Salió del escondite

Durante años fue reina de las teleseries pero abruptamente eso se acabó, lo que la sumió en el desconcierto. Capeó el momento como profesora de spinning y haciendo radio. Hoy está de vuelta en la televisión, con pequeños papeles en Graduados y Las Vega's.




Paula 1123. Sábado 25 de mayo 2013.

Sandra, pensando en tus idas y vueltas, ilusiones y desilusiones a la tele, ¿la odias o la amas?

Nunca la he odiado, muchas veces me ha pasado, más bien, sentir ganas de estar más y no saber cómo hacerlo. Lo que me gusta es ser actriz, es lo que siento que sé hacer, entonces, cualquier problema no es con la tele, es con las áreas dramáticas.

Tuviste un periodo de muchísima pega, con papeles súper vistosos y de repente te quedaste fuera de eso ¿qué pasó?

Yo salí de Canal 13 cuando se cerró la puerta del área dramática, no fue que de repente desapareciera, desaparecimos todos. Compraron Betty La Fea, un programa envasado que daba muchas lucas. Ahí fue la hecatombe del canal y todos quedamos fuera. El problema es que no supe cómo reinsertarme.

¿Cómo fue que regresaste?

La que me motivó a partir de nuevo fue Carolina Arregui en un gimnasio. Me dijo que tenía que ir a conversar, a darme una vuelta. A mi me cuesta mucho pedir pega, pero finalmente fui y estaba Roberto Rebolledo que es un director con el que trabajé mucho. Así salió este papel que tengo en Las Vega's. Un personaje chiquitito.

Te tiras para abajo tú misma, si también estás en Graduados, de Chilevisión.

Es verdad, y ahí me llamaron ellos. Me dijeron que el director me quería a mí, y me contaron que les había costado un mundo ubicarme, conseguir mi celular.

Viste, si uno tiene que andar paseándose un poco parece.

Cierto, estaba escondida en la vida.

¿Es verdad que no te llamaron un tiempo porque tú no estabas dispuesta a desnudarte frente a las cámaras?

Totalmente verdad. Me muero de vergüenza. Iba a hacer un papel en Los treinta, y yo ahí era la amante del Pancho Melo. Quería hacerlo y necesitaba la pega terriblemente. Me insistieron harto, pero les dije que me entendieran, que iba a entorpecer la grabación porque me iba a dar un ataque, si no puedo.

¿Imposible superarlo?

No lo puedo superar, y ya lo asumí. Tampoco me interesa superarlo.

Fuiste una chica reality en algún momento. ¿Cómo fue la experiencia de estar en la Granja vip?

Un error en mi vida, nunca debí haberme metido. Me metí de tonta. Lo vi por el lado del campo porque era una granja y me encantan los animales. Estaba sin pega, me pagaban bastante bien, y dije ¿qué tanto? Pero uno debe escucharse, y no lo hice. Cuando me fueron a buscar para irme a encerrar fue horrible, estaba angustiadísima.

¡Te pasaste! Creer que ir a encerrarse en la Granja vip sería divertido por el contacto con los animales...

A veces uno se pone tonta en la vida.

Y ahora, ¿estás inteligente?

Yo creo que estoy más inteligente (risas). Estoy en una etapa de claridad.

¿Qué hiciste en este tiempo en que no actuaste?

Me di cuenta que uno puede vivir igual surfeando, yo le llamo así, porque soy bien cuadrada en algunas cosas, necesito la estabilidad, pero la vida me puso en un escenario en el que no había estabilidad. Igual he salido adelante: hice radio, lo que me encantó, fui instructora de spinning durante dos años, cosas súper locas que nunca te imaginas que vas a hacer. Me entretuve muchísimo.

¿Te deprimiste mucho al salir de la televisión?

Sí, y ahora me atrevo a asumirlo. Depre, depre, fueron como 9 meses. Piensa tú que yo tenía una vida, yo soy jefa de hogar, entonces salía todos los días de mi casa a las 7 y media de la mañana para dejar a mis hijas en el colegio, después partía al canal, trabajaba el día entero. Años sin parar y, de pronto, te levantas un día sin tener nada que hacer. Y también había una cosa afectiva súper fuerte, tenía muchos amigos en el canal. Entonces me quedé sin la mitad de mi vida… Fue súper difícil porque soy bien cargada a la inercia.

¿Qué significa ser cargada a la inercia?

Que me quedo pegada mirando al techo. Hasta que digo: ya, mueve el poto, haz algo.

¿Cuál es el defecto que más deploras de ti misma?

Hay dos cosas que deploro, una más profunda y otra más tonta. Una, es que soy muy permeable a todo, todo me afecta demasiado, lo bueno y lo malo. Y lo otro que deploro, es que cuando me enojo mi tono de voz es ¡¡insoportable!!

¿Cuál es tu estado civil?

Soltera.

¿Tienes ganas de tener una pareja?

No, cero posibilidad, cero ganas.

¿Por qué?

Me separé hace 8 meses y quedé agotada. Llegué a la decisión porque no quedaba otra y fue súper doloroso. Con este personaje me había proyectado, entonces fue horrible.

¿Cumpliste 50 años?

Sí, y también es horrible.

¿Tuviste crisis de los 50?

No, cuando cumplí 30 lloraba, cuando cumplí 40 pataleaba y cuando cumplí 50 estaba entregada. O sea, tengo una tranca feroz con la edad y la vejez. ¡Uf! Le tengo terror.

¿Qué te da susto?

Que los viejos dejan de tener un espacio. Dejan de existir un poco, pasan a ser un cacho. Terrible. A mí me crió mi abuela y ella tuvo una vejez súper triste, y yo la viví, la palpé.

Y pensando en el futuro, ¿te gustaría volver a tener pareja?

Lo que pasa es que toda mi vida he estado en pareja, y ahora me he logrado dar cuenta que también puedo caminar sola. Y eso lo necesitaba mucho, darme cuenta de eso.

¿Qué recado le mandarías a Michelle Bachelet?

Le preguntaría si no se ha arrepentido de haberse repostulado con el ambiente tan hostil que hay en estos momentos.

¿Y al Presidente Sebastián Piñera?

Que si no alcanzó a plantar los 17 millones de árboles que prometió, que se lo deje súper encargado al próximo presidente para que se cumpla. Me parece linda esa promesa: un árbol por cada chileno.

Entrevista de Monserrat Álvarez en La poca vergüenza, de radio Paula FM. Lee aquí lo que antes escuchaste.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.