A comienzos de 2016, Karina Rivera (39) decidió que quería convertirse en mamá. En ese momento, cuenta que estaba en pareja y, luego de varios años de relación, sentía que era el paso natural, así que, sin pensarlo más, se aventuró. Dejó de tomar las pastillas anticonceptivas que consumía desde los 19 añoscuando de pronto notó algo extraño en su cuerpo: un bulto en su mama izquierda. Con el pasar de los días, Karina sentía que iba creciendo y, preocupada, fue a cuatro ginecólogos distintos que coincidieron en el diagnóstico: fibroadenoma mamario, un nódulo sólido de carácter benigno.
Karina no se quedó tranquila con esas respuestas. Se miraba, se palpaba el nódulo y, cada vez, notaba que estaba más grande. Le molestaba incluso para dormir.”Fue un proceso agotador, porque los doctores me decían casi que estaba loca. Que estaba soñando con algo malo y que lo que tenía era un fibroadenoma. Pero yo sentía que algo había, así que seguí consultando hasta que di con el diagnóstico: cáncer de mama”, recuerda.
En ese momento, Karina solo tenía 33 años y recibir esa noticia a su edad la sorprendió. No solo por lo complejo del diagnóstico en sí, sino porque siempre asoció esta enfermedad a mujeres mayores. Y en eso no estaba tan equivocada: de acuerdo con cifras dela Clínica Las Condes,7 de cada 10 nuevos diagnósticos de cáncer de mama se realizan en mujeres sobre los 50 años. “Si bien en mi familia nunca hubo antecedentes, me enteré de conocidas o amigas de mi mamá con cáncer, pero todas tenían sobre 50 años. En ese momento no conocía a nadie de mi edad con la enfermedad. De hecho, cuando me diagnosticó el doctor, me dijo que prácticamente me había ganado la lotería por lo poco frecuente”, cuenta Karina.
Según información de la Fundación Arturo López Pérez (FALP), un 6% del total de diagnósticos de cáncer de mama que se realizan en Chile corresponden a mujeres menores de 40 años. Si bien sigue siendo una enfermedad donde la edad es considerada como un factor de riesgo, los especialistas aseguran que cada vez se detectan más de estos casos en personas jóvenes. La cirujana oncóloga de mama de FALP, Verónica Toledo, así lo ha visto en su experiencia clínica y atribuye esta tendencia a la detección precoz que las mujeres realizan con mayor frecuencia gracias al autoexamen. “Las pacientes consultan más, pero aún no tenemos un registro nacional de incidencia”, dice.
A nivel de caracterización, los especialistas relatan que habitualmente en mujeres jóvenes el cáncer de mama se presenta de manera más agresiva. Según datos del Departamento de Estadísticas e Información de Salud (DEIS), 238 mujeres del rango etario 20 - 39 añosfallecierona causa de esta patología entre 2019 y 2022. “Suelen ser tumores más agresivos porque son de subtipos moleculares, como Her2 y el triple negativo que tienen más posibilidades de generar un compromiso sistémico o metástasis. Además, en este grupo de pacientes, se asocian a mutaciones genéticas”, explica Toledo.
A pesar de ello, el oncólogo Matteo Lambertini, en el congreso anual de la European Society for Medical Oncology de 2019 sostuvo que, en caso de tener un tratamiento adecuado, las tasas de supervivencia de este grupo son similares a las de la población general. De ahí la importancia de conocerse y estar atentas para lograr detectar a tiempo ciertas anomalías en el tejido mamario, sobre todo considerando que -a este grupo- no se le exigen mamografías en sus chequeos anuales. “Por la densidad de mama,visualizar la glándula -en mujeres bajo 40 años- con una mamografía es complejo. En la imagen se ve todo como una mancha blanca, aún cuando puede que haya nódulospor ahí. Por eso es que desde los 20 años se insiste en el examen físico para ver si existen anomalías, ya sea mediante protuberancias, cambios de coloración o sangrados por el pezón. Es importante que las pacientes se examinen y acudan al especialista ante la más mínima duda”, afirma Toledo.
La cirujana oncóloga recomienda instalar esta revisión como un hábito de todos los meses, luego de terminado el período menstrual. “Para que sea efectivo, hay que mirarse frente a un espejo, levantar las manos sobre la cabeza y luego sobre la cintura. También, examinarse acostadas con la mano contraria, recorriendo toda la mama y comprimiendo el pezón para ver si hay salida de sangre o secreción”, indica. Para esta revisión, también se pueden usar algunos elementos de ayuda como el dispositivo Palpa, un producto que consiste en una mama silicona que permite simular un tumor maligno.
En el caso Karina Rivera, ese autoconocimiento fue clave para detectar su tumor mamario. Luego del diagnóstico, pasó por un esquema de tratamiento que consistió en quimioterapia, cirugía y radioterapia. Sin embargo, un año después, el cáncer volvió a aparecer, un temor que muchas tienen luego de pasar por este proceso. “Ahí me sentí pésimo porque creía que era culpa mía, pero entendí que era un momento para hacer cambios en mi vida”, manifiesta. Tomó la decisión de rearmar su vida, conocer a nuevas personas y abrirse a otros espacios. “Empecé a ponerme como prioridad, algo que nunca antes había hecho. Tuve un cambio de actitud porque entendí que, si yo no estoy bien, mi entorno tampoco podría estarlo”, reflexiona. Después de realizarse una mastectomía y tras cuatro años de remisión de su enfermedad, Karina dice que se siente contenta. “Espero que el cáncer no vuelva porque me siento sana y quiero seguir así por mucho tiempo más”, concluye.
* Alto Las Condes y su compromiso con el cáncer de mama
Desde 2015 que Alto Las Condes se une a la Fundación Arturo López Pérez para crear conciencia en la ciudadanía sobre prevención, autocuidado y detección oportuna del cáncer de mama a través de su campaña Alto al Cáncer. En el marco del mes del cáncer de mama es que entregan mamografías gratis a mujeres de comunas vulnerables, colaboradoras y locatarias; difunden información para educar a la población, y captan socios para la FALP.
En esta octava versión, además se le podrá regalar una mamografía a una mujer de comunas vulnerables y escribirle un mensaje positivo. Al finalizar la campaña los mensajes serán seleccionados y se llevarán impresos al momento de la realización de la mamografía para que cada mujer pueda leerlos. La meta de este año es regalar 1.000.
Además, a todas las personas que participen se le entregará un dispositivo PALPA para practicar el autoexamen de mamas en la ducha con el objetivo de seguir potenciando el autocuidado y prevenir esta problemática que afecta e involucra a todas las mujeres.