Durante el embarazo, las futuras madres suelen estar muy conscientes del tipo de alimentos consumen. Sin embargo, a pesar de mantener una dieta equilibrada puede que les hagan falta algunos nutrientes esenciales para favorecer una fecundación saludable y el bienestar general en los cambios que se avecinan. De esta forma, las vitaminas prenatales surgen como una alternativa para obtenerlos: se trata de una serie de medicamentos que contienen multi-vitamínicos, diseñados para el periodo de antes y durante el embarazo, así como también para el periodo de la lactancia.
“Se recomiendan básicamente porque la alimentación de algunas mujeres no es adecuada y no consumen la cantidad requerida en el embarazo de nutrientes específicos y que tienen mucha importancia. Puede ser el caso de alguien intolerante a la lactosa, que no consume calcio”, explica la ginecóloga Marcia Venegas. Existe evidencia científica que ha comprobado que algunas vitaminas prenatales, tales como el ácido fólico o el fierro, efectivamente disminuyen ciertos riesgos. Por ejemplo, el ácido fólico tomando un miligramo al día durante el primer trimestre, disminuye el riesgo de mal formación del tubo neural, es decir, problemas en el desarrollo del cerebro. El fierro, a su vez, ayuda a prevenir anemia en las embarazadas, que puede provocar complicaciones tanto para la madre como para el crecimiento del feto.
“Si uno tuviese una alimentación balanceada y equilibrada alta en frutas y verduras de distintos colores y variedades debería poder adquirir las vitaminas necesarias, a excepción del ácido fólico y el fierro, que efectivamente necesitan una suplementación por sus múltiples beneficios”, explica Marcia. Para las que planean embarazarse, la especialista recomienda el consumo de ácido fólico tres meses antes, ya que es una vitamina clave en la multiplicación celular. Si no es el caso, comenzar apenas se enteren del embarazo.
“La prescripción de las vitaminas prenatales dependerá de los hábitos alimenticios de la persona -si es vegana, vegetariana o intolerante a la lactosa- y del medico tratante, quien evaluará que tipo de vitaminas requerirá la paciente. En general se parte a la semana 10 o 12 con las vitaminas tipo multi-vitamínico”, explica Marcia.
Aquí, algunas de las vitaminas prenatales que son comunes de prescribir:
- Ácido fólico: reduce el riesgo de mal formación del tubo neural, consumido desde antes del embarazo.
- Fierro: reduce el riesgo de anemia.
- Calcio: recomendable en pacientes cuya ingesta es limitada de lácteos.
- Omega 3: favorece el neurodesarrollo. Se indica en pacientes con baja ingesta de alimentos que lo contienen, como el pescado.
- Multi-vitamínicos: se recomiendan en pacientes con alimentación no balanceada con baja ingesta