Siguiendo una tradición ancestral, la comunidad indígena Manquemapu, en la cordillera de la X Región, se interna cada cierto tiempo, por semanas en los bosques de alerce, para buscar entre la tierra árboles caídos. Con ellos elaboran nobles tejuelas, conocidas por ser impermeables y no ceder ante las inclemencias del tiempo. De hecho, muchas casas sureñas las lucen en sus techos o como revestimiento. Cada una tiene medio centímetro de grosor, mide 11 x 60 cm, y cuesta $ 180. Certificadas por Conaf, que supervisa que no sean hechas de alerces en pie —lo cual está penado—, se venden por un mínimo de 2.000 unidades. La oficina de fomento productivo de la Municipalidad de Purranque, que dirige Patricio Arriagada, coordina los pedidos. Pedro Montt 249, Purranque, fono (64) 64 3429. fomentopurranque@gmail.com