Tiene la pelota
Uno de los deportistas más emblemáticos de Chile llena el vacío que le dejó el fútbol de muchas maneras: da charlas vivenciales, ensaya la obra de teatro ¿Quién es Chile?, que él protagoniza y se estrena en marzo, y participó del diseño del programa deportivo de Bachelet. Dice que le gustaría ser ministro del Deporte porque siempre ha sido un futbolista con conciencia social.
Paula 1138. Sábado 18 de enero de 2014.
¿Cómo se presenta a Carlos Caszely? ¿Con los 805 goles que convirtió jugando de delantero? ¿Contando la historia del maldito penal que perdió en el mundial de España y que lo hizo llorar durante meses por la frustración que sintió y el repudio de los fanáticos? ¿Como un ex jugador de colo-colo y una de las glorias del fútbol chileno? ¿Como el joven futbolista que apoyó a la Unidad Popular?¿Como uno de los personajes más reconocidos que apareció en la franja del NO contando la historia de su madre torturada? ¿Como el ex deportista que trabajó con Joaquín Lavín y Manuel José Ossandón gestionando proyectos deportivos? ¿Cómo miembro de la comisión Bicentenario del ex Presidente Ricardo Lagos? ¿Cómo adherente de Michelle Bachelet y un nombre que suena como candidato al Ministerio del Deporte del próximo gabinete?
Difícil encasillarlo. "Es un ídolo" resume el periodista deportivo Juan Cristóbal Guarello.
Carlos Cazsely trasciende su título de rey del metro cuadrado y su trayectoria lo ha ubicado en una esquina desde la cual puede abordar la historia reciente, incluso, desde las tablas. Por estos días ensaya la obra ¿Quién es Chile?, producida por Plataforma Cultural 33°70° y que se funda sobre la premisa de cómo Colo-Colo pudo retrasar el Golpe de Estado de 1973. En la historia, escrita por María Soledad Lagos y dirigida por Marco Espinoza, Caszely comparte elenco junto a Cristián Arriagada, Carolina Varleta, Carmen Gloria Bresky y Juan Pablo Bastidas. "El Chino es un tipo sencillo, cercano, acogedor. Absolutamente resuelto, no tiene un pelo de tímido. Es empático, sin ninguna prepotencia o altanería, que es algo que uno podría esperar de uno de los más grandes íconos del país", dice Bastidas.
Eugenio García, uno de los creativos de la franja del NO, sostiene que para el plebiscito su participación en la franja fue crucial. "Era un ídolo, el jugador más destacado, goleador de Colo Colo, el equipo más popular de Chile, había sido goleador en España y era una figura de primera magnitud. No tenía figuración pública política por lo tanto era especialmente bueno para la franja porque era una persona aparentemente apolítica que daba su testimonio en contra de Pinochet. Y lo hizo y estremeció al país. Era el primer testimonio de alguien muy famoso, no político que hablaba de la tortura y más encima de la tortura de su madre. Fue tremendo".
"Para mí la pelota es la continuación de la mujer. O sea, hay que tratarla bien, acariciarla, sobarla, no hay que pegarle fuerte".
El glorioso delantero colocolino que debutó en 1966 contra Peñarol y que tras 805 goles, copas, campeonatos, mundiales, un penal perdido que le pena hasta hoy, y un larguísimo etcétera de triunfos, se retiró del fútbol en septiembre de 1985 jugando contra la Universidad de Chile, elegido el mejor jugador del partido, homenajeado no solo por los hinchas albos, sino que hasta ovacionado por Los de Abajo, los jugadores y el equipo técnico del equipo archienemigo.
Y helo aquí, a sus 63 años, sentado debajo del parrón del restorán Punta Brasa de su hija Barbra, un parrón que le recuerda su infancia en la casa familiar de calle Bascuñán, cerca del Club Deportivo Ferroviarios de Chile. Tiene colgado del cuello a un nieto que cuenta que para Navidad pidió la misma cruz que usa su abuelo; "es que quiero ser como tú", afirma el mocoso peinado como Alexis Sánchez. Para Caszely, esa cruz es importantísima. La usa para combatir las malas vibras, "porque tiene dos angelitos, uno bueno y uno malo". La primera se la regalaron cuando tenía 18 años y desde entonces nunca ha dejado de usarla. Muchas han quedado tiradas en el pasto de una cancha. Nunca falta la jugada matona que te corta la gargantilla.
¿Cuánto cuesta colgar los botines?
