¿Qué significa estar sanos? Más allá de la ausencia de una enfermedad

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Estar sanas. Algo tan básico, pero que en el último tiempo se ha convertido en uno de nuestros principales deseos, tanto para nosotras como para nuestros seres queridos. Históricamente hemos entendido la buena salud, o el hecho de estar sanas en base a lo contrario, es decir, a la ausencia de una enfermedad en el organismo. Pero para las distintas especialidades de la salud, el estar sanas tiene más implicancias, que abordan desde lo físico hasta lo mental, con igual importancia.

Para Ornella Allegro, nutricionista de Clínica Ciudad del Mar, estar saludable engloba una serie de factores: “No tener déficit nutricionales en vitaminas y minerales; mantener una buena composición corporal; no tener conductas viciosas como el consumo de alcohol, cigarrillo o drogas; mantenernos activos físicamente y dormir lo suficiente; hidratarnos diariamente, comer variado y equilibrado. Pero no solo eso, ya que para poder cumplir con lo anterior nuestro cuerpo debe estar en un equilibrio físico, mental y emocional, y así las decisiones que tomamos a diario serán las adecuadas”.

Tal como se ha demostrado en los estudios más recientes, es imposible saber a ciencia cierta si una persona es saludable o no, simplemente observando su cuerpo de manera superficial. Pues así como una persona delgada puede tener una serie de enfermedades metabólicas escondidas, una persona con sobrepeso puede estar perfectamente sana. Según Ornella, para definir si un cuerpo está o no sano, hay que ir un poco más allá: “Hay parámetros de sangre y medidas que nos indican que existen menos riesgos para nuestra salud, como la circunferencia abdominal y de cuello, porcentajes de grasa, entre otros. Pero se debe analizar caso a caso, e indicar sus parámetros considerando sexo, estatura, edad y antecedentes, entre otros factores”.

Para mantener la salud, en tanto, desde el punto de vista de la Nutrición, la especialista recomienda ver al cuerpo como un hogar, y hacernos responsables de su cuidado. “Muchas veces las personas se ven tentadas a seguir dietas de moda que proliferan en redes sociales para sentirse saludables, pero desde un punto de vista profesional, no lo recomiendo”, advierte.

Son otros los parámetros con los que la dermatóloga de Clínica Alemana, Katherine Barría, mide la salud de sus pacientes. “Una piel saludable es una que no tiene patologías activas, como acné inflamado o rosáceas”, explica y agrega: “Lo primero que hay que tener en consideración son hábitos de vida saludables, como el dormir bien, tener una buena alimentación, no fumar y evitar el foto daño, que es lo que más va envejeciendo a la piel”.

Si bien es normal que por factores cronológicos del organismo la piel envejezca con el paso del tiempo, el daño proveniente de la luz hace que este fenómeno se acelere. Lo mismo pasa, según la dermatóloga, por la contaminación, la alimentación, el estrés y la radiación ultravioleta. “Mantener controlados estos hábitos a través de rutinas básicas de cuidado es fundamental”, dice y añade: “Por una parte, que haya fotoprotección todo el año contra rayos UVB, UVA y la luz visible. Tener una limpieza suave en la mañana y en la noche, aunque la persona no se maquille, y preocuparse de mantener la piel hidratada. Para complementar, se pueden usar antioxidantes para darle a la piel las defensas contra el estrés oxidativo”.

Pero no es solo el cuerpo físico el que debe estar sano. Así lo confirma la psiquiatra de Clínica Dávila, Eugenia Escorza. “La OMS establece que no hay salud sin salud mental”, explica, y agrega: “La salud es un es estado de bienestar en el que el individuo se da cuenta de sus propias aptitudes, donde pueden enfrentar las distintas crisis de su vida, como la de la adolescencia, de la adultez, del climaterio o cuando queda el nido vacío, y al mismo tiempo pueden trabajar productivamente, haciendo una contribución a su comunidad”.

Según la psiquiatra, la salud mental puede tener repercusiones en la salud física y viceversa, al ser todo parte del mismo organismo. “Además, la salud mental tiene repercusiones en el sistema, entendiéndolo como el sistema familiar y el sistema laboral. Si tenemos un jefe con problemas de salud mental, probablemente se verá afectada la salud mental de sus subordinados. Lo mismo pasa en la familia, cuando hay problemas de violencia o cuando un familiar tiene problemas con el consumo de sustancias”.

Para cuidar esta salud mental, Escorza recomienda trabajar en la auto aceptación, en aprender a quererse, conocerse y cuidarse. “También es importante saber frustrarse, porque los errores están hechos para aprender, y en las nuevas generaciones vemos muchos problemas en este aspecto”.

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