Paula 1084. Sábado 3 de diciembre de 2011.

Era predecible que con su espectacular vista hacia Vitacura y a la cordillera, la terraza del Tramonto, el bar del hotel Noi, se convertiría en el lugar para ir por un trago apenas llegaran las tardes calurosas. Y eso es justo lo que ocurrió. A eso de las seis de la tarde, cuando se apronta a caer el sol, –y mientras aún se pasean huéspedes en traje de baño alrededor de la piscina–, un dj instala su mesa a un costado de la piscina y comienza a pinchar discos de música lounge. Así se inician las Luce Dorata, como bautizaron en el Tramonto a las sunset parties o fiestas al atardecer, a las que se asoman ejecutivos de traje –ya sin corbata–, y grupos de mujeres que van ocupando los sofás blancos de borde cromado para abrir la carta en busca del cóctel indicado. Ahí parte la magia a cargo de Luis Felipe Cruz, el bartender, quien, además de preparar tragos clásicos –pisco sour, mojitos y bloody mary con variaciones– creó una serie de cócteles moleculares que consigue aplicando sofisticadas técnicas a los destilados para crear, por ejemplo espumas de martini o las esferas de red bull. Pero de todas sus creaciones, la que causa mayor sensación es el cherry brullé ($ 6.900), a base de ron de frambuesa, grand marnier y jugo de naranjas, que perfuma flambeando amargo de angostura y cerezas, y sella con el rocío del aceite que cede la cáscara de naranja con el calor del fuego. La estrella del Tramonto, en una bella copa de martini. Nueva Costanera 3736. (No se hacen reservas).

Uno de los secretos mejor guardados de los bartenders para preparar un cóctel perfecto es usar hielo frappé. Hielos Nieve distribuye a distintos bares y también vende bolsas de 2 kg ($ 650) en Irarrázaval 4600, galpón B, fono 227 3944. La hielera es de Amonona y cuesta $ 25.000 (Nueva Costanera 3114).