Muchas lágrimas en la almohada. Pero hay que ser valiente. Una vez en la tribuna, escuché cómo los hinchas le gritaban a Leonel Sánchez: "ándate para la casa viejo tal por cual". Y ahí me dije: no quiero que esto me pase. Y me retiré. Yo dejé el fútbol, no el fútbol a mí.
¿Qué ha pasado contigo después de dejar el fútbol?
Estudié y ejercí el periodismo, he escrito libros, he hecho teatro, cine, televisión, estoy con la gente, hago charlas vivenciales, apoyo causas benéficas. Pero la verdad es que después del fútbol no he encontrado mi norte, nada que llene ese vacío. En eso estoy.
La conversación es interrumpida por varios llamados para que participe en bingos de beneficencia, para donar camisetas, para organizar charlas motivacionales en las que habla del éxito y del fracaso, actividades que lo mantienen ocupado.
¿Cuál es la filosofía del fútbol?
Es un trabajo de habilidad e inteligencia. Para ser futbolista hay que ser muy inteligente, que no es lo mismo que ser culto. Dentro de la cancha hay que ser capaz de pensar un segundo antes que el resto. Esa inteligencia te hace llegar alto. Cuando llega la pelota, ya tienes que saber qué vas a hacer con ella. Es como una obra de ballet.
¿Cómo?
Fíjate bien, mira un partido en cámara lenta y repara en los movimientos de los jugadores, eso es ballet. Luego, hay mucho de teatro, de representación como un acto único e irrepetible: mira cómo se observan los adversarios, sus caras, sus muecas; esos son gestos de teatro.
Hay ballet y teatro…
Y hay básquetbol en las manos, las que tienes que saber mover para alcanzar buenos movimientos y esquivar al rival. También hay mucho de tenis en el pique corto.
¿Qué más?
Hay asuntos más complejos como el cálculo y las matemáticas. La pelota no hace el mismo trayecto en la altura, pierde peso. Los goles de media cancha en los países de altura son increíbles por el viaje que hace la pelota, que no es el mismo que en el nivel del mar. El fútbol es impredecible.
¿Dónde entra la actitud?
En el pensamiento para lograr las cosas.
Como el Gary Medel, un pitbull…
Esa es su actitud porque su misión es la de frenar al rival. La de Alexis Sánchez es evitar al rival, y así. Ahí entra el trabajo en equipo. Cuando voy a cualquier equipo y pregunto cuál es el mejor jugador, casi todos me dicen el 10 o el 9 y yo les digo: no, el mejor jugador es el que tiene la pelota.
La realidad del fútbol hoy es distinta: muchos futbolistas hacen más noticia fuera de la cancha que dentro de ella.
La gran diferencia es que hoy existen muchos más medios de comunicación y apareció la farándula. Si en mis tiempos hubiera existido, también habríamos sido noticia por cosas que hoy podrían parecer escandalosas; por ejemplo, los romances entre algunos jugadores y las niñas del Bim Bam Bum. Nosotros éramos muy amigos de las chiquillas de Música libre y lo pasábamos bien y nadie publicaba nada. Sin embargo hoy, a estos cabros no les dan tranquilidad en ninguna parte.
Claro, por un lado son deportistas, pero por otro son jóvenes, tienen que salir, divertirse, tener pololas, comprarse autos.
Yo les digo a los chicos: "erís joven, tenís 20 años y podís revolverla el lunes, el martes y hasta el miércoles, pero el jueves, el viernes y el sábado, preocúpate y sé responsable con tu profesión".
¿Qué lujos te diste cuando eras joven y famoso?
Cuando yo era lolo llegaba en micro al entrenamiento con mis cuadernos escondidos debajo del brazo para que no se mojaran. Venía de la universidad (donde estudiaba Educación Física) y veía cómo varios compañeros llegaban en sus Oldmobile, Impala y autos soñados, y me decían que me comprara un auto.
¿Por qué no lo hacías?
Porque yo quería comprarles la casa a mis papás primero. Cuando lo hice, me compré un jeep, un Willy 57 todo destartalado, pero que me llevaba para todos lados. No necesitaba nada más. En la universidad me compré un Fiat 600.
¿Nunca tuviste aspiración al lujo?
No, porque siempre quise cimentar. Hoy tengo un buen pasar y un buen auto. Hoy, lamentablemente, muchos de mis compañeros que en esa época tenían los tremendos autos, no pueden decir lo mismo que yo.
¿Nunca te desordenaste?
