¿Qué debe pasar para volver a creer en el amor?

Cómo volver a creer



El amor no es solo una emoción de atracción hacia otra persona o una sensación sensorial de placer. El amor -entendido profesionalmente- es sobre todo la capacidad de comprometerse. “Cuando uno dice ‘te amo’, dice en realidad ‘me comprometo contigo’. Dicho de otra manera, el amor es una emoción que define un tipo de relación, que es de compromiso”, explica el psicólogo Edmundo Campusano, director de la Escuela de Psicología de la Universidad Mayor. Para el experto, hay tres situaciones que que se conjugan para volver a creer en el amor, en el sentido de volver a creer en comprometerse e implicarse en una vida con otra persona.

  • Cortar en serio la relación anterior: “Cortar los lazos invisibles que te comprometían. No solo cortar la pasión, el deseo o la vida cotidiana, sino cortar lo más invisible, como la lealtad, la intimidad, la sensación de cuidado mutuo, o vida en conjunto que se tenía con la persona anterior. Para así cerrar una etapa”, dice el especialista.
  • Proceso de maduración: “Las personas más adultas, más independientes, más responsables de sí mismas, que saben qué proyecto de vida quieren. También son capaces de darse cuenta de los motivos por los cuales han cortado una relación y las razones de por qué ese proyecto ya no fue posible. La madurez hace que puedan tomar decisiones más claras y arriesgarse a volver a sentir, a volver a implicarse y comprometerse en una nueva relación”.
  • Una nueva cultura: “Hasta los 80 el amor era para toda la vida. Las personas creían buscar y encontrar un amor y proyecto de pareja en familia que era para siempre. Pero en estos tiempos, se acepta culturalmente que no hay un solo proyecto de vida, sino que pueden haber múltiples. Por eso hoy las personas se permiten separarse y reinventarse. Podríamos decir que hoy sí ocurre el amor después del amor, pues se acepta que no necesariamente hay una sola persona para cada uno, sino que pueden haber más, dependiendo de las etapas vitales, los procesos de desarrollo, los momentos históricos y procesos de maduración en que cada uno esté”. La posmodernidad ha permitido que emerjan proyectos como familias ensambladas que ya no están “condenados” a quedarse con la misma persona toda la vida. La sociedad ya no castiga como antes la posibilidad de cortar un proyecto.

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