Tiene la belleza de un serafín: piel blanca sin mácula, ojos color océano, pelo dorado, labios carnosos. Y como si todos estos dones físicos no bastaran, a sus 30 años, el hijo biológico de Mia Farrow y Woody Allen -con dudas, eso sí, esparcidas por la propia Mia, quien en 2013 dijo que quizás podría haber sido engendrado por Frank Sinatra, su primer marido-, Ronan Farrow es una lumbrera intelectual.
Un auténtico niño prodigio. Así como en los 90 capturaba flashes en brazos de sus padres, hoy lo hace por sí mismo, como uno de los líderes intelectuales del movimiento #MeToo.
Hace un año detalló en The New Yorker los abusos sexuales cometidos por el intocable productor hollywoodense Harvey Weinstein contra decenas de actrices, productoras, maquilladoras. El mérito de su reportaje, que salió 5 días después de una investigación publicada por The New York Times sobre la conducta abusiva de Harvey, es que a Ronan las víctimas le hablaron con sus nombres y apellidos, desatando una catarsis de confesiones. Ambos trabajos compartieron el Premio Pulitzer 2018 en la categoría Servicio Público, aunque Ronan fue el único de los periodistas investigadores que apareció entre las 100 personas más infuyentes del mundo hecha por Time. Nominación justificada: Ronan no solo hizo caer a Harvey con sus revelaciones, también derribó al procurador general del estado de Nueva York, el demócrata Eric Schneiderman, a quien develó como un golpeador secreto de sus parejas, y al poderoso director de CBS Leslie Moonves, al que doce mujeres acusan de acoso e intimidación.
Pese a sus logros, el paladín de las mujeres abusadas no ha vivido en un jardín de rosas. Su infancia está marcada por la escandalosa separación de sus padres, producida en 1992. Entonces se hizo pública la relación entre Woody Allen, su papá, y Soon-Yi, su hermana e hija adoptiva de su madre y de su segundo marido, el músico André Previn.
Ahí empezó una larga y tóxica batalla judicial. Mia acusó a Woody de acoso sexual a Dylan, una de los dos hijos que la pareja había adoptado en sus 13 años de relación y que entonces tenía 9. Allen respondió pidiendo la custodia legal de los niños: de Moses y Dylan, los adoptados, y de Ronan, el biológico, que entonces se llamaba Satchel. Después de varias investigaciones el juez determinó que "el comportamiento de Allen hacia Dylan fue groseramente inapropiado", pero el procurador a cargo descartó perseguir a Allen a pedido de Mia, que no quería seguir traumatizando a su hija.
Dylan no ha dejado de acusar a su padre, mientras su hermano mayor, Moses, insiste en que ella fue manipulada por Mia y que Woody es inocente. Ronan, en tanto, decidió desechar su nombre Satchel y usar legalmente el apellido de su madre, dada la profunda distancia que lo separa de su padre. En 2016, cuando Woody Allen era premiado en Cannes, escribió en el Hollywood Reporter: "Creo en mi hermana. Incluso a los 5 años estaba preocupado por el extraño comportamiento de nuestro padre a su alrededor: meterse en su cama en medio de la noche, obligarla a chuparle el dedo, un comportamiento que lo impulsó a iniciar una terapia por su conducta inapropiada con los niños, aun antes de las acusaciones".
Larga lactancia de un millennial
Algunos medios han afirmado que el reportaje de Ronan Farrow que ha destruido la carrera de Weinstein fue en venganza contra su padre. Harvey y Woody, judíos, influyentes, admirados y envidiados, se hicieron uña y mugre en los 90. Weinstein fue clave para que las acusaciones hechas por Mia Farrow no le rayaran la pintura al director y sus proyectos cinematográficos siguieran viento en popa. Ronan niega motivaciones personales. Tiene a su favor que la investigación contra Weinstein fue un encargo de NBC News, donde trabajaba. Luego le pidieron que abandonara el tema, pero lo dejaron en libertad para ofrecérselo a The New Yorker. Lo único irrefutable es que Ronan está y ha estado siempre del lado de Mia. La considera una madre ejemplar y un modelo ético por su condición de pacifista.
Mia Farrow tiene 14 hijos, 10 adoptados, varios en países como Corea del Sur (de allí proviene Soon-Yi) y Vietnam; dos han muerto. Ronan es el menor de los biológicos y en la larga y comentada primera entrevista que Soon-Yi acaba de conceder a Vulture, sección de The New York Magazine, en estos 20 años de matrimonio con Woody Allen, describe cuán fuerte era el vínculo entre Mia y su hijo: "Cuando Satchel (Ronan) nació, ella me dijo que había tribus nativas en África o Sudamérica que amamantaban a sus hijos hasta los 7 u 8 años y que tenía toda la intención de hacerlo con Satchel… Estaba obsesionada con él, completamente obsesionada".
En el mismo artículo, Woody Allen se refirió a los rumores acerca de que Ronan habría nacido de un tardío reencuentro sexual entre Mia y Frank Sinatra: "Él es mi hijo. Creo que lo es, aunque no apostaría mi vida en eso. Pagué su manutención durante toda su infancia, y no me parece justo si no lo es".
Ronan, un millennial químicamente puro, respondió vía Twitter a la entrevista otorgada por Soon-Yi, declarándose indignado con su autora, Daphne Merkin, amiga cercana de su padre. Y califica su artículo de sesgado y tendencioso al no haber incluido las voces de su madre y de su hermana Dylan. O sea, un guión que supera por lejos los tortuosos conflictos familiares y sexuales que pueblan el universo cinematográfico de Woody Allen.
Pero que nadie crea que Ronan se refocila hurgando solo en historias de su universo cercano. Su mundo es mucho más amplio. A los 15 años salió del Bard College de Nueva York licenciado en Derecho. A los 19 se recibió de abogado en la Universidad de Yale. Fue nombrado vocero de la Unicef para la juventud y se dedicó a trabajar en Darfur, Sudán. Ronan y su madre han viajado en varias ocasiones a Darfur, preocupados por los niños y las mujeres en peligro en esa zona de conflicto armado genocida. En 2009 entró a trabajar al Departamento de Estado, reclutado por Richard Hollbooke, "el último gran negociador de los Estados Unidos", cuyo mayor logro fue conseguir la paz en Bosnia, y de quien había sido speechwriter. Su temprana muerte, en 2010, lo dejó trabajando con la entonces canciller de Obama, Hillary Clinton, quien lo nombró director de la Oficina de Asuntos Juveniles Globales del Departamento de Estado. Al terminar el gobierno, en 2012, retomó estudios, esta vez en Oxford, donde obtuvo un PhD y empezó a escribir para The Guardian, Foreign Policy, The Atlantic, The Wall Street Journal y Los Angeles Times.
Además de ganar el Pulitzer, este año publicó el libro War on peace: the end of diplomacy and the decline of american influence, y ha puesto en apuros a dos políticos: el mencionado procurador de Nueva York Schneiderman y al candidato a la Corte Suprema Brett Kavanaught, quien abandonó su postulación luego de las acusaciones de supuesta agresión sexual.
Activo miembro de la comunidad LGBT+, Ronan no oculta su homosexualidad ni menos su relación con el guionista y podcaster John Lovett, responsable de los discursos del presidente Obama y autor de los libretos de Newsroom. Ambos son pareja desde 2011. Y Mia los adora a ambos.