No pude. No solo por la formación de mis padres ni porque haya estado casado. A eso súmale que yo estaba en la universidad y, claro, metía cuatro goles el domingo pero llegaba a clases el lunes y no alcanzaba a creerme la muerte cuando me decían que teníamos prueba de Anatomía.
Volviendo a los jugadores de hoy, ¿qué te parecen sus estilos de vida?
El otro día estaba viendo en la tele un programa donde les sacaban la cuenta de la ropa y sus autos y casas. Que Alexis Sánchez usa zapatos de cien lucas, y un auto que cuesta no sé cuánto. Entonces, yo me pregunto si estos gallos que hacen esas noticias no entienden que ese es el nivel de vida que les corresponde sobre todo si juegan en Europa. Allá los llevan a vestirse, les pasan autos, los auspician y por la vida que llevan cambian sus modales. Tienen que estar a la altura. ¿Por qué Alexis tendría que volver con una polera con hoyos de Patronato? ¿Por qué tendría que actuar de manera distinta de acuerdo la realidad en la que vive?
¿Hay algo de clasismo o puro chaqueteo?
Chaqueteo seguro. Y para que sepas, solo 1% de los futbolistas gana mucha plata, el resto son trabajadores esforzados. Como en todos los oficios. ¿Por qué a ellos los critican tanto? Oye, su carrera es corta y el fútbol es así.
"Me defino como un futbolista con conciencia social. Desde los años sesenta que digo mi opinión y por eso me han dicho de todo: comunista, socialista, vendido, facho".
DEPORTISTA CON CONCIENCIA SOCIAL
Estás ensayando una obra de teatro que se sitúa en el año del Golpe. ¿Qué te motivó a participar en ese proyecto?
Me llamaron y me preguntaron por el Colo-Colo del 73, el equipo que retrasó el Golpe de Estado. Yo parto en la obra diciendo: "esto pudo haber sido diferente". Y termino con: "yo creo que pudo haber sido diferente".
¿Por qué? ¿Era evitable el Golpe?
De todas maneras. Yo lo recuerdo perfectamente. Nos concentrábamos en el Hotel Carrera y desde las habitaciones se veía cómo venían de un lado protestando los de Patria y Libertad gritando: "no hay carne, no hay pollo…" y por el otro lado, la gente de la Unidad Popular que gritaba "el pueblo unido jamás será vencido". Y estaban a punto de enfrentarse cuando alguien decía: "hoy juega el Colo", y se juntaban todos y se iban unidos por el club. Colo-Colo unía a Chile cuando jugábamos. Por eso me da rabia recordar cómo los políticos de mierda no se podían poner de acuerdo. No eran más de 200 los gallos que mandaban el país y son esos mismos los que nos llevaron al Golpe. De lado y lado. Acá quedó la cagada. Me cuesta, me da rabia, me da bronca.
Le quitaste el saludo a Pinochet.
Es verdad.
¿No te dio miedo?
Mucho miedo.
¿Fue premeditado?
No. Cuando lo ví llegar con su capa, sus anteojos y su cara de expresión dura y pasar saludando, yo puse mis manos atrás. No me moví. Fue como una rebeldía.
¿Un acto de valentía?
Para la gente tal vez lo fue, pero yo me pregunto: ¿no habré estado tan cagado de miedo que no fui capaz porque de verdad me corría un hilito frío por la espalda?
En el Festival de Cine de Valdivia, presentaste el documental Rebeldes del fútbol, de los directores franceses Gilles Pérez y Gilles Rof, que habla de deportistas que se alzaron como voces en contra de las guerras y dictaduras. ¿Qué pensaste cuando te convidaron a participar?
Que hay que alzarse en contra de las guerras y dictaduras de los dos lados, porque todavía hay giles que no reconocen que hay dictaduras de derecha y de izquierda. La verdad es que junto a mis compañeros de documental solo nos convoca un anhelo: queremos un mundo mejor. Nada más.
A diferencia de muchos de tus compañeros de profesión, siempre has sido muy político.
Yo me defino como un futbolista con conciencia social. A eso ponle el apellido que quieras. Siempre, si ves los diarios desde los años sesenta, dije mi opinión. Y por eso me han dicho de todo: comunista, socialista, vendido, facho.
¿Qué temas te mueven hoy de Chile?
Tratar de que se cambie la Constitución.
¿Estás a favor de la educación gratuita?
