El calor se define como energía en tránsito; es decir, como el paso de energía entre dos cuerpos que se encuentran a diferente temperatura. La de los seres humanos, para que el organismo se encuentre en equilibrio, debe ser de 37 °C. Si esto aumenta o disminuye dos grados las consecuencias pueden ser graves. "Hay que imaginarse que somos una máquina o un computador. Para que estas funcionen debe haber un grado de temperatura adecuado, y si este se sobrepasa puede presentar problemas o apagarse", explica el jefe de Urgencias de la Clínica Universidad de los Andes, Carlos Rivera.
¿Por qué lo sentimos?
Suena absurdo que, aunque el cuerpo se encuentre a 37 °C, cuando la temperatura externa alcanza los 30°C tendamos a sentirnos acalorados. Para el ingeniero civil Sebastián Godoy, quien realizó un estudio sobre los efectos de la temperatura en la piel, esto se debe a que sus primeras capas tienen una temperatura diferente a la del interior del cuerpo y que cada vez que hay una alteración en los grados que está acostumbrada a recibir percibe frío o calor.
Su eliminación
Según la física, existen cuatro formas por las que el cuerpo puede eliminar o transferir calor:
Radiación: emisión de ondas electromagnéticas. Esto puede ser a través del sol, un aparato eléctrico o desde el mismo cuerpo.
Conducción: transferencia de temperatura por contacto directo, como cuando alguien toca un elemento que está frío. Bajar la fiebre con agua o bandas heladas corresponde a esta forma.
Convección: desplazamiento del aire. El frío que uno siente antes de bañarse en la playa es un buen ejemplo. Por radiación del sol y por conducción de la arena, da calor. Pero al ponerse de pie, las corrientes de aire bajan la temperatura. Lo mismo ocurre en el mar. "Para no morir de frío hay que ponerse en posición help (conocida como 'huevito') y así el agua que está alrededor se calienta. Si una persona aletea o nada se va renovando", cuenta Rivera.
Evaporación: transformación del sudor a gas. Para conseguirlo, el cuerpo necesita energía que extrae del cuerpo, la que se traduce en la cantidad de calorías que va liberando.
La atracción del negro
Esto no es un mito. El color negro, en cualquier objeto, tiende a representar una temperatura mayor. "El negro absorbe todos los colores y el blanco los refleja, lo que implica que la radiación del sol se mantenga en el cuerpo y no se libere. Si es a través de la ropa, esta podría aumentar entre 5 y 8 grados más". En el caso de los autos, en España realizaron un estudio para saber qué tanto aumentaba la temperatura al interior de estos y cómo se diferenciaba según el color. Los resultados arrojaron que, en promedio, aumenta 20 °C y que el auto negro concentra 17 °C más que uno blanco.
¿Vaso de agua fría o una bebida caliente?
Pese a que es extraño ver a argentinos tomando mate o cubanos bebiendo café bajo pleno sol, esto efectivamente les entrega una sensación de frescor. El ingeniero lo explica así: "Como a la piel no le gusta sentir una diferencia con la temperatura que hay en el aire, al nivelarse se genera menos incomodidad. Una bebida caliente la sube y nos hace sentir que el exterior está más frío".
El 'atontamiento'
Es común escuchar a personas decir que se sienten mareados o con dificultades para concentrarse a causa del calor. Aunque a veces suene como una excusa, esto es totalmente cierto. "La función cerebral se altera y uno empieza a tomar malas decisiones, se siente despistado y hasta puede alucinar. El problema se agrava cuando hay una pérdida de conciencia, ataque de epilepsia o la posibilidad de colapsar", dice Carlos Rivera, de Clínica Universidad de los Andes.
58°C es la temperatura más alta registrada en la superficie de la Tierra Fue en Libia, en 1922. En Chile, en cambio, el récord es de 44,9°C en Quillón, en 2017, y en Santiago 37,7 °C el mismo año.