El amor romántico ha sido por siglos definido a través de historias. En el cine, la televisión y la literatura suele dibujarse como una especie de final idílico: vivir felices para siempre acompañados de esa persona que reúne todas las cualidades deseadas, que siempre nos ha hecho falta y que llegó para darle un nuevo sentido a la vida. En la realidad, sin embargo, las relaciones de pareja están lejos de ser genéricas o estáticas y, pocas veces se ajustan con los cánones sociales. El romance es un panorama cambiante que evoluciona junto a los avances de la ciencia, la tecnología y los nuevos paradigmas. Ejemplos de esta evolución se pueden ver en la ficción y hasta en el género de la televisión de realidad. Series como Tu, yo y ella de Netflix o el recién estrenado reality de Peacock TV Couple to Throuple, muestran cómo hoy se dibujan nuevos márgenes para las historias de amor.
El poliamor se ha vuelto el protagonista en las pantallas y también en las portadas. En enero de este año, New York Magazine dedicó un número especial a las relaciones no monógamas que abarcan una amplia gama de configuraciones, desde las triejas —tríadas que involucran a sus miembros en lo sexual y afectivo— hasta las relaciones abiertas, el poliamor desafía la noción tradicional de la monogamia exclusiva.
Agustín Blau es psicólogo especialista en educación sexual integral y sexualidad y explica que una trieja es solo una de las fórmulas en las que se puede configurar una relación poliamorosa. “En la trieja todas las personas están involucradas unas con otras”, comenta. Blau destaca que estas relaciones pueden variar desde una estructura cerrada, donde todas las personas están involucradas entre sí, hasta una estructura más abierta, donde las conexiones pueden ser más flexibles y fluidas. A diferencia de lo que ocurre en casos de infidelidad o de u otras relaciones no monógamas, las triejas se plantean como un vínculo entre todas y cada una de las partes desde su base. “No es una relación en forma de V donde tres personas están relacionadas pero solo a través de uno de los miembros”.
“Si te ofrecieran la posibilidad de explorar la no-monogamia en una isla en el paraíso, ¿qué dirías?”. Con esta interrogante abre el primer capítulo de Couple to Throuple, el programa de Peacock TV estrenado el mes pasado en el que 4 parejas y 14 solteros exploran la posibilidad de establecer una relación sentimental triple. En un guiño al reconocido programa The Bachelor de ABC —que lleva casi 30 temporadas al aire y exitoso spin off—, los participantes que viven confinados en la isla se encuentran en una constante competencia por captar la atención de una pareja o de alguno de los solteros. La promesa, según explica la voz que narra capítulo a capítulo, es “convertir la fantasía en realidad”. Pero esta construcción de la trieja como la figura perfecta es una de las grandes amenazas que enfrentan las relaciones no exclusivas.
El poliamor no es una solución fácil ni exenta de desafíos. Requiere de una comunicación abierta, honestidad y un profundo compromiso con el crecimiento personal y emocional.
Agustín Blau explica que abrir una relación es una decisión que implica deconstruir nuestro imaginario en torno al amor y que no funciona bien como salida a conflictos o para enfrentar el debilitamiento del vínculo entre dos personas. “El paradigma neoliberal entiende los afectos como una jerarquía. En esta estructura, en la cúspide de la pirámide está la relación que mantenemos con una pareja sexual”, comenta el especialista. Una de las principales nociones que enfatiza Agustín es la importancia de romper con esa jerarquía del amor cuando se plantean relaciones de a tres. “En lugar de centrarse en la cantidad de tiempo, energía o recursos dedicados a cada persona, el poliamor busca crear redes de afecto donde cada individuo sea valorado por igual”.
Sentirse valorado por la persona que queremos es un pilar de las relaciones sanas. Cuando este balance se pierde, surgen sentimientos como celos y desconfianza. Agustín Blau explica que los celos son particularmente uno de los temas que más aprehensiones genera entre parejas habituadas a la monogamia y la exclusividad. “Es fundamental en las relaciones poliamorosas tener la capacidad de experimentar alegría y felicidad al ver a tu pareja involucrada con otra persona. Esta idea desafía la noción convencional de los celos y la posesividad en las relaciones amorosas”, agrega el psicólogo. Si bien los celos son un relato universal que puede existir en cualquier tipo de relación, éstos suelen ser en muchos casos la piedra de tope, según confirma Agustín. Cuando una de las partes quiere abrir una relación, incorporar a un tercero, pero la otra no.
Incluso con los cambios culturales, los nuevos referentes y la conversación cada vez más abierta respecto a formas distintas de entender el amor, perdura todavía un estigma social en torno al poliamor y las triejas. Agustín explica que uno de los prejuicios comunes es la asociación entre poliamor y promiscuidad. Además, la narrativa de los tríos y las fantasías sexuales en el cine, la televisión e internet, han alimentado por décadas la idea de que transgredir el límite de la monogamia trae consecuencias negativas. Y es que la asociación del poliamor con la promiscuidad y la fantasía sexual, a menudo oscurece la realidad compleja y diversa de estas relaciones. Agustín agrega que es importante recordar que el poliamor no es una solución fácil ni exenta de desafíos. Requiere comunicación abierta, honestidad y un profundo compromiso con el crecimiento personal y emocional. “Las triejas, al igual que cualquier otra forma de relación, pueden enfrentar obstáculos y dificultades únicas que requieren atención y cuidado”, aclara el psicólogo. Se trata de un camino que no necesariamente se debe explorar a ciegas, sino que se puede hacer bajo la guía y acompañamiento de un especialista que nos ayude a “poner el foco” en los temas clave, explica Agustín, para no perderse en un laberinto de mitos y estigmas.
A pesar de las potenciales dificultades, hoy el poliamor ha comenzado a ganar visibilidad a través de narrativas que exploran estas dinámicas de manera más auténtica y realista. Tanto así, que según una investigación realizada por el PEW Research Center en Estados Unidos, un 51% de los adultos menores de 30 años considera un matrimonio abierto como una alternativa aceptable. Y es que el poliamor y las relaciones de a tres, ofrecen un camino alternativo para explorar el amor, la intimidad y la conexión. Desafía las convenciones sociales y las personales como un recurso para expandir nuestra noción del amor y para muchos es hoy una forma de vida que permite reimaginar el final del cuento.