El contouring es una de las técnicas de maquillaje más populares de los últimos años. El resultado, después de aplicar bronceadores e iluminadores en zonas específicas del rostro en un juego de luces y sombras, es una cara más angulosa y proporcionada. Pero, como suele pasar, algunas celebridades quisieron ir un paso más allá, consiguiendo este efecto de forma más duradera. Se conoce como 'red carpet facial' un tratamiento que consiste en aplicar pequeñas cargas eléctricas en distintas zonas de la cara que tensan y relajan los músculos.
Para conseguirlo acuden al centro de estética de Tracie Martyn, facialista británica con sede en Nueva York, quien creó este tratamiento para quienes necesiten "estar listos para las cámaras o simplemente lucir fantásticos sin procedimientos invasivos". Lo describe como el equivalente a una buena noche de sueño, y promete reducir arrugas, levantar, reafirmar y contornear la mandíbula, mejillas y la zona del contorno de ojos. La especialista cuenta que desarrolló este método en Inglaterra, pero que una vez que lo exportó a Estados Unidos se vio obligada a modificarlo, pues las norteamericanas buscaban un efecto inmediato, en una sesión de sesenta minutos y no en diez visitas.
El secreto está en fomentar la formación de colágeno a través de cargas de corriente suaves que se realizan con una máquina especial patentada por Martyn. Aunque su método es único, porque trabaja con máquinas que solo se pueden conseguir en su centro en Nueva York, en Chile se puede acceder a un tratamiento similar, pero que se realiza en más sesiones. Se trata de la radiofrecuencia facial, un tratamiento que promete reafirmar la piel.
El médico cirujano Hans Villanueva, de la Clínica de Medicina Estética Le Ciel, donde ofrecen este procedimiento, explica: "Lo que se hace es entregar energía electromagnética sobre la piel para elevar la temperatura del tejido y con esto estimular la producción de colágeno y elastina". El efecto de lifting dura unas 48 horas y se vuelve más permanente a partir de las 4 o 6 semanas posteriores al tratamiento. Se necesitan un mínimo de ocho sesiones y cada una cuesta $75.000. No pueden realizar el tratamiento personas con marcapasos, desfibrilador, que presenten una colagenopatía, embarazadas, en periodo de lactancia, personas con epilepsia, pacientes oncológicos, con infecciones cutáneas o tatuajes en la zona a tratar.