Una estadía en una mansión con piscina, ascensor y un refrigerador con comida para una semana en Tailandia, seguro aparece en las búsquedas de alojamiento junto a una cifra con varios ceros. Pero Camila Galdames (26) y Camilo Bernales (27) lograron quedarse ahí a cambio de cuidar a tres perros. ¿Su única tarea? Preocuparse de ellos durante la noche, ya que en el día contaban con trabajadores de la mansión que preparaban sus comidas y los paseaban hasta las seis de la tarde.
Esta no fue la primera ni última vez que la pareja ha alojado en un lugar a cambio del cuidado de mascotas. Ambos llevan más de un año y medio viajando por el mundo usando esta modalidad que encontraron en la plataforma Trusted Housesitters, una aplicación en la que los dueños de mascotas que necesitan ausentarse por días, hasta incluso semanas o meses, ponen a disposición la estadía gratis de sus casas para que terceros se queden a cuidar a sus mascotas. El requisito para registrarse es pagar una membresía anual y cumplir con la validación de identidad que exige la plataforma.
La pareja emprendió esta travesía a fines de 2021. Llevaban meses ahorrando para viajar por el mundo y seguir con sus trabajos de forma remota, hasta que dieron con esta app y entonces decidieron planear su primer destino en función a ella. “Queríamos ir a Europa, pero en Chile me vacunaron contra el Covid con la vacuna CanSino y en ese momento no la admitían en Europa, así que primero viajamos a Estados Unidos para vacunarme con la Pfizer y empezar nuestro viaje allá”, recuerda Camilo. Su primer destino fue Nueva York, luego Washington D.C. —donde paseando se toparon con la cantante Dua Lipa y se fotografiaron con ella— y terminaron en Charlotte, en Carolina del Norte. Ahí se quedaron durante un mes y medio cuidando a una gatita.
Este sistema les ha permitido viajar por una vasta cantidad de países ahorrando en alojamiento, entre ellos España, Portugal, Italia, Suiza, Escocia, Inglaterra, Grecia, Alemania, República Checa, Bélgica y la lista sigue. Desde noviembre de 2022 se encuentran en el Sudeste Asiático, actualmente en Vietnam, viajando con esta modalidad.
“En Estados Unidos y Europa hay mucha oferta. Estuvimos en el Reino Unido durante cinco meses y sólo pagamos tres noches de estadía. Acá en el Sudeste Asiático hay menos oferta, pero los alojamientos son mucho más baratos, así que nos vamos acomodando”, dice Camila. Para ella esta forma de conocer los lugares es mucho más enriquecedora que la del turismo habitual: “Nos gusta ver y conocer culturas de forma más local, ver cómo vive la gente, qué hace en su día a día, a qué hora empieza el día, etc. No es sólo una oportunidad para relajarte y vacacionar, sino para aprender directamente de la cultura. Aparte de conocer un lugar de forma distinta, estás mucho más cómodo en una casa equipada entera para ti, es distinto a estar en una pieza de las más baratas o en un hostal compartiendo habitación con ocho personas que no conoces. Aquí también tienes la oportunidad de cocinar y eso permite ahorrar bastante, ya que no es necesario comer afuera”.
Una cuestión de confianza
A pesar de que llevan más de un año y medio recorriendo el mundo cuidando mascotas en casas ajenas, a Camila y Camilo no les termina de asombrar la confianza que depositan los dueños en ellos. “Al principio nos parecía muy extraño el hecho de que la gente tuviera tanta confianza para recibir a un tercero en su casa para que se quedara por tantos días. Imagino que sólo queda confiar en que esa persona va a hacer lo que se comprometió y nada más”, dice Camila. “Teníamos miedo de tocar todo, de que se rompiera algo, porque no estábamos en nuestra casa y no nos sentíamos en confianza. Ahora sabemos que si se quiebra un vaso, por ejemplo, podemos reponerlo y no habrá problema. Una vez un perro que cuidábamos hizo un hoyo en la pared y los dueños no nos dijeron nada porque sabían que son cosas que pueden pasar incluso con ellos en casa”, agrega Camilo.
El conducto regular es que los petsitter apliquen a las ofertas de cuidado que encuentran en la aplicación, se pongan de acuerdo y lleguen el día en que los dueños se van de viaje. Pero en ocasiones les solicitan que lleguen la noche anterior o que se queden con varios días de anticipación para que las mascotas se acostumbren a sus cuidadores temporales. “La primera vez que nos quedamos con alguien fue incómodo, pero ahora que ya sabemos cómo comportarnos en esas situaciones, las experiencias que hemos tenido han sido maravillosas. La última vez que nos quedamos con alguien fue en Ho Chi Minh, aquí en Vietnam. La familia nos invitó a comer a un restaurant, otro día comimos todos en el living y en una oportunidad nosotros cocinamos, hicimos completos. Fue como vivir con roomies. Cuando te invitan a quedarte en su casa te dan el espacio, no esperan que cuides a su mascota hasta que ellos se vayan”, dice Camila.
Una cacatúa, tres cuyis y una tortuga de tierra
Si bien cada animal es un mundo diferente, la pareja sabe adecuar sus intenciones turísticas a las rutinas de las mascotas que deben cuidar y, por eso, ponen mucha atención a la hora de postular a ofertas, dependiendo del lugar al que viajen. “Por lo general nos toca cuidar perros y gatos, aunque en Escocia cuidamos a una cacatúa, tres cuyis y una tortuga de tierra. La rutina de la mayoría es que se levantan, comen y salen a pasear, en el caso de los perros, aunque a veces también es al revés: primero pasean y luego comen. Después de eso podemos hacer nuestras cosas, siempre apegándonos a las actividades diarias de las mascotas. Es una forma muy cómoda de viajar y además tienes compañía peluda”.
“Cuando queremos conocer una ciudad en profundidad, preferimos cuidar gatos porque son mucho más independientes y pueden pasar más horas solos. Y cuando queremos estar tranquilos en una ciudad, descansando y trabajando, optamos por perros porque nos encantan, son más dependientes y no podemos salir tanto porque requieren más atención”, agrega Camilo.
Actualmente la pareja se encuentra en Vietnam cuidando a Hugo, un cachorro (el de las fotos) y a los gatos Marley y Winstor. Como petlovers, ambos valoran esta forma de los dueños de las mascotas de encargar su cuidado cuando necesitan ausentarse. “Es diferente cuando una persona le pide a un amigo que le dé comida dos veces al día al gato, que alguien que ofrece su casa para que se quede otra persona y se dedique al cuidado y compañía de la mascota, porque está buscando el bienestar máximo. Los dueños son muy responsables en todo sentido”, concluye Camilo.