Las empresas son claves para avanzar en el cumplimiento de los compromisos de desarrollo sostenible. Concretamente, si se abocaran al ODS 5 (el quinto Objetivo de Desarrollo Sostenible, establecidos en el 2015 por la Asamblea General de las Naciones Unidas) que es alcanzar la igualdad entre géneros, los países avanzarían enormemente porque su consecución favorece el logro de varios de los demás objetivos.

Analicémoslo: La incorporación de la mujer al mercado laboral en igual proporción que los hombres, haría crecer el PIB de los países del Cono Sur entre el 4% y el 15% según el último estudio sobre brechas del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Ello tendría un impacto enorme en la disminución de la pobreza y del hambre (que están considerados en el ODS1 y ODS2).

La incorporación de la mujer –en igualdad de condiciones salariales y de distribución en las esferas de poder– favorecería el combate contra el cambio climático. Las investigaciones de Naciones Unidas muestran que las mujeres son una pieza central ya que son capaces de liderar movimientos y proyectos innovadores en tal sentido (ODS13).

Según el BID, eliminar las brechas de género aumentaría la productividad agregada en un 7%. También han encontrado que las empresas con mayor proporción de mujeres dedicadas a innovación tienen mayor probabilidad de introducir innovación finalmente. Además, las empresas con mayor diversidad en sus equipos son más productivas. Por otra parte, los países pierden un 9,4% del PIB per cápita debido a bajas en la productividad por la mala asignación de recursos y la consiguiente exclusión de mujeres talentosas del sector empresarial. En Latinoamérica, solo la cuarta parte de las empresas están al mando de una mujer.

En el ámbito de las organizaciones, incorporar mujeres en todas las capas mejora la sostenibilidad en la medida en que aporta un enfoque distintivo, un estilo de liderazgo diferente, preguntas nuevas y otras áreas de conocimiento. Estos elementos contribuyen a optimizar los procesos de toma de decisiones y a mejorar la preparación para un mundo cada día más cambiante y exigente.

Desde el punto de vista del bienestar, se observa que la percepción de que este es un tema social y comunitario más que personal o individual, ha crecido 13 puntos a nivel global (según el estudio de McCann WorldGroup, Sostenibilidad y bienestar en una sociedad que se renueva). En otras palabras, lo que estos datos confirman es que el bienestar es sostenible en la medida en que es para todos y en que todos participamos colaborativamente para construir más bienestar, lo que supone la incorporación de todos, hombres y mujeres, en igualdad.

Por último, recordemos que la gran mayoría del empleo en Chile está en el sector privado, de manera que un aumento en la incorporación de mujeres tendría un gran efecto en la tasa de participación global.