Si hace un tiempo ser el director o la jefa máxima de una gran empresa era el sueño de muchos jóvenes que recién entraban al mundo laboral, hoy ese discurso no es tan recurrente. Es más: muchas personas están desistiendo de escalar en empresas o de llegar a puestos de liderazgo por su salud física y mental.

La tendencia tiene un nombre: “Quiet ambition” (ambición silenciosa), un término usado por primera vez en abril de 2023 en un artículo de Fortune y para el que desde entonces varios medios, psicólogos y expertos en mercado laboral empezaron a buscar respuestas con el fin de entender qué es lo que buscan las personas más jóvenes en sus trabajos.

El portal especializado Work Life plantea que “quiet ambition” no es sinónimo de que los jóvenes no tengan ambiciones, sino que priorizan sus propias necesidades: “El deseo de alcanzar el éxito todavía está muy presente, solo que la definición de éxito ha cambiado a lo largo de los años. Lo que más se valora ha cambiado. Para una persona el éxito podría significar poder apagar su computador durante el fin de semana y no pensar en ello. Para otra, podría ser ganar una determinada cantidad de dinero o trabajar en una determinada empresa. El ‘quiet ambition’ se trata de descubrir cuáles son tus valores y qué es importante para ti y no que una gran fuerza externa te lo imponga”.

Pero ¿qué hay detrás de esa tendencia? Para Vania Martínez, psiquiatra, académica de la Universidad de Chile y directora del Núcleo Milenio Imhay, la clave está en los cambios laborales impulsados por la pandemia del Covid-19 y una mayor valoración de la calidad de vida y la salud mental. “Las personas están considerando, dentro de las variables, esto para tomar una decisión. Por una parte quieren un tiempo para destinar al ocio, a la familia, también hacer alguna actividad física o deporte y, por otra, si es que ese desafío implica una sobrecarga emocional de la cual no se está preparado, también lo están considerando”, sostiene.

Al mismo tiempo, dice la especialista, para otras personas ver el progreso en términos laborales puede ser un factor que aporta a una mejor salud mental. “Yo creo que hay que verlo de las dos maneras; efectivamente pudiese ser que las personas consideren, en resguardo de su salud mental y calidad de vida, no asumir nuevos desafíos, no tener como meta tener más responsabilidades, pero para algunas personas también tener mejor salud mental es justamente ver objetivos cumplidos y tener mayores desafíos”.

En la misma línea, Francisca Venegas Cerda, psicóloga clínica, terapeuta familiar y creadora del podcast Sana Incertidumbre, considera que “por mucho tiempo se tuvo la creencia que aspirar a más implicaba que uno iba a tener una seguridad económica o incluso de salud mental. Hoy sabemos que esto no es así, que la mayoría de las veces no sucede, que hay personas que llevan 40 años en el mismo trabajo y tienen pensiones muy malas o poco reconocimiento, y ahí se dan cuenta de que gastaron mucha energía en el trabajo, que no generó ese ambiente o calidez que se estaba buscando”.

Al mismo tiempo, menciona la psicóloga, “en un mundo donde se busca mucho la productividad y la ambición por sobre todas las cosas, de repente se deja de lado que no todas las personas queremos ni necesitamos lo mismo”.

En efecto, un estudio realizado por McKinsey & Company y la organización LeanIn.Org en 2023 dejó en evidencia las necesidades distintas de muchas mujeres: el 38% de las que tienen hijos chicos afirmaron que sin flexibilidad en el lugar de trabajo, tendrían que abandonar la empresa o reducir su jornada laboral. La investigación fue hecha con 276 empresas que emplean a más de 10 millones de personas en total.

Consecuencias

Quiet ambition: jóvenes que privilegian la salud mental por sobre crecer en el trabajo

El cambio de mentalidad entre los jóvenes está rompiendo los peldaños de la escalera corporativa, mostró en agosto de 2023 una investigación de Visier. Realizado en Estados Unidos, el estudio mostró que solo 4% de los jóvenes empleados considera que ser ascendido a la alta dirección es un objetivo profesional importante y solo el 37% dice estar interesado algún día en tener el trabajo de su jefe.

Para el 91% de los encuestados, ese desinterés se debe al estrés, la presión y el deber de trabajar más horas en caso de que sean ascendidos. Al mismo tiempo, los objetivos relacionados con el lugar de trabajo no están entre las tres primeras ambiciones de los entrevistados: en la parte superior de la lista está pasar tiempo con familiares y amigos (67%), estar física y mentalmente saludables (64%) y viajar (58%).

La investigación concluye que los trabajadores más jóvenes redefinieron el significado de la palabra ambición: “Rechazan asociaciones negativas como el estrés laboral, las exigencias laborales y el agotamiento. Redefinen la ambición en términos más saludables como el equilibrio entre la vida laboral y personal, el tiempo personal y un entorno de trabajo relajado y flexible”.