¡A por los negativos!

Si no es el único, JPF es uno de los pocos lugares donde aún se pueden revelar diapositivas, comenta Juan Pablo Fabres, fotógrafo y dueño de este laboratorio con 19 años de trayectoria: "Lo creamos trayendo tecnología digital a los procesos fotográficos de la época, y terminamos siendo los preservadores de la tecnología análoga". Entre otros servicios, aquí se hacen revelados y ampliaciones de negativos desde todos los formatos a papel vía digital, también escáner de fotografías desde diapositivas, negativos o ampliaciones para archivo digital o copias en papel. Además tienen dos opciones independientes de laboratorios en blanco y negro para trabajos manuales de revelado y ampliación más artesanal.

Instagram: Laboratoriojpf

Impresión tipográfica: foto vintage

Restaurando prensas manuales, en la imprenta artesanal Alberti Press trabajan la clásica impresión tipográfica: uso de letras individuales fabricadas en metal y relieve que, entintadas, imprimen por presión. Reproducir una fotografía tarda al menos una semana. "La imagen quedará compuesta por una trama de pequeños puntos agrupados en menor o mayor densidad, que vistos a cierta distancia constituirán la imagen. Otra manera es generar un grabado; básicamente, transformar una fotografía en una ilustración de hace cien años", cuenta Diego Quezada.

Fotógrafos minuteros

En Chile solo quedarían cinco fotógrafos minuteros o de cajón, dice Octavio Cornejo, quien hace 20 años investiga esta actividad donde una caja portátil funciona como laboratorio y cámara. Uno de ellos es Luis Maldonado, quien trabaja en la Plaza de Armas de Santiago y es parte del Colectivo Fotógrafos Minuteros Chilenos, creado para rescatar el oficio y difundir su legado. Sus planes incluyen la publicación de un libro que recopila la investigación de Cornejo y parte de las cuatro mil fotos que donó al Archivo Fotográfico de la Biblioteca Nacional.

Facebook: Fotógrafos Minuteros Chilenos

Del siglo XIX

Catalina de la Cruz creó el Taller de Emulsiones Fotográficas, donde trabaja a partir de fotoemulsiones de contacto del siglo XIX: cianotipo, goma bicromatada, Van Dyke y papel salado. Más que un rescate nostálgico de estas técnicas, la intención es explorar y desarrollar herramientas creativas e investigación. Sus cursos se dirigen a quienes buscan profundizar alternativas gráficas y fotográficas análogas, también a personas sin conocimientos de fotografía.