La revista Forbes encuestó a personal trainers, instructores, competidores y médicos para hacer un ranking de los deportes más sanos. Por sobre la natación, el remo y otros favoritos se empinó el squash. ¿Las razones? Es un combo de actividad cardiovascular, fuerza, resistencia, flexibilidad, consumo de calorías y bajo riesgo de lesiones. ¿Cómo empezar a practicar este deporte maravilla? Comprándose una raqueta. O regalándosela a alguien para que mueva los huesos. Andrés Rodríguez, seleccionado nacional de squash y número uno del ranking primera categoría, explica en qué hay que fijarse para comprar la raqueta adecuada:
→ Material: "Los principiantes necesitan una raqueta resistente, porque al comienzo le pegan mucho al piso y a la pared. Recomiendo una de grafito, porque no es tan cara. Los jugadores más avanzados pueden usar una raqueta de grafito y titanio, que es más liviana, igual de resistente, pero más cara".
→ Peso: "A alguien que empieza a jugar le recomiendo una raqueta que no pese más de 170 g y tenga una cabeza grande, para tener un punto de impacto mayor. Una persona con más experiencia necesita una que pese entre 120 y 150 g. Hay que tener en cuenta que una raqueta más liviana es más maniobrable, pero su potencia de impacto es menor. Yo juego con una de peso intermedio: 148 g".
→ Estilo del jugador: "Principiantes y expertos tienen un estilo de juego. Los jugadores más agresivos necesitan una raqueta que tenga el peso concentrado en la punta y los más defensivos, una que tenga el peso distribuido en forma uniforme".