Si marzo también se siente en la piel, es hora de cuidarla
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Los días de playa y piscina dejan huella en nuestra piel. Y aunque al volver a la rutina la exposición al sol disminuye, el estrés y el calor siguen afectándola. Expertas en dermatología y cosmetología entregan claves para cuidarla y recuperarla en esta nueva etapa del año.
El verano llega a su fin, dejando atrás recuerdos de días soleados, tardes de piscina y escapadas a la playa. Sin embargo, también deja su huella en la piel: manchas, deshidratación y un daño acumulativo que muchas veces pasa desapercibido. Aunque las vacaciones terminan, el calor persiste, y con el regreso a la rutina, el estrés se suma como otro factor que impacta la salud de la piel.
Ante este escenario, surge la pregunta: ¿cómo reparar la piel tras la exposición al sol y seguir protegiéndola en medio del calor, el estrés y el ajetreo diario?
Ojo que el sol sigue
Para responder a esta interrogante, la dermatóloga Natacha Quezada, aclara que uno de los principales efectos del verano en la piel es la deshidratación, causada por el sol, el cloro y los baños frecuentes. Esto afecta a todas las personas, incluso a quienes tienen piel grasa, pero el impacto es mayor en quienes padecen enfermedades dermatológicas como dermatitis atópica, psoriasis, entre otras; así como en los niños, cuya piel es más inmadura y pierde agua con facilidad.
Por su parte, la cosmetóloga Carolyn Gutiérrez advierte que la exposición prolongada al sol puede generar daños tanto agudos como crónicos en la piel. Entre los efectos inmediatos menciona la insolación, mientras que, a largo plazo, destaca el envejecimiento prematuro y el aumento del riesgo de cáncer de piel.
Dicho esto, Quezada enfatiza que, aunque el verano termina, las altas temperaturas persisten, por lo que es fundamental seguir cuidando la piel para contrarrestar los efectos de la exposición solar. En este sentido, destaca la fotoprotección –el uso de sustancias aplicadas sobre la piel para protegerla de los efectos nocivos de la radiación ultravioleta, como el bloqueador–. Por un lado, evita que la radiación solar, que es cancerígena, dañe la piel, cause manchas o inflamación. Pero además, es maravilloso porque hay presentaciones que incluyen ingredientes hidratantes”, explica.
Asimismo, señala que la fotoprotección es clave porque existen opciones diseñadas tanto para el rostro como para el cuerpo, adaptándose a distintas necesidades. Además, recalca la importancia de reaplicarla cada tres horas, ya que con este simple hábito se cumple el cuidado mínimo para mantener la piel sana.
En segundo lugar, según Quezada, es fundamental devolver el agua perdida a la piel. “La hidratación tiene varias formas, va a depender mucho de la edad del paciente y de la zona.”, explica la especialista.
Además, resalta que durante esta época la piel de los brazos y las piernas tiende a resecarse más que otras zonas del cuerpo, especialmente en comparación con las áreas seborreicas, que producen mayor cantidad de grasa. Por ello, enfatiza la importancia de aplicar crema hidratante, idealmente por las noches, para compensar la pérdida de agua y asegurar que no solo el rostro, sino también el resto del cuerpo reciba el cuidado necesario.
El cuidado de la piel debe incluir limpieza, hidratación y fotoprotección. Para quienes tienen piel seca o afecciones dermatológicas, la hidratación debe realizarse tanto en la mañana como en la noche. “Mi mensaje en estos casos es que tienen que cuidarse el doble”, enfatiza la doctora Quezada.
En esta época, es clave optar por jabones hidratantes e hipoalergénicos que no resequen más la piel. Para el rostro, las leches de limpieza son recomendadas, ya que ayudan a mantener la hidratación sin eliminar por completo la grasa natural.
Estrés y rutina
La dermatóloga Daniela Troncoso explica que el estrés y la ansiedad aumentan la inflamación, provocando afecciones como dermatitis seborreica, caspa o incluso brotes de acné. Además, el ritmo acelerado muchas veces deja en segundo plano el cuidado facial.
Ante esta situación, la dermatóloga Natacha Quezada destaca la importancia del skincare, término que en el último tiempo se ha popularizado para referirse a la rutina de limpieza y cuidado de la piel. Este proceso debe adaptarse a las necesidades de cada tipo de piel, considerando afecciones como acné o rosácea, e incluir siempre el uso de bloqueador solar o fotoprotector. “Tengo que aprender a tener una rutina de acuerdo con lo que estoy viendo frente al espejo”, subraya la especialista.
Pero el bienestar de la piel no depende solo de los productos que aplicamos. Según la cosmetóloga Carolyn Gutiérrez, durante las vacaciones muchas veces nos desordenamos con las comidas, lo que sumado al estrés del regreso a la rutina, puede impactar la piel. Por eso, recomienda retomar hábitos equilibrados, estructurar las comidas principales y considerar una consulta con el dermatólogo para evaluar el estado de la piel.
El fin del verano no significa que el cuidado de la piel debe quedar en el olvido. La exposición al sol deja huellas que, sumadas al estrés y los cambios en la rutina, pueden afectar su salud y apariencia. Mantener una alimentación equilibrada, hidratarse correctamente y no descuidar la protección solar son claves para reparar los daños y fortalecer la piel de cara a los meses siguientes.
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