en base a que tiene pocas calorías. No dejes de lado la satisfacción de la alimentación, que no es solo en relación a la cantidad que consumimos, sino a que si estamos comiendo lo que queremos o no”.
Ejercicio: “Hazlo porque cuidas a tu cuerpo y no porque lo odias”
¿Te pasas horas haciendo abdominales y otros ejercicios que honestamente no disfrutas? ¿Te enojas porque pese al esfuerzo que pones tu cuerpo no logra llegar a los objetivos que te has propuesto? “Este año deberíamos empezar a ver al ejercicio como una herramienta para bajar el estrés, dormir mejor y mejorar el ánimo, y no como una forma de bajar de peso. Así empiezas a ejercitar porque te gusta, no para quemar las calorías que comiste”, recomienda Pamela Campi.
Relación con el cuerpo: “Vístete como quieras”
Existe un dicho que asegura que las mujeres gordas no viven en el presente, sino que en el pasado y el futuro: Cuando eran más flacas y cuando bajen de peso. Esto, además de ser tremendamente ofensivo, solo replica estereotipos nocivos y pone en el peso la responsabilidad y el permiso para ser felices y hacer lo que queramos.
“Muchas veces piensas que cuando estés flacas harás esto, que cuando bajes de peso harás tal cosa, como si al perder kilos la vida se arreglara y fuéramos a encontrar el máximo de felicidad”, cuenta la nutricionista. “No hay que esperar bajar de peso para hacer lo que queramos. Vístete como te gusta y como te sientas cómoda, deja atrás pensamientos negativos sobre tus piernas o celulitis, y si te gusta la falda, úsala”.
Trabajo: “Hazte valer”
El autocuidado no va solamente por el peso, la comida y el ejercicio. El trabajo es unas de las principales causas de estrés y ansiedad, y estar tranquilas en este aspecto es clave para tener un año mejor, especialmente luego de haber vivido un periodo tan incierto en este ámbito.
“Tras los negociaciones en las que participé durante la pandemia, me di cuenta que las personas tienen que aprender a valorar lo que hacen y a estar seguros de que hacen un buen producto u ofrecen un buen servicio, para así no regalarlo”, dice el abogado experto en negociación, Francisco Pereira. “Si trabajan para alguien, tienen que hacer valorar su tiempo entrega. Este fue un año en el que muchas personas se aprovecharon de la nobleza de sus trabajadores o proveedores, quienes a su vez se dejaron estrujar por temor a ser rápidamente reemplazados. Pero si mantuviste tu trabajo después de haber pasado por todo esto, quiere decir que tu vales. La consigna 2021 debería ser: No regales tu tiempo y trabajo, negócialo”.
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