Rompiendo los estereotipos del humor tradicional: ¿de qué se ríen hoy las mujeres?

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“Jada, te amo. No puedo esperar a verte en La Teniente O’Neal 2″, decía el comediante Chris Rock en la presentación del premio a mejor actor en los premios Oscar la semana pasada. El problema fue que la broma buscaba burlarse de la apariencia de la actriz Jada Pinkett, que en ese momento estaba rapada debido a la alopecia que sufre hace años. Un tipo de humor que por décadas estuvo presente en diversos escenarios alrededor del mundo, incluído nuestro país, por ejemplo en el Festival de Viña. Un humor que se reía de cualquier persona que se salía de la norma, y si lo miramos con un enfoque de género, también de las mujeres: la suegra, la gorda, la histérica, etc.

Hoy, en medio de una nueva ola del feminismo que ha sido crítica de este tipo de humor, pensamos, ¿siguen siendo chistosas estas rutinas? ¿Qué les da risa a las mujeres? Las comediantes Jani Dueñas, Paola Molina o Jenny Adaros –quienes son parte del escenario del Stand Up Comedy en Chile– dicen que las temáticas son distintas: la calentura femenina, la regla y la maternidad, son parte de un repertorio que hace reír especialmente a las mujeres, porque finalmente en eso se ven representadas. “Las mujeres comediantes hoy tenemos más necesidad de hablar de nosotras mismas, porque siempre hubo hombres contando nuestra historia, o lo que ellos creían que era lo que nos pasaba. Y ocurría que tratábamos de identificarnos con esa mirada masculina de lo que es ser mujer en distintos aspectos, desde maternidad, deseo, erotismo, venganza, rabia, y era algo muy distorsionado. Por eso ahora veo que estamos en un período de fervor de la honestidad, donde necesitamos hablar de esos temas desde una misma”, explica Paola Molina, comediante y escritora.

La comediante y actriz Jani Dueñas dice que este formato humorístico es autobiográfico y también autoflagelante. “Surge de lo que a cada una le pasa, de los propios defectos, para llevarlo a una conexión con el público, porque finalmente lo que una vive, lo viven todas. Las mujeres hablamos de otras cosas y nos convocan otros temas. El humor que hacen las mujeres, sobre todo en el Stand Up es completamente diferente al humor que hacen los hombres heterosexuales y cis en la televisión”, dice.

Es en este formato que la comediante Jenny Adaros, conocida como ‘Lady Garfia’, se ríe de su propia desgracia. A los 9 años perdió una mano y desde ese entonces usa un garfio en su lugar, por eso su nombre artístico. En su comedia ella habla de su discapacidad, pero desde otro lugar, no desde una mirada discriminatoria, burlesca y paternalista. Utiliza el humor como herramienta de activismo. “Me gusta la idea de que las personas dejen de ver a quienes tenemos una discapacidad como ángeles o como seres celestiales, que no se enojan. Hay que desdramatizar eso, la única forma, y que a mi me parece inclusión real, es que lo normalicemos. Hoy yo hago un humor súper negro, pero la gente se ríe muchísimo porque lo estoy contando desde la propia experiencia. Y es que se ríen conmigo y no de mí, algo que veo con mis colegas gays que hacen humor sobre sus propias vivencias. No ocurre lo mismo cuando un hombre hétero, cis, hace chistes de gays, no les va tan bien”, cuenta.

Paola Molina agrega que la gente hoy no se ríe de algo en específico homogéneamente, pues la tendencia es el humor de nicho. “Busca profundizar mucho en un tema, sin la preocupación de hacer reír a multitudes. Es entrar en gente que sea afín a ese punto de vista y hacerla reír. Por ejemplo, yo hablo mucho de mi ansiedad y de mi adicción al estado de enamoramiento”, dice. Y hay personas que se enganchan con eso, probablemente las que también lo viven.

A pesar de esa tendencia, sí existe un esfuerzo desde los y las comediantes por derribar los estereotipos del humor tradicional, sobre todo en el Stand Up, explica Jani Dueñas. Es un aprendizaje que incluso las nuevas generaciones de humoristas, tienen a diario. “Hace un tiempo me reía de las flacas de pura envidia. En mi especial de Netflix, por ejemplo, hay unos chistes de gordas y flacas, que son a partir de mí, pero que igual podrían resultar innecesarios. Yo luego entendí que no había para qué aludir al cuerpo de otra mujer para hacer un chiste sobre mí misma, porque puedo hacerlo perfectamente sin reírme del cuerpo de la otra, sin hacer la comparación. Y yo creo que esa reflexión la hemos ido teniendo todas”, cuenta.

Y es que hacer humor en una sociedad cambiante, diversa y heterogénea, no es fácil. ¿Dónde están los límites? Para Lady Garfia, son personales y responden a eso que molesta decir porque resulta inapropiado. “Me ha pasado que en el escenario he dicho cosas inapropiadas. Y ahí no queda más que darse cuenta y arrepentirse”. Jani Dueñas es más arriesgada, cree que no debería haber límites en el humor en general. “Lo que pasó en los premios Oscar no debería haber pasado. Al bufón no se le puede andar pegando cachetadas porque dijo algo que incomodó. Si el chiste no te gusta, miras para el otro lado, te paras y te vas. Lo conversas después afuera del escenario. Tampoco debiera ocurrir la pifiadera del circo romano en Viña o que bajen a alguien del escenario. O sea, también hay un límite en qué es lo que te puede ofender, porque todo lo podría hacer. Si una persona va a un show de humor, tiene que estar dispuesta a ofenderse un poco, a ver hasta dónde llevar sus propios límites”, dice.

Sin embargo, sí existen algunos temas que ya no van y que son condenados socialmente, aseguran las tres comediantes. Lady Garfia concluye: “Hoy hay muy pocos comediante, sobre todo con experiencia, que se atrevan a decir algún chiste homofóbico o misógino, porque todos se protegen mucho y saben que ese tipo de comedia ya no da risa y no tiene sentido. Ya cumplió su ciclo”.

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