Desde 2007 en Chile las mujeres que quieran retrasar su maternidad, sea por razones sociales o de salud, tienen la posibilidad de hacerlo a través de la vitrificación de óvulos. Este procedimiento se originó a principios de los 2000 en Japón y fue implementado en distintas partes del mundo por la clínica de reproducción asistida IVI. Contrario a la congelación lenta —el procedimiento de criopreservación que se utilizaba antes— la vitrificación consiste en un congelado rápido por nitrógeno líquido que está a una temperatura de -196 °C Su efectividad es muy alta y tanto óvulos como embriones pueden preservarse durante muchos años.
Desde entonces la medicina reproductiva les ha permitido a muchas mujeres cumplir el deseo de ser madres, pues la decisión de retrasar la maternidad lleva consigo el riesgo de la infertilidad. Así lo aclara el doctor Carlos Troncoso, director de IVI Santiago, quien explica que “la edad materna es el factor pronóstico más importante en nuestra especialidad. Sabemos que la mujer nace con una determinada cantidad de óvulos, siempre lo va gastando y con el tiempo van quedando menos, y de los que van quedando van siendo de una calidad menor. Por eso, después de los 35 años ya empieza a ser más frecuente requerir, ayuda de un centro de reproducción para conseguir embarazo y después de los 38 a 40 años es altamente probable que se requieran tratamientos con mayor tecnología, como la fecundación in vitro”.
“Por fortuna —agrega el especialista— la medicina reproductiva ofrece apoyo a las mujeres que necesitan ayuda. Lo mismo ocurre en el caso de los llamados “nuevos” modelos de familia: madres solteras por elección o parejas de dos mamás”.
¿Cuándo buscar ayuda?
Necesitan de estos procedimientos las mujeres sin pareja o parejas de mujeres que necesitan de la donación de semen; y en el caso de las parejas heterosexuales, se sospecha infertilidad después de 12 meses de búsqueda sin éxito del embarazo. Esto baja a seis meses en el caso de mujeres de edad avanzada, pues como recalca el doctor Troncoso, “la edad es el factor crucial que influye en la infertilidad”.
En el caso de mujeres solas o parejas de mujeres, el procedimiento consiste en buscar el gameto faltante en un banco de semen. “Pueden revisar el fenotipo que les interesa y elegir. Una vez que eso ocurre, se comienza con el proceso de fertilización”, explica Dafne Machuca, subdirectora del laboratorio de fecundación in vitro de IVI Santiago. Agrega que, en el caso de las parejas heterosexuales, se realizan estudios para determinar la razón de la infertilidad que puede ser diversa: mala calidad del semen, de los óvulos, entre otras.
Si el problema está en los óvulos, una de las soluciones es la estimulación ovárica. “Las mujeres naturalmente ovulamos una vez al mes, por lo general un óvulo en cada ciclo menstrual. La estimulación ovárica permite, a través de hormonas, estimular el crecimiento de más folículos y que se pueda reclutar un mayor número de ovocitos. Luego se extraen a través de un procedimiento quirúrgico, que es bastante simple y eso ovocitos llegan al laboratorio para realizar la fertilización in vitro”, explica Dafne.
Sobre este procedimiento el doctor Troncoso explica que conlleva un aumento del tamaño de los ovarios y de los niveles de hormonas en las pacientes. “Los síntomas varían desde dolor pélvico leve, distensión abdominal, sensación de menstruación, sensibilidad mamaria y cambios de humor. Los primeros días de tratamiento pueden ser imperceptibles para muchas pacientes y los últimos días antes de la extracción de los ovocitos ser más intenso”.
La ovodonación
“Cuando ya hemos llegado un poco más tarde y la reserva ovárica no nos permite conseguir un embarazo con óvulos propios, ya sea por la calidad de estos, porque hay alguna alteración de base que puede ser una enfermedad genética o porque ya no quedan óvulos, como es en el período cercano a la menopausia, podemos hacer tratamientos con donación de óvulos”, agrega el especialista.
Se refiere a la ovodonación, un tratamiento de reproducción asistida en el que el gameto femenino es aportado por una mujer distinta de la que recibirá el embrión resultante. Los óvulos de la donante serán inseminados por los espermatozoides de la pareja de la receptora o de un donante, para obtener embriones que luego serán transferidos al útero materno.
Actualmente es el tratamiento de medicina reproductiva con la tasa más elevada de éxito; permite lograr un embarazo en mujeres en que han fallado los tratamientos homólogos de fecundación in vitro o que por condiciones fisiológicas no pueden ser sometidas a este tipo de tratamiento. Sin embargo y a pesar de sus ventajas, se trata de un tratamiento con importantes cargas emocionales.
El match perfecto
En la actualidad, la tecnología médica sumada a la tan en boga Inteligencia Artificial permite ayudar en el campo de la epigenética, que demuestran que el ambiente uterino se “comunica” con el embrión, lo que lleva a mejores resultados. “La tecnología nos permite asignar adecuadamente a una donante y obtener tasas de éxito superiores al 60%. Incluso podemos testear genéticamente a los embriones para así identificar aquellos genéticamente sanos y aumentar la tasa de éxito con descendencia sana, lo cual es algo muy importante porque está condicionado a la edad de la mujer”, agrega el doctor Troncoso.
Pero, además de mejorar las tasas de éxito en el desarrollo de un embarazo, dicha tecnología permite resolver otra de las dudas que suelen tener las madres al momento de optar por la ovodonación: ¿se parecerá a mí?
“Nosotros, por ejemplo, tenemos un sistema muy bonito que se llama Perfect Match 360°. A través de tecnología de última generación e Inteligencia Artificial garantiza la asignación de la donante más adecuada para la paciente, atendiendo aspectos fenotípicos, es decir, color de pelo, ojos, piel; también aspectos genéticos, para reducir la posibilidad de que un niño o niña sea portador de alguna enfermedad; y por último realiza un análisis biométrico que es un estudio de similitud facial a través del cual define 12 mil puntos en el rostro y va midiendo la distancia entre cada uno de ellos. Todo con el objetivo de que las madres tengan la tranquilidad de que con este método lograrán un match perfecto”, concluye Dafne Machuca.
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