Teatro Municipal
Durante un año, Carolina Vargas, fotógrafa de Paula, registró la cotidianidad que se vive tras bambalinas en el ballet y la ópera. No usó flash, ni luces especiales, ni produjo ninguna escena. De ese trabajo personal, del que solo fue testigo su cámara de 35 milímetros, emergió una notable serie de imágenes. Mostramos aquí una escogida selección.
Paula 824. Año 2000.
En color y en blanco y negro, la fotógrafa aprovechó la rica variedad de luces artificiales que ofrecen los vericuetos de la escena.
Camarines, pasillos, interludios, gestos efímeros configuran un universo cerrado de exigentes y duros oficios. Lo que el ojo tras la cámara atisbó son los momentos semisecretos de esos ritos.
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