12 ríos chilenos están en riesgo de sequía

LA CIFRA-02



El reciente informe hidrológico entregado por la Dirección General de Aguas del MOP, reveló una cifra preocupante: doce importantes afluentes nacionales exhiben caudales por debajo de sus mínimos históricos. ¿Qué significa para nuestro país que los principales ríos que abastecen el consumo humano y la agricultura a lo largo de Chile estén con déficit? Las conclusiones son claras: posibles restricciones hídricas en las grandes urbes y los sistemas de agua potable rural, además de preocupantes consecuencias en la agricultura, principalmente familiar-campesina.

Una situación que es preocupante para Juan Velozo, director del Centro Tecnológico de Recursos Vegetales de la Universidad Mayor quien señala que en la actualidad las fuentes de agua dulce del planeta están fuertemente amenazadas por el cambio climático y el uso excesivo que hacemos las sociedades de este valioso recurso. "Según datos entregados por la Dirección General de Aguas, en 2017, en Chile los mayores demandantes de agua destinada a la producción de alimentos son la agricultura (72,3%), seguido de las industrias (15,8%) y luego el consumo humano (11,8%). Esta proporción que se da en Chile, es también una tendencia mundial", explica.

¿Desde cuándo los ríos nacionales están con déficit de agua?

Nuestro territorio mostró una declinación pluviométrica durante el siglo pasado. Esta condición se ha profundizado los últimos 11 años, desencadenándose una sequía muy intensa que ha llegado a valores históricos de déficit de los caudales de los ríos y máximos de temperatura estival. Sumado a lo anterior, en toda la Cordillera de los Andes se observa un rápido retroceso de los glaciares. Las zonas más afectadas son desde Aconcagua al norte, ya que presentan la menor pluviometría. La megasequía tiene las cuencas exhaustas, ha desaparecido gran parte de las reservas de nieve, la cobertura vegetal se ha visto fuertemente afectada, principalmente el bosque esclerófilo y el agua almacenada en el subsuelo.

¿Qué es lo que tiene que suceder para que un río alcance estos niveles de sequedad?

El factor que determina el deterioro de los caudales de los ríos es la sequía y la sobreexplotación de los acuíferos. Esto en forma extrema puede significar el agotamiento del recurso hídrico en una cuenca, condición que depende además de los ciclos climáticos de recarga.

¿Por qué son tan importantes estos doce afluentes?

Los ríos informados con déficit históricos por la DGA corresponden a las principales cuencas hidrográficas de la zona central, entre Coquimbo y Maule. Estas abastecen de agua dulce a un porcentaje relevante de la población del país, de la industria minera y de la agricultura. Esta información evidencia la magnitud de la megasequía y nos muestra la vulnerabilidad que tenemos ante el cambio climático. Como país debemos avanzar en una política de sustentabilidad y sostenibilidad hídrica, que asegure las funciones ecosistémicas de las cuencas, el consumo humano de agua y las actividades económicas que se relacionan con este recurso.

¿Cuánto tendría que llover para que estos ríos tuvieran nuevamente la cantidad adecuada de agua? 

Es difícil estimar cuándo se podrían recuperar los caudales de los ríos, y si es que se puede revertir esta situación a valores normales. Según la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias del Ministerio de Agricultura, recuperar los niveles normales de los causes requiere de un par de años con precipitación sobre el nivel normal. Otro aspecto que hay que considerar es que el aumento de temperatura por el cambio climático ha movilizado la isoterma cero a mayor altura en invierno, lo que genera una disminución de acumulación de nieve y afecta los caudales en verano, que es cuando se produce la mayor demanda hídrica tanto para el consumo humano como agrícola.

¿Qué políticas debemos implementar?

El agua ocupada en la agricultura, la industria y los sistemas de producción de energía hidroeléctrica se consume en las ciudades como bienes de servicio y consumo. Debemos reducir nuestra emisiones de CO2 mediante el desarrollo de la electromovilidad, la eficiencia energética, la economía circular y además hacer un uso eficiente del agua a nivel domiciliario. Una tendencia moderna en países que han sufrido sequias similares es el desarrollo de un paisajismo sustentable basado en la incorporación de especies nativas adaptadas a la sequía y la reducción de praderas, sumado a la tecnificación del uso del agua en las áreas verdes con modernos sistemas de riego y acumulación de agua en el suelo. El futuro requiere un nuevo ser humano con principios y valores solidos de respeto al medio ambiente para lograr un desarrollo sostenible y en armonía con nuestros recurso. Solo eso permitirá nuestra evolución en el planeta. Nuestro único hogar.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.