Paula 1120. Sábado 27 de abril 2013.

Al sur de Corral, donde llegan contingentes de turistas a visitar el histórico fuerte de la Isla Mancera, la Reserva Costera Valdiviana empieza a convertirse en un apetecido destino en la Región de Los Ríos.

Nacido y criado en la zona, el guardaparques de la Reserva Costera Valdiviana Danilo González avanza por el sendero que lleva a un mirador sobre los colmillos de Chaihuín, dos filudas rocas que emergen del mar en la costa valdiviana, como si estuviera avanzando por una huerta medicinal. "Este es tomate del bosque, para limpiar los riñones, esa de allá es la siete venas, para la circulación. Y este es el tabaco del diablo que fuma la machi en sus ceremonias", dice y apunta a una planta de grandes hojas verde claro. Integrar a la comunidad en la recuperación de los bosques depredados por las madereras que operaron en estos lados hasta mediados del año 2000, es uno de los empeños de The Nature Conservancy (www.nature.org), líder mundial en conservación, que creó una reserva privada en 2005 tras rematar más de 50 mil hectáreas de la quebrada empresa Bosques S.A. Por eso, junto a Danilo, en la reserva también trabajan otros guías locales, que además de acompañar a las visitas en los recorridos, trabajan en un plan de reforestación con las escuelas cercanas: cada niño, por un año, cuida en su casa un árbol nativo y luego lo plantan en reemplazo de un eucalipto, la especie con la que se llegó a cubrir 3.600 hectáreas del ex predio maderero y que urge erradicar para preservar la salud de avellanos, coihues y olivillos, entre otras especies típicas. Como por el corazón de la reserva pasa la ruta costera, que se está pavimentando, TNC también está apoyando emprendimientos para empujar el turismo. En Huiro algunos vecinos, la mayoría huilliches de apellido Antillanca, ofrecen servicios como camping o artesanía en ñocha. Y muy cerca de la entrada a la reserva la mujer de Danilo González, el guardaparques, abrió con otras socias el restorán Fondo Marino, donde sirven empanadas de sierra y los afamados choros maltones que crecen ahí mismo, en la desembocadura del río Chaihuín. www.reservacosteravaldiviana.cl

La reserva en invierno

Aunque la ruta migratoria de ballenas que pasan por las costas de la reserva todavía es objeto de estudio entre científicos de la ONG Ballena Azul, el año pasado se vislumbraron algunos cetáceos entre los meses de enero y junio. Es cierto que en invierno llueve más pero, según el guardaparques Danilo González, es la época en que el bosque se manifiesta en su máxima expresión.

Para llegar

Incluso por el día se puede ir desde Valdivia, a poco más de 40 kilómetros de la entrada a la Reserva. Lo primero es llegar a Niebla, desde donde constantemente cruzan lanchas a Corral. Desde ahí hay buses que hacen el recorrido hasta Chaihuín en aproximadamente una hora.