Queda poco del invierno; aprovéchalo
No es la época más querida, pero el frío también tiene su encanto. En este artículo seleccionamos algunos placeres estacionales para disfrutar sin culpas. Bastarán unas pequeñas dosis de 'inviernismo' para empezar (o terminar) el día sonriendo, aunque, ¡precaución!, son altamente adictivas.
Flojear acurrucada con tus amores. Al chocolate caliente le sumamos una mantita, una buena serie y un par de horas bien regaloneadas. Seguro que con solo leerlo ya te imaginas instalada, calentita y cómoda… entregada a los brazos de tu pareja, hijos, mascota o volviendo a ser niña con tus papás. Busca generar estos instantes durante el invierno, porque más allá de pasar un momento relajante, hay beneficios emocionales. "Para los seres humanos, abrazarse, tocarse o darse la mano implica activar miles de sensores que estimulan el sistema nervioso central y áreas relacionadas con el placer en el cerebro. Esto incita a sentirse bien y conectar con la sensación de plenitud y cobijo, que ayuda a disminuir el estrés. Nos sentimos más relajados y 'calentitos' al sentir la piel del otro. Un abrazo genera un bienestar a nivel físico, relaja, genera calor, y a nivel emocional origina la sensación de sentirse querido y acompañado", comenta la psicoterapeuta transpersonal y directora del programa para encontrar el amor de pareja 'Si Yo me Amo, Tú me Amas', Claudia Pinto Rebello (hola@ClaudiaPintoRebello.com).
Aromas de invierno. Cuando bajan las temperaturas pareciera que todos los sentidos buscan los estímulos más intensos, y el olfato no es la excepción. Si te fijas, la mayoría de las fragancias de esta época son más bien amaderadas, dulces y penetrantes. Si nos centramos en la naturaleza, piensa en eucalipto, canela, vainilla, jengibre, tomillo y clavo de olor… de recordarlos vuelve la sensación de confort, ¿no? "Los aceites esenciales asociados al invierno generalmente se obtienen de las mismas especias que usamos para potenciar nuestro sistema inmune. Cuando nuestros receptores olfativos los captan se genera una cascada para reforzar este, y a la vez se eleva el estado de ánimo", explica Ortiz. Otra forma de usar los aceites esenciales -además de un difusor ambiental- es en baños de tina; la especialista recomienda agregar al agua dos gotitas de aceite de naranja, dos gotitas de canela y una gota de vainilla (aporta sensación de calidez). No se recomienda aplicarlos directamente sobre la piel, a menos que estén elaborados para ello.
Al agua y más. No hay que confundirse eso sí, invierno no tiene por qué ser sinónimo de permanecer en reposo durante cada momento libre. ¡Actívate nadando en agua temperada! (y empieza a preparar el cuerpo para el próximo verano). Nadar es un excelente ejercicio si lo practicas con regularidad, ya que fortalece el sistema cardiovascular y respiratorio. "Mejora la fuerza y resistencia de una gran cantidad de musculatura, y también la coordinación y flexibilidad corporal. Es un ejercicio de muy bajo impacto y (en agua templada) contribuye a la disminución del dolor y el estrés. Es recomendable tanto para personas sanas como para aquellas con patologías como artrosis, hernia discal, hipertensión arterial o fibromialgia", explica la kinesióloga Rocío de la Barra (rociodelabarra@gmail.com).
Saborea un chocolate caliente. Bien espeso y extra-hot para levantar el espíritu en los días más gélidos es una tentación a la que vale la pena sucumbir. Además de rico, el cacao es un alcaloide que promueve la producción de serotonina (la hormona del placer y del humor), "por su función estimulante eleva la temperatura corporal y levanta el estado de ánimo. Tiene propiedades antioxidantes y una importante cantidad de flavonoides, asociados a mantener la presión arterial estable y la memoria en óptimo estado", explica la naturópata y certificada en aromaterapia Denisse Ortiz (naturopatadenisseortiz@gmail.com). La especialista recomienda consumir una taza de chocolate en polvo (ideal que sea al menos de un 70% de cacao) y endulzar con estevia, azúcar rubia o de coco, y agregar cáscaras de naranja (equilibrante del sistema nervioso central).
Un ritual de belleza. Ideal para capear las bajas temperaturas es meterse al sauna y aportar así algunos beneficios para la piel (principalmente para aquellas más grasas y gruesas). "Contribuye a desintoxicar, oxigenar la piel, así como a activar el metabolismo. Recomiendo más el sauna vapor que el seco, por la deshidratación de la piel; se puede hacer 1 o 2 veces por semana en tramos de 10 minutos -las pieles sensibles o con rosácea deben tener precaución y evitar mantenerse por más de 3 minutos- y aprovechar de exfoliar el rostro y cuerpo, aplicarse una máscara para el pelo y después del sauna hidratar bien la piel", aconseja la cosmetóloga y directora del centro de estética Zapatitos Rojos, Karen Espinoza.
Dormir más y más temprano vale la pena. No solamente por la obviedad de descansar por más horas, sino porque en invierno realmente lo necesitas. Sabemos que durante las horas de sueño el organismo regenera sus células y a nivel cerebral se procesa la información de lo vivido durante el día, de ahí lo importante de establecer un descanso de calidad. Pero además estamos sujetos a los biorritmos de la naturaleza. "La falta de luz y de calor genera la necesidad de estar menos horas despiertos (…) durante el otoño nos empezamos a preparar biológicamente para dormirnos más temprano, y en invierno el sistema nervioso requiere este proceso más calmo para reservar energía. Como la vida actual nos hace vivir todas las estaciones con los mismos hábitos, en esta época presentamos signos de cansancio", detalla Claudia Pinto. Por eso, si es posible, disfruta del placer más simple: dormir a pierna suelta. Cuanto más puedas, mejor.
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