Tras la emergencia sanitaria, tanto el ambiente educacional como el laboral se trasladaron al hogar. Este cambio de escenario para algunos resultó muy cómodo, mientras que para otros fue negativo en relación a la productividad, en tanto los distractores con los que se encontraban en casa frenaban su quehacer cotidiano. Frente a esto, existen distintas soluciones que pueden ayudar a mejorar la productividad para así cumplir con las metas que nos proponemos cada mañana.
De acuerdo a la especialista en productividad, Simone Reis, se suele pensar que las personas organizadas lo son por naturaleza, sin embargo, se ignora que esta característica se trabaja y no es propia de ciertas personas. “Las personas suelen creer que aquellos organizados nacen siéndolo, pero no es verdad. La educación en productividad personal es algo de lo que no se comenta mucho, pero las personas debieran motivarse”, explica.
Para esta especialista, el desafío de trabajar en casa radica en hacer que todo funcione, ya que según lo que ha observado, en Chile las personas no estaban acostumbradas al teletrabajo, a diferencia de otros países en donde este tipo de modalidad ya se practicaba con anterioridad. “Las personas tienen una gran capacidad de adaptación. Hoy, un año y medio después del comienzo de la pandemia, percibimos que podemos ajustarnos”, asegura.
En una primera instancia, Simone asegura que la rutina es uno de los factores claves a tomar en consideración. Tanto la alimentación, horas de descanso y el inicio y término de los horarios de trabajo o estudio, son importantes para sobrevivir al día. Por estas razones es importante establecer rutinas, para que las personas no se sobre exijan o sobrepasen con las horas de trabajo, y puedan despejar su mente en sus cosas personales. Para lograr esto, recomienda planificar la semana, asignar tareas para cada proyecto o compromiso. “Ver cuál es el propósito que hay que definir en la semana. También tener en cuenta lo que se está cumpliendo con los trabajos del día. Empiezo a trabajar hoy en una tarea específica y lo termino tal fecha/hora. Al final del día uno chequea y hace un cierre”, asegura.
Otra cosa que puede ayudar en este ámbito es tener algún ritual en la mañana antes de empezar a trabajar. Puede ocurrir que al despertar, se pierdan valiosos minutos en redes sociales, en vez de estirarse, tomar desayuno calmadamente, caminar o leer el diario. Mantener un ritual puede ayudar a despejar la mente y a aprovechar de tener minutos para uno. De acuerdo a Simone, esto ayuda bastante porque las personas se sienten autocuidadas y ponen atención a sus necesidades, por lo tanto, les es más fácil dedicar tiempo a su trabajo o comenzar el día.
Por otro lado, la neurociencia ha demostrado que el cerebro hace asociaciones, por ende, el mantener un ambiente adecuado para el trabajo puede mejorar la capacidad de enfoque. “Es súper importante separar el ambiente de trabajo o de estudio, y tener el espacio para ello. También se debe tomar en consideración que esté ordenado para que se mantenga libre de distracciones, porque el orden puede tener un impacto en nuestra calidad mental y capacidad de enfoque”, explica.
Otro de los consejos es aprender a generar los silencios. Las oficinas o centros de estudio son espacios en donde cada quien está enfocado en su trabajo. Sin embargo, en casa se convive con familiares, niños o amigos, por lo tanto uno está expuesto a más ruidos o sonidos distractores. El aprender a generar tus silencios, si se puede, es una forma para evitar todo ese tipo de distracciones, ya sea a través de música o de políticas de comunicación.
“Cuando tienes una reunión o necesitas esos minutos/horas de silencio, es bueno establecer políticas de comunicación. De esta manera también se cuida la convivencia en casa, puesto que nunca antes hemos estado tanto tiempo juntos en un mismo ambiente. Entonces, cuidar esas relaciones familiares y dedicar tiempo a eso: tener dialogo, escuchar, entender las necesidades del otro, explicarle a los niños que cuando estás con audífonos es porque estas ocupada, establecer limites de trabajo, etc.”, explica Simone. Asimismo, asegura que una buena idea es establecer tips o señales, por ejemplo, cuando alguien está con audífonos significa que está ocupado; o poner papeles o notas en la puerta, para que de esta manera, se eviten las interrupciones y quienes requerían atención, no se sientan resentidos por no recibirla en ese momento. “La comunicación es algo muy importante, así como aprender a lidiar con las interrupciones”, agrega.
Aprender a lidiar con la procastinación también es un punto fundamental para mejorar la productividad, especialmente en la actualidad, donde los tiempos en pantalla han aumentado considerablemente. Para lidiar con ella, existen diferentes técnicas como la Pomodoro, la cual sirve para mejorar la administración del tiempo dedicado a una actividad específica. En este punto, asignarse minutos de descanso es fundamental. De acuerdo a la especialista, las personas suelen pensar que dedicar tiempo a un descanso es perder valiosos minutos. Sin embargo, se ignora la importancia que significa para el cerebro. “En vez de agarrar el celular, es mejor levantarse, caminar, respirar, tomar agua o cualquier pausa activa, porque necesitamos del descanso para ser productivos. Nadie puede trabajar tres horas seguidos. El descanso significa recuperación, no pérdida de tiempo”.