Paula 1134. Sábado 9 de noviembre 2013.

En La invitación II nada ocurre como de costumbre en el teatro: no hay escenario ni butacas y los espectadores son tratados como amigos que comparten comida y trago con el protagonista. Es la segunda parte de un inusual proyecto dramático donde la ficción se funde con la realidad, y se acaba de estrenar en un departamento en Providencia.

Baltazar Lyon, nombre del personaje protagonista de La invitación II, tiene un facebook a su nombre y contesta personalmente el teléfono de reservas. La entrada se paga por transferencia electrónica y cuando el espectador llega al lugar de la función, un departamento de Providencia, Baltazar lo recibe como si fuera un amigo más.

Felipe Vergara, director de esta aventura, y José Luis Bouchon, dramaturgo y protagonista, quisieron correr los límites de las convenciones teatrales al extremo de que la acción transcurre en el departamento real de Luis Bouchon. "El público entra a mi pieza, camina por mi cocina. Es un nivel de exposición y vértigo que cuesta. Es el trabajo más personal y desnudo al que me he visto enfrentado", cuenta el actor.

Cuando la obra termina los asistentes no están obligados a irse y muchos se quedan analizando la experiencia junto a los actores. En La invitación I varias veces sucedió que el público comenzaba a marcharse recién después de una hora de terminada la función.

En la primera parte de este inusual montaje, el año 2011, Baltazar Lyon invitaba a sus amigos a celebrar, junto a su esposa, su nuevo trabajo. En esta segunda parte el convite es por su separación y el inicio de una nueva vida. Los invitados son recibidos con tragos y un exquisito picoteo, acogida que ayuda al público a entrar en confianza. Recién iniciada la velada llega sin previo aviso la mamá del protagonista, interpretada por Grimanesa Jiménez, quien ha viajado desde Nueva York preocupada por el futuro de su hijo.

Los espectadores-invitados viven la incomodidad del dueño de casa y deben enfrentarse a la avasalladora personalidad de su madre. En un momento, ella se va con las mujeres presentes al dormitorio y Baltazar se queda con los hombres en el comedor. En ese íntimo espacio de género, ellas y ellos expresan sus opiniones sin pudor. "El público se siente tan a gusto que participa naturalmente. Preguntan, dan consejos", cuenta el director.

Aunque la mayor parte de la acción transcurre en clave de comedia, el arribo de la madre esconde un drama que el equipo prefiere mantener en secreto. "Quisimos ocupar la cercanía para instaurar un tema que nos importa: la familia y cómo hay que vivir con dignidad y ética las cosas que la vida te manda", precisa Bouchon.

Coordenadas

Jueves ($10.000); viernes: ($12.000) y sábado ($15.000), 21:30 hrs. Solo 20 cupos por función.

Reservas al cel 8760 0710 (la dirección se entrega al momento de reservar).