La educación debe ser gratis para quienes pertenecen a los quintiles más pobres. Yo tuve la suerte de que pude pagarles a mis hijos el colegio. No soy de los que dicen educación gratis y tienen a sus hijos en el Saint George's.
Después del retorno de la democracia te enojaste con la Concertación, ¿por qué?
Cuando la Concertación escoge a otra gente para dedicarse al deporte, está bien, y uno tiene que tener la hidalguía para decir "esa persona es mejor que uno". El problema es cuando te piden un proyecto y juegan al comprahuevos contigo.
Pero hoy, después de trabajar con Lavín y Ossandón, te abuenaste con la gente de la Nueva Mayoría y has manifestado tu apoyo a Bachelet.
Lo mismo de nuevo, que soy un vendido. Hoy me llegan 100 tweets y 10 de ellos son del tipo "te vendiste por un ministerio". Cuando trabajé con Lavin qué no me dijeron.
Igual ha sido oscilante tu camino político.
Así soy y voy a seguir siendo: libertario.
¿Conoces a Bachelet?
Hace unos meses me llamaron para hacer un programa deportivo. Me junté con los que yo creo son los más capos de diferentes ramas. Conversamos, tiramos todos nuestros conocimientos a la mesa y, cuando lo terminamos, lo entregamos. Ahí la conocí y me pareció una galla extraordinaria, de una calidez increíble y le gustó mucho la propuesta. Me pidió su apoyo y se lo he dado.
¿Quieres ser ministro de Deporte?
Quiero aportar todo lo que pueda.
Pero, ¿quieres ser ministro?
Claro que me gustaría. Todos me preguntan lo mismo pero hay cosas que no transaría: una es el contacto con la gente, yo ando con mi equipo en el auto y si en una población se da, obvio que voy a jugar con los cabros.
No te gustan los protocolos.
No, y por eso, si soy ministro, no voy a usar corbata. Y si hay que ver líos con platas que se escapan a mis conocimientos, no voy a temer en pedir ayuda a los más capos, para eso hay asesores, gente experta. Yo no me las sé todas.
¿Y si no te llaman?
Bueno, seguiré aportando desde donde pueda.
"Me gustaría ser ministro del deporte. Si me nombran no voy a usar corbata. Y si hay que ver líos con platas que se escapan a mis conocimientos, no voy a temer pedir ayuda a los más capos; para eso hay asesores, gente experta. Yo no me las sé todas".
EL ETERNO ENAMORADO
Llevas 40 años de matrimonio…
Me encanta el amor. Me encanta la gente enamorada.
¿A qué te refieres?
Al amor, a respetarse, compartir, dialogar, a tener tu propio metro cuadrado. Yo soy un enamorado del amor. Vivo enamorado. Enamorado de la mujer. Cuando me preguntan por qué trato a la pelota como lo hice en mi carrera, yo respondo que para mí es la continuación de la mujer. O sea, hay que tratarla bien, acariciarla, sobarla, no hay que pegarle fuerte.
¿Qué les miras a las mujeres?
Me gustan los ojos, nada como una mirada expresiva y coqueta. La verdad es que yo a la mujer le admiro todo: lleva las riendas de la casa, es la que pide la separación cuando las cosas andan mal, la que te pone los pies sobre la tierra, la que ama al marido, a los hijos, a los nietos, a las amigas.
¿Qué te parece el estereotipo de la mujer moderna?
Me gusta la mujer que trabaja después que el niño tiene 5 años porque hasta esa edad el amor de una madre no se compara con nada, ese niño que está con su madre es diferente al que se cría con la nana. Lo hablo por experiencia personal. Una vez mi hijo Piero, cuando era chico, llegó a la casa y lo primero que hizo fue correr a los brazos de la nana y no adonde su mamá. Mi mujer se sintió tan mal, que decidió renunciar a su trabajo. Desde ahí que digo que la mujer tiene que estar con sus hijos. Después, que haga lo que quiera, que trabaje, que sea gerente, lo que sea.
¿Y la realización?
¿Y acaso no se realiza cuando tiene hijos?
¿Tu mujer sale sola?
Sí, y me encanta. Tiene sus amigas y yo soy muy feliz cuando lo hace. Llevamos 40 años de feliz matrimonio.
Son como dos cadenas perpetuas.
Nada que ver, con la María de los Ángeles nos conocimos en la universidad, nos enamoramos y a los 11 meses nos casamos. Y ya han pasado 40 años.
Fuiste muy famoso y debe haber sido difícil aguantarlo.
Es que ella es muy sabia.
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