Sanar la relación con los padres
Gloria Liberman (60) es terapeuta en ancestrología. Vivió 15 años entre Mozambique y Kenia, donde aprendió sobre chamanismo después de haber realizado en Chile y Estados Unidos una amplia formación en antropología, arqueología, tarot, reiki, flores de bach y constelaciones familiares. Al regresar a Santiago y con la experiencia de haber trabajado seis años como sanadora en África creó, junto al astrólogo y tarotista Pedro Engel, una técnica llamada Ancestrología, que ayuda a limpiar el árbol genealógico al identificar ciertos patrones de conducta que se repiten y se traspasan de una generación a otra. Sobre ese aprendizaje y experiencia habla en esta conversación.
Paula 1155. Sábado 30 de agosto de 2014.
Barrio La Reina. Gloria Liberman vive en una de las acogedoras comunidades construidas por el arquitecto Fernando Castillo Velasco, esos espacios que se caracterizan por estar rodeados de jardines, flores, árboles, y con casas de tamaño justo y sustentable. Me recibe en el jardín comunitario con la cara sonriente y su largo pelo canoso que la hace ver como el ser sanador que es. Es primera vez que nos vemos, pero conocí su trabajo cuando realicé un taller de Ancestrología con su socio Pedro Engel, experiencia que produjo un cambio de entendimiento en mí y con ello el deseo de conocer la otra parte que dio origen a este conocimiento. Gloria creó junto a Engel esta técnica sanadora que incorpora los conocimientos y experiencias que ambos tienen sobre astrología, constelaciones familiares, chamanismo africano y las enseñanzas de Lola Hoffmann y Carl Jung. Recorremos el patio, ingresamos a su casa y nos sentamos junto a un ventanal, desde donde se pueden ver unos hermosos árboles con hojas rojas. Y es en ese lugar y momento que Gloria se conecta con su saber.
"En las familias hay cosas que se repiten: los suicidios, las muertes prematuras, ciertas enfermedades, el alcoholismo, las adicciones. También he visto familias que repiten historias y donde todas las mujeres terminan solas, porque expulsan a los hombres inconscientemente".
EL ÁRBOL GENEALÓGICO
"La Ancestrología sana la relación de las personas con sus ancestros. Toma ciertos elementos de las constelaciones familiares (Terapia alternativa creada por el sicoterapeuta alemán Bert Hellinger), pero también incorpora la ritualidad y el simbolismo africano como aspecto central en la sanación. Pedro Engel le ha ido sumando elementos de la experiencia que tuvo con su maestra, la siquiatra Lola Hoffmann, que recoge las valiosas enseñanzas del también siquiatra Carl Jung, quien a su vez se formó con mucho conocimiento que obtuvo desde África. Como resultado final, la Ancestrología ayuda a detener las repeticiones negativas del árbol genealógico que nos afectan, y de las que no nos damos cuenta; y, además, rescata lo positivo, los dones y fortalezas que hay en cada persona y que ha heredado. Uno carga con patrones heredados, muchos más de los que se imagina. Y desde la Ancestrología se puede ir tomando conciencia de esas cargas e ir sanándolas: enfermedades, tristezas, rabias, fracasos, frustraciones. Los seres humanos tenemos lealtades negativas con nuestros ancestros, de manera que vamos perpetuando cosas bien terribles. Por ejemplo, si a nuestros ancestros les costó mucho salir adelante y acumularon mucho dolor, por lealtad inconsciente su descendencia asume que no puede ser más feliz que ellos. Esto funciona con mandatos inconscientes que están activos dentro de las personas".
"Los humanos tenemos lealtades negativas con nuestros ancestros y perpetuamos cosas bien terribles. Si a los abuelos les costó mucho salir adelante y acumularon mucho dolor, por lealtad su descendencia asume que no puede ser más feliz que ellos. Esto funciona con mandatos inconscientes".
TALLERES
"En los talleres que realizamos aparecen personas que no saben por qué vinieron, ni tienen muchas ganas de saber qué pasa con ellos. Pero de pronto algo se gatilla en el campo cuántico (se refiere a un campo electromagnético, energético que se supone rodea a las personas) que se genera en las sesiones de trabajo, donde conectamos energéticamente con otras vibraciones y hace que la persona comience a experimentar un cambio interno y aparezca información. De las personas más reticentes siempre salen historias terribles. Como, por ejemplo, suicidios en sus ancestros. Los que trabajamos con la Ancestrología o las constelaciones familiares sabemos que hay repetición en los suicidios, al igual que en las muertes prematuras, accidentes, enfermedades. También se repiten historias de familias donde todas las mujeres terminan solas, expulsan a los hombres, inconscientemente; o familias donde opera esto al revés, los hombres no valoran a las mujeres, y se buscan otras mujeres, y nunca establecen relaciones de amor y respeto con ellas. El alcoholismo y las adicciones se repiten. La relación que uno tiene con el dinero también y depende de cuál sea la relación que uno tenga con la madre y el padre. Entonces, para no seguir repitiendo la misma historia es necesario hacer un ritual que traiga esas energías y las sane. Y al hacerlo se están sanando ellos, sus ancestros y los que están por venir. Porque se genera un campo energético que comienza a limpiar estas enfermedades que cargamos. Es hermoso lo que comienza a suceder.
La sanación viene desde la aceptación, la que a su vez viene del amor, de honrar el proceso, todo lo que cada persona y sus ancestros vivieron y pasaron. Y así poder llegar a la mejor versión de uno mismo, la versión más feliz. Y, aunque el libre albedrío es pequeño, al ser libre en aceptación y amor, es posible encontrar la mejor versión de uno mismo. Y vivir las cosas de la manera en que las quieres vivir".
ÁFRICA
"Viví en África y ahí aprendí mucho. La cultura africana es espiritista, cree que todos los espíritus de los antepasados están en nosotros, viven con nosotros. Y todos los problemas que tenemos, ya sea de enfermedad, trabajo, amor se debe a que algo está fallando en la relación que tenemos con nuestros espíritus. Bajo ese concepto, se entiende que la sanación debería ser holística. Los africanos ven la sanación como algo sistémico, que no involucra solo a la persona, sino que a toda su familia, su comunidad. Para ellos la enfermedad es cualquier desarmonía: si peleas con tu pareja, es enfermedad; si te va mal en el trabajo, es enfermedad. Ante cualquier cosa que les pasa, consultan al curandero o chamán. Es él quien dice qué tiene, con solo mirarlo y tocar su cuerpo lo adivina, lo sabe. Y a partir de eso, arma un sistema completo para sanar su enfermedad. Cuando me fui a vivir a Kenia, después de haber estado 8 años en Mozambique aprendiendo, puse mi primera consulta junto a sanadores intuitivos locales. Ellos no tenían formación, ni siquiera sabían leer y escribir, pero eran de una potencia superior. Sanaban con masaje y con los ojos te leían el cuerpo. Eran increíbles, realizaban sanaciones físicas y sicológicas con solo verte, tocarte y entrar en trance. Cuando comencé a realizar mis primeras sesiones de sanación –un procedimiento de cuatro sesiones donde aplicaba distintas terapias y técnicas– trabajaba con una sanadora negra que me ayudaba. Ella entraba en trance utilizando la Biblia, repitiendo un salmo de protección como un mantra; era bien impresionante esa performance. Recuerdo una paciente que no podía tener hijos. Ella me había contado que había tenido un abuso sexual cuando niña. En esos años yo no tenía la experiencia ni las herramientas para curar ese problema por medio de la Ancestrología y los árboles genealógicos, pero hice un acto de representación chamánico. Y me encontré con la sorpresa que esa violación no había ocurrido, pero que para ella había sido como si realmente hubiera pasado. También pude percibir que con la persona que quería tener hijo no era el indicado, pero no se lo podía decir; ella tenía que darse cuenta por sí misma. Después de un tiempo me escribió, diciéndome que había entendido que esa experiencia de violación no había sido real; y que había conocido a otro hombre, se había enamorado y habían tenido un hijo. Este tipo de cosas pasan en los procesos de sanación".
VÍCTIMA Y VICTIMARIO
"Desde la Ancestrología se puede apreciar claramente que hay patrones que suelen repetirse. Quienes cuando niño sufren abandono y agresiones se buscan parejas que también sufrieron abandono y agresiones en la infancia, creando así una relación tortuosa e insana; donde se gatillan todos los patrones que trae cada uno. Porque el abuso también se repite de generación en generación, es un patrón muy fuerte. Hasta que alguien, que es como el elegido del árbol genealógico, toma conciencia y dice 'ya no más de esto'; y se va reparando. El abuso es bien fregado, en él están las dos caras de la moneda: víctima y victimario; una va junto con la otra. Quien es víctima se siente con el derecho a la revancha, y se transforma en victimario, y a veces de la forma más brutal imaginable. Y luego vuelve a ser víctima de sus acciones como victimario; y así una y otra vez. Porque los abusados viven atrapados bajo un estado energético muy fuerte, un estado emocional más fuerte que ellos mismos, y que viene desde su árbol genealógico. Incluso es frecuente que lleguen a niveles de comportamientos donde se encuentran totalmente fuera de sí. Bert Hellinger (creador de las constelaciones familiares) lo explica muy sabiamente: 'Si en un momento tomo una pistola y te mato, eso va más allá de mí. Porque alguien llevó esa pistola a mi casa, yo la eché a un bolso para devolverla, salí a la calle, me encontré contigo, nos enojamos, saqué el arma y te maté. Entonces, en ese momento había en mí una fuerza, una energía superior a mí, que me hizo matarte. Porque como seres humanos no tenemos ni el derecho ni la capacidad de matar a otro ser humano' dice. Entonces en situaciones de este tipo estoy obedeciendo a una energía que me empuja. Y esa energía, ese estado emocional, viene de nuestro árbol genealógico, de historias y patrones que se repiten, que no están resueltos, y que se canalizan a través de uno. Esto se puede sanar, y hay que hacerlo para detener ese sufrimiento; liberarse uno y a las nuevas generaciones. Como también Hellinger muy sabiamente dice: 'La paz solo es posible cuando uno es capaz de unir el origen con el destino, y hacerlo con amor'. Mientras uno no haga ese trabajo, está condenado a repetir esas historias de dolor".
Gloria vivió 15 años en África y se nutrió de su cultura espiritista. "Los africanos creen que los espíritus de los antepasados viven con nosotros. Y que todos los problemas –de pareja, de trabajo– se deben a que algo está fallando en la relación que tenemos con nuestros espíritus".
CHILE Y SU HERENCIA
"Los países también tienen un árbol genealógico. Nuestro padre de la Patria era 'el cholo O'Higgins', un hijo natural rechazado. Si vemos esto como parte de un sistema, nos damos cuenta de que el abuso ha estado presente en el inicio de nuestra sociedad, pero que se esconde bajo la alfombra como muchas otras cosas que se esconden en nuestra cultura. El primer aspecto para sanar es hacer visible la enfermedad, pero como tenemos un arraigo cultural muy fuerte por esconderlo todo, nos cuesta más. Hay otros fenómenos interesantes que van asociados a esto del abandono, como la valoración que le hemos dado a ciertos hechos o actos determinados. Por ejemplo, en África cuando nace un niño la mamá no necesariamente lo cría, sino que es criado por las mujeres de la comunidad o cualquiera de las esposas del papá. Y en ese contexto cultural el niño jamás se siente abandonado, porque en esa comunidad ese fenómeno no se considera abandono. Pero nosotros no tenemos esa cultura, identificamos solo una mujer como nuestra madre. Y eso se deja sentir con fuerza, primero, en el aspecto social. Hay una valoración social donde esto de la madre adquiere dimensiones muy sobrevaloradas, y genera muchos daños emocionales en la etapa de formación de la persona, que rápidamente la condiciona a sentir que no está con su madre socialmente legitimada. Y va creciendo con una sensación de sanción que su propia comunidad le pone. Y luego se producirá la repetición del patrón: las madres que 'abandonan' también fueron abandonadas por su madre, en el sentido de que se rompió el vínculo con su mamá; porque no estuvo, o estuvo pero no supo ejercer su rol . Y luego esa madre abandonada tampoco sabrá cómo criar a su hija. Y la hija de esa hija tampoco sabrá cómo criar a su hija... Mi percepción es que nuestra sociedad está enferma, nuestros árboles genealógicos están enfermos y todos nosotros somos frutas que estamos medio podridas, porque venimos de una historia que ha sido forjada de manera poco sana. No ha fluido de manera amorosa. Somos fruto de muchas muertes, exterminios, dictaduras, dolores. Nuestro árbol genealógico viene bien cargado de sufrimiento. Pero existe la posibilidad de verlo y sanarlo. Y si todos podemos ver y sanar nuestras enfermedades y dolores, todos nuestros árboles irán sanando y floreciendo también".
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