• Granola hecha en casa

“Hace dos meses la periodista Valentina Vildósola decidió indagar en un rubro que siempre había visto de cerca –su hermana mayor es cocinera– pero que nunca antes, hasta ahora, había tenido la oportunidad de desarrollar. Así fue que fundó Crunchy & Co, un emprendimiento pandémico de granola hecha en casa que surge desde la necesidad de hacer una versión vegana y sin gluten para su familia. Preparada con chips de plátano, almendras, maní tostado, pepas de calabaza, sésamo, semillas de maravilla, nueces, amaranto inflado y linaza, y endulzada con jarabe de agave orgánico, el frasco grande de 400 gramos cuesta $5.500 y el chico (170 gramos)$2.900. Más información y pedidos al: +56934509396″. (Por: Emiliana Pariente)

  • Preguntas que hicieron movimiento

“En 2018, las editoras María Yaksic y Lorena Fuentes visitaban una muestra sobre la escritura de feministas obreras de principios del siglo XX, cuando se enteraron de una donación de materiales de Julieta Kirkwood, que eran parte de su escritorio en la Casa de la Mujer La Morada, y que desde ese momento ingresarían al catálogo del Archivo Mujeres y Géneros. Ese fue el inicio de un proyecto que soñaron juntas y que este año se concretó en el libro Preguntas que hicieron movimiento 1979-1985, lanzado por Banda Propia. El texto es alucinante porque rescata textos claves de la principal pensadora feminista chilena durante los 80, porque añade material desconocido –incluso tiene fotos de las hojas de cuaderno donde Kirkwood anotaba sus ideas– y porque llama la atención que en esos tiempos, la fallecida socióloga tuviera ideas tan contemporáneas y vigentes. En librerías y en bandapropia.cl (Por: Patricia Morales)

  • Asesoría en el cuidado de la piel

“Conocí este servicio en el verano gracias a una amiga. Constanza Toro es coach y también cosmiatra, y decidió unir ambas formaciones para armar un proyecto a través del cual asesora a mujeres en el cuidado de la piel, pero además en la aceptación personal. Cuenta que esto partió cuando empezó a escuchar relatos de mujeres que no se atrevían a mirarse al espejo, o lo evitaban mucho cuando, por ejemplo, tenían un brote de acné. Decidió entonces que podía asesorarlas para mejorar la salud de su piel, pero que al mismo tiempo era importante trabajar la autoestima y entender que todas las pieles son distintas y que de eso no depende la belleza. El servicio parte con una consulta en la que ella junto a las clientas revisan las rutinas de cuidado, los productos y los hábitos. A partir de eso entrega una pauta con opciones de productos pensados en el tipo de piel –en mi caso fueron muchos de cosmética coreana, que no conocía y me encantaron– y también en el bolsillo; y luego se encarga de hacer seguimiento. La cantidad de sesiones se ajusta a cada persona y sus necesidades. La encuentran en Instagram como @skincoach_conytorol”. (Por: Patricia Morales)