Es imposible olvidar a Pamela Anderson en la serie Guardianes de la Bahía corriendo por las playas de Los Ángeles con un traje de baño rojo y su pelo rubio al viento. Lo que quizás no recordemos, es el escote sutil que tenía ese bañador, levemente abierto por los lados. Y fue precisamente en la década de los 90 que nació este sugerente, elegante y sexy escote que este año se tomó las calles veraniegas del hemisferio norte, donde las modelos Gala González, Gigi Hadid y la fashion influencer Chiara Ferragni fueron grandes exponentes que lo llevaron a la perfección.
Para la experta en moda y cabeza detrás de Inhouse Branding, Florencia Broussain, esta prenda hay que saber llevarla: "esa línea que delimita el busto siempre ha sido punto de seducción innegable. La cosa está en controlarlo, como todas las sutilezas del arte de atraer. A las que tienen busto reducido este tipo de usos no significa tanto problema ya que el riesgo es menor, entendiendo riesgo como ese traspaso de límite en que algo pasa de ser sensual a vulgar e incomodar al interlocutor. Siempre es bueno ser sensatas en cómo se ve esa parte antes de lanzarse y no llevar la tendencia porque sí. Que la piel esté lisa, que el pecho no haya bajado demasiado ni tener marcas privadas, tipo estrías. Si no, mejor destacar otra parte". Y agrega: "es una buena opción para los vestidos de ocasiones elegantes y así poder variar el tradicional escote frontal. Para el día a día podemos optar por una polera rockera de algodón y mezclarla con unos jeans o algo más ajustado tipo body, siempre y cuando no haga demasiada presión en el busto haciéndolo ver más caído de lo que realmente está. Siempre cuidemos de no tener que estar arreglándonos la prenda a cada segundo, porque lo más importante es verse y sentirse cómoda", afirma.