Detectar

Camila Cid, psicóloga de la Fundación Antonia, explica que siempre existe consciencia por parte de la víctima de que está en una relación tóxica o violenta. Saben que la dinámica con su pareja les hace daño, sin embargo, no conocen otra manera de amar. "Tiene mucho que ver con el primer vínculo de la infancia y de las carencias que una persona recibió. Si a alguien no lo respetaron desde pequeño, normaliza ese tipo de actos", explica. Para ella, lo más importante es que esas personas comprendan qué es amor y qué no lo es. "Una relación tóxica se basa, principalmente, en una que te impide autonomía frente a distintas situaciones. Si alguien se siente limitada al actuar por miedo a la reacción de su pareja estamos hablando de una dinámica que no es sana. El amor de pareja debe permitir que cada uno de los comprometidos pueda desarrollarse de manera libre", dice.

Señales

Existen determinadas actitudes que suelen adoptar las personas que forman parte de una relación tóxica. Para Camila, las más comunes son:

Aislamiento social: la víctima suele alejarse de su círculo más cercano por miedo a escuchar la verdad, porque su pareja no se lo permite o porque se ha encargado de hacerla sentir poco apreciado por ellos.

Dependencia: al romper con los vínculos que existían previamente a la pareja esta pasa a ser un todo, convirtiéndose en el pilar más importante y cercano.

Estado de alerta: como una relación tóxica oscila entre extremos, es común sentir que hay que estar siempre preparada en caso de algún cambio rotundo. Además, se empieza a ser mucho más cuidadoso en cada gesto y palabra por miedo a alterar la situación.

Irritabilidad: se comienza a desarrollar una falta de tolerancia a la frustración debido a la acumulación de sufrimiento. El estado de ánimo cambia por uno silencioso y los gustos varían constantemente, ya que se desconoce quién es uno mismo.

Alteración del sueño: la dificultad de conciliar el sueño, tener pesadillas o despertarse reiteradas veces es una actitud bastante común debido a la situación de estrés en la que se encuentra la víctima.

Ciclo de una relación tóxica

Alejandra Salazar, sicóloga especializada en intervención familiar, explica que existen cuatro fases que marcan el ciclo de estas relaciones.

1. Luna de miel

Demostrar amor a través del control y la posesión. Establecer las reglas y empoderar a la víctima haciéndola sentir parte de un algo.

2. Acumulación del conflicto

Si se rompen las normas establecidas se genera una tensión que puede provocar repentinos cambios de ánimo por parte del agresor.

3. Explosión del conflicto

Es la más corta y es cuando estalla la violencia física o sicológica.

4. Reconciliación

El agresor se manifiesta y pide perdón a través de estrategias de manipulación. Demuestra un arrepentimiento profundo, se victimiza y traspasa la culpa.

Consejos

Según ambas expertas, el proceso de salir de una relación tóxica depende de cada caso; sin embargo, hay ciertas conductas que pueden ayudar.

Reconectarse: al haber consciencia sobre lo que está pasando, la víctima evita tomar contacto con ella misma y aceptar cómo se siente. La propuesta es reconectarse con los deseos más íntimos de uno y comprender que una relación no puede denigrarlos.

Construir redes: acercarse a gente con la que hubo una desconexión y buscar una red de apoyo. Lo común es que las personas suelen unirse a quien nunca las criticó durante la relación, ya que aún siguen enamoradas y no quieren sentirse amenazadas. Por esta razón, la actitud de los cercanos a la víctima debe ser más de escuchar que de opinar.

Fortalecer la autoestima: buscar algo con lo se genere una validación propia. Ambas expertas recomiendan las actividades grupales como baile, yoga o meditación. Estas instancias brindan nuevos desafíos, distracción y la oportunidad de conocer gente con la que se puede comenzar de cero.

Destruir el vínculo: terminar muchas veces puede ser el último de los pasos, ya que en algunos casos la víctima necesita generar un apoyo interno y externo para hacerlo. Las expertas cuentan que muchas de sus pacientes acuden a ellas aún estando en una relación. Sin embargo, cuando lo logran, la siguiente meta consiste en destruir todo vínculo que los pueda unir. Eliminar sus fotos, contacto y redes sociales.

20% de las mujeres en Chile afirma vivir violencia psicológica por parte de sus parejas, según la encuesta violencia intrafamiliar contra la mujer 2017.