En Chile, una persona genera 1,25 kilos de basura diariamente y aproximadamente el 50% corresponde a residuos orgánicos que terminan en rellenos sanitarios. El problema es que, aunque muchos crean que se descomponen de manera natural, su proceso de degradación en esas condiciones es una amenaza para el medioambiente. Y es que al mezclarse con otros materiales, y sin la presencia de oxígeno, se genera gas metano, el que es 23 veces más tóxico que el CO2. ¿Cómo evitar que nuestros restos de comida y otros materiales orgánicos terminen en la basura? El compostaje parece ser la solución.
Todo se transforma
El compostaje es el proceso de transformación de la materia orgánica para obtener compost, abono natural para plantas. "Si el 38% de la población nacional separara sus residuos orgánicos para gestionarlos a través del compostaje se lograría reducir la emisiones de CO2 en un 30% al año 2030", explica Gerardo Canales, coordinador de Reciclo Orgánicos, programa de colaboración entre los ministerios del Medio Ambiente de Chile y Canadá, que busca combatir el cambio climático a través de esta técnica. Existen, principalmente, dos formas para hacerlo: a través de una compostera, que desintegra los residuos por medio de microorganismos, o una vermicompostera, que, además, incluye lombrices californianas, las que convierten la basura orgánica en un fertilizante para la tierra conocido como humus.
Lo que se necesita
Para compostar hay que dividir los desechos en dos grupos: materiales secos y materiales húmedos. Los primeros son aquellos que están compuestos por una alta proporción de carbono, como las hojas secas, los tubos de papel higiénico y las cajas de huevo. Y los húmedos, en cambio, tienen una mayor composición de nitrógeno y agua, como los restos de frutas y verduras, y la borra de café. Desde Reciclo Orgánicos recomiendan que exista la misma proporción entre ambos materiales y que se trocen en pedazos pequeños antes de incorporarlos para facilitar su descomposición.
Las lombrices californianas
Son una excelente opción porque aceleran el proceso de compostaje alimentándose de los residuos para luego excretar una sustancia húmica que libera lentamente los nutrientes y retiene el agua. Esta especie tiene una reproducción muy rápida -pueden poner huevos cada 10 días- y viven hasta 16 años si se les da un buen cuidado. En Prosan las venden en 200 unidades, vienen con un manual digital de cuidados y alimentación, y entregan a domicilio desde Arica a Punta Arenas. Lompost es otra marca que se dedica a esto. Dentro de su oferta incluyen packs de 100 y 200 lombrices, vermicomposteras y humus.
7,7 millones de toneladas de residuos municipales se generaron el 2017. El Ministerio del Medio Ambiente aseguró que 3,7 millones de toneladas corresponden a desechos orgánicos.
Animarse con la idea
Aunque existen varios emprendimientos que se dedican a vender composteras y vermicomposteras listas para usar como Que Broten y Re-útil, le pedimos a Yesli Höger, de Humuscleta -marca que se dedica al manejo sustentable de residuos vegetales-, que nos compartiera el paso a paso para hacer una con las propias manos.
- Forrar recipiente de madera con arpillera en el fondo y las paredes.
- Poner una capa de 5 cm de pasto seco, luego una de 10 cm de tierra común, compost o humus. Regar en forma de lluvia con agua potable y dejar reposar durante 48 horas para que se evapore el cloro.
- Incorporar las lombrices y esperar a que se puedan hundir con facilidad.
- Agregar una capa de 5 cm de los residuos orgánicos en trozos.
- Tapar con pasto seco o cartones permitiendo que circule el oxígeno.
- Alimentar dos a tres veces por semana. Y regar dos veces a la semana en verano y una en invierno.
*Si hay varias moscas alrededor de la vermicompostera o si las lombrices suben por las paredes e intentan escapar, es porque la humedad es excesiva.
Retiro a domicilio
Para las personas que no tienen tiempo o simplemente no prefieran indagar en el mundo del compostaje existen varios emprendimientos que se encargan de ir a buscar los residuos a las casas por un monto que oscila entre los $10.000 y $15.000 al mes. Karubag, por ejemplo, cuenta con dos planes para los desechos de la cocina: el primero incluye un karübucket (recipiente para los deshechos) de 10 litros, cuatro bolsas compostables, retiro semanal y humus cada tres meses. Y el segundo lo mismo, pero el recipiente es de 20 litros. Reúso Sostenibilidad cuenta con un servicio similar, sin embargo, cubre zonas de la Quinta Región como Viña del Mar, Valparaíso, Quilpué y Concón. Además, ofrecen la posibilidad de reciclar residuos de plástico, vidrio, cartón, papel, aluminio y tetra pak.
A nivel mundial, solo el 5,5% de los residuos orgánicos se compostan, y en Chile solo el 0,4%, según el informe del Banco Mundial What a Waste 2.0.