Paula 1120. Sábado 27 de abril 2013.

Malestares tan variados como migrañas, bruxismo, dolores articulares, escoliosis, ansiedad y depresión son tratados con esta terapia que, mediante un leve contacto manual, estimula el sistema compuesto por el cráneo, columna, pelvis y hueso sacro.

Práctica de la medicina complementaria, esta terapia suave y profunda consiste en ejercer un leve contacto manual en el sistema craneosacral, compuesto por los huesos craneales, columna, pelvis y el hueso sacro (encima del cóccix). Dentro de ese sistema se encuentra el encéfalo, meninges, el líquido cefalorraquídeo y la médula espinal.

Durante la hora que dura la sesión, y con el paciente tendido de espalda sobre una camilla, el terapeuta realiza un protocolo de diez pasos, posando sus manos sobre distintos huesos de la cabeza, espalda y pelvis. El especialista percibe así el pulso del sistema, dado por el movimiento del líquido cefalorraquídeo. "Este pulso tiene un ritmo de entre 6 y 12 ciclos por minuto, pero cuando el flujo de movimiento es mayor o menor, es indicador de que existe algún problema o restricción en el sistema craneosacral y, por tanto, en la salud del paciente", explica Isabel Vial, terapeuta que aprendió esta técnica tras especializarse por un año en Bali.

Como se concentra en el sistema craneosacral, esta terapia afecta a todo el cuerpo. "De la columna, por ejemplo, salen los nervios que van hacia todo el organismo a través del sistema fascial, el tejido conjuntivo que envuelve a cada órgano, hueso y músculo. Como es un sistema interrelacionado, al focalizarse en una zona se afecta positivamente todo lo demás", dice Vial.

El trabajo terapéutico consiste en ayudar al paciente a reestablecer ese flujo normal de movimiento. De esta manera, se logra palear dolencias físicas, sicológicas, emocionales y bloqueos energéticos. Dentro de las múltiples dolencias que se pueden tratar se encuentran el bruxismo, artritis, ciático, hernia, lumbago, estrés, depresión, insomnio, entre muchas otras.

Para obtener resultados se recomiendan como mínimo cinco sesiones, una vez por semana. Al ser una terapia profunda pero muy suave, se indica para toda persona.

El origen

El doctor osteópata estadounidense John Upledger, desarrolló en 1983 esta terapia motivado por las investigaciones del doctor William G. Sutherland (1873-1954), quien descubrió que los huesos craneales son susceptibles de movimiento y no fijos como se pensaba hasta entonces. Este movimiento de los huesos del cráneo es vital para un buen estado físico y emocional. En el devenir de sus estudios, Upledger descubrió el pulso craneosacral y la manera de reestablecer su normal movimiento, fundando así la terapia craneosacral, que hoy es practicada en todo el mundo. Más información en www.upledgerinstitute.es

Dónde

Isabel Vial atiende en una sala de su casa en Las Condes acondicionada especialmente para la terapia ($ 28.000 por sesión). Contactar al cel 7996 1157, www.isabelvial